- El Plan C propuesto por la coalición “Sigamos haciendo historia” elimina el contrapeso político y atenta a la democracia, dejando al Congreso expuesto a la obediencia, sin autonomía, ni independencia política; además de facilitar a influencers y gente de la farándula, tomar las riendas del país.
Nora VILLEGAS*
CIUDAD DE MÉXICO.- A un paso de la contienda electoral, los mexicanos no tenemos aún en la mesa las propuestas políticas de los candidatos, es decir, no tenemos la certeza de por quién votaremos y si el Plan C es el camino correcto, dado que las boletas electorales estarán protagonizadas, en su mayoría, por ex priístas que han demostrado durante sexenios, haber contribuido a la descomposición política, social y económica del país.
Estas elecciones particularmente, son un gran dilema, tampoco podríamos votar en nuestro sano juicio, por “La Juanita” de Vicente Fox, Santiago Creel y Felipe Calderón, Xóchitl Gálvez. Al señor Máynez lo dejamos aparte con sus más de 660 millones de pesos que ya le dio el Instituto Nacional Electoral (INE) por este empleo de temporada.
A falta de propuestas políticas, necesitamos elementos que nos ayuden a tomar la decisión correcta: votar por la candidata del presidente Andrés Manuel, votar por la panista que ya sabemos hacia dónde nos va a llevar o reservarnos el derecho de participar. Podemos considerar elementos como la personalidad de las y el candidato, la continuidad de las políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el absoluto retroceso a los funcionarios terroríficos del PAN, o tirar el voto hacia el candidato Máynez que, ciertamente, sería un gobierno compuesto por funcionarios igualmente reciclados.
Revisemos entonces la estrategia electoral que plantea la coalición “Sigamos haciendo historia”, el Plan C, que llevó a la presidencia a López Obrador y que trata de convencer a los votantes de que, sin revisar, sin si quiera saber quién sería el ganador, vote en todas las boletas por los candidatos propuestos por la coalición formada por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT), y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
En caso de que usted aceptara el Plan C y tachara todas las boletas por esta Coalición, estaría apoyando que le dieran una senaduría a personajes como Javier Corral, Omar García Harfuch, Ernestina Godoy y Félix Salgado Macedonio; además de que estaría apoyando acciones de nepotismo como que Rita Rodríguez, hermana de la actual secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, vaya como senadora en San Luis Potosí y otros innombrables políticos de viejas mañas, que lo que quieren es continuar en sus altos y privilegiados puestos, y que tampoco tienen una propuesta social que conozcamos y nos convenza como para votar por ellos.
En la lista de candidatos a diputados del Plan C, que dio a conocer Morena en febrero, están los de siempre, los que nunca quieren dejar sus curules y lo que eso implica, aparecen personajes como Dolores Padierna, César Cravioto; además de que también contribuiríamos al nepotismo tan común de los funcionarios morenistas como el hijo del coordinador de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Bañuelos y apoyaríamos el “carro completo” para que se siga a pie juntillas, todo lo que Claudia Sheinbaum decida, dicte, haga, piense y ordene.
Estamos hablando de que el presidente de la República y la candidata presidencial en México están llamando a votar sin considerar, sin saber, ni conocer las propuestas reales, los nombres o personalidades de quienes nos van a representar ¿a quién cree usted que, en caso de triunfo electoral, van a obedecer los ganadores, a Claudia Sheinbaum que es quien los llevó a sus puestos, o a usted?.
Apoyar el Plan C daría a los ganadores el poder absoluto, eliminaría el contrapeso político tan necesario e importante en las decisiones presidenciales, sus deseos políticos se convertirían en órdenes monárquicas (de la reina), ahora sí estaríamos frente a una cuasi dictadura, solo que con la posibilidad de decirnos “tú nos elegiste”, eso atenta directa y absolutamente contra la posibilidad de tomar decisiones de forma colectiva, favorece la designación de personajes, incluso de la farándula, en posiciones políticas estratégicas, abona a la descomposición de la representación social y repite fenómenos políticos de antaño como el que hayamos tenido a Carmen Salinas cobrando en el Congreso, o a Silvia Pinal que no hizo absolutamente nada por este país.
Morena ha considerado apoyar candidaturas como la de Paola Suárez, Sergio Mayer, Cuauhtémoc Blanco, Roberto Palazuelos, Mariana Rodríguez Cantú, quienes lejos de trabajar sobre una propuesta política verdadera, buscan aumentar su fama y hacer presencia en redes sociales, llegar a una curul, significa para cualquier mexicano promedio “ganarse la lotería”. Por lo que si optamos por el Plan C, estaríamos contribuyendo a fortalecer esas prácticas y si bien, no hay opciones, es decir, no conocemos a nadie que pueda impulsar o proponer leyes que favorezcan a la población, tampoco queremos tener representantes de este nivel.
Por otra parte, el Plan C eliminaría el contrapeso en el Congreso, lo dejaría asimétrico y sin proporción, concentrando el poder en una personalidad a todas luces autoritaria, desvaneciendo la autonomía e independencia de los representantes políticos, quienes actuarán bajo las instrucciones del Ejecutivo y aceptando sin objeciones, todas las decisiones que se envíen o discutan en el Legislativo. México, sin en algo apreciamos a este país, investiguemos por quiénes estaríamos votando, a quiénes estaríamos eligiendo y con una simple búsqueda en Google, podríamos hacer una votación consciente e informada. ¡No al Plan C!, vote informado, vote consciente.
* Periodista egresada de la UNAM. Amplia experiencia en el campo laboral más por necesidad que por convicción. Amante apasionada de las causas perdidas, de las buenas historias, de la vida, la libertad y sus enjuagues.