Jennifer JIMÉNEZ*
GUADALAJARA, JAL.- La mayoría de los individuos estamos totalmente familiarizados con la materia, con lo que se puede ver, palpar, comprobar en lo físico. Olvidándonos de todo el mundo energético que existe y que nuestros ojos no alcanzan a percibir. Ahí está el ejemplo más utilizado de que el aire no se ve, pero existe, y eso lo sabemos por obvias razones. Pero cuando se trata de poner la esperanza en fuerzas intangibles dudamos y preferimos siempre voltear a ver soluciones u opciones que tengan más formita.
Me pregunto, sentada en un café, viendo pasar por las pantallas el menú con fotos de los Chai Latte, strudel de manzana, panque de calabaza, cheesecake roulette con una taza de chocolate blanco a su lado, escuchando el sonido de una fuente que tengo justo a un lado, viendo preciosas plantes verdes, ¿cómo explicar sobre lo no físico? Si yo misma estoy envuelta en innumerables estímulos materiales justo en este momento, y mi atención no puede evitar perderse en ellos.
Pero, justo aquí, percibiendo todo esto, también se que soy una antena de información energética, y no solo yo, cada individuo que estamos aquí fungimos como antenas. El tipo de información y energía que irradiamos dependerá mucho del estado interno. Y no solo somos las personas las que emitimos una frecuencia, lo hace también el medio ambiente.
Te pregunto, qué harías si tuvieras la certeza de que existen fuerzas energéticas que no alcanzas a ver, fuerzas que influyen en ti, fuerzas de las que puedes hacer uso para tu beneficio. Esa energía con la que fuimos creados, no pudo haberse desvanecido, está dentro de nosotros. ¿Estará apagada? No. Es una energía que sigue irradiando, que sigue en movimiento, que, si logró crearnos, entonces qué más pudiera hacer.
Quizá la incredulidad de los seres humanos sobre esas energías invisibles nos ha cerrado las puertas para la autocuración, para el autocontrol, para la abundancia interna y externa. Por ejemplo, creemos más en una pastilla que en el poder que tenemos para curarnos. Porque la respuesta a la curación está dentro de nosotros, toda la información de nuestra creación la llevamos dentro, que le impediría a nuestro cuerpo curarse así mismo si logró crear nuestros órganos. Comenzamos a crearnos de adentro para afuera, es dentro donde están las respuestas. Es dentro en dónde se indaga para conocer la verdad. En este caso la verdad de una enfermedad y su curación.
Toda la creación tiene energía latiendo, tiene una especie de código, su propia vibración. Y nosotros mediante el pensamiento y la emoción, podemos acceder a los diferentes tipos de vibración, pues estos dos no son la excepción, ambos son energía manifestada, tienen su propia carga energética. Nuestra vida cambiaría mucho si comenzáramos a prestar más atención en lo que no se puede ver (pero existe) y es mucho mas efectivo que la materia, recordemos que esta es la expresión final de una intención primordial. La mayor fuerza no está en lo que surgió al final, sino en lo que encendió la creación ¿y que fue esto? Una idea, ¿y una idea se puede tocar? No.
Al final toda esta explicación es para decirte: No porque no se vea no existe. Tienes a tu alcance la herramienta más poderosa, tu propia energía para transformar cualquier situación, emoción o forma de pensar con la que estés inconforme, recuerda que solo es energía. Tu intensión y atención también lo son, así que hablan el mismo idioma. Siempre consciente de que es tu elección cómo uses la fuente interior que tienes, ya que todo tiene su correspondencia.
*Escritora e instructora de meditación. Apasionada por los temas espirituales y de superación personal. He tomado diferentes estudios, diplomados y cursos que me han llevado a conocer y compartir lo que aprendo y experimento sobre el poder de nuestra mente y espíritu. IG: meditaconmigomx www.meditaconmigo.mx