Melinda Szabados-Bányai*

JÁSZFÉNYSZARU, HUNGRÍA.-Son las diez de la noche en el Día Internacional de la Niña y por fin, todos están durmiendo y en el silencio de la casa, tengo la posibilidad de ordenar mis pensamientos. Como madre de dos hijas, a veces me preguntó qué y cómo será su futuro, qué les espera y cómo vamos a poder prepararlas a enfrentar lo que venga cuando a veces nosotros mismos carecemos de respuestas y soluciones. Ser madre de hijas es en sí mismo un reto, pero cuando una de ellas se desarrolla de manera un poco diferente a las demás, en tu mente quedará atrapada la pregunta “¿por qué” y puedo meditar mucho sobre la pregunta ¿por qué nos tocó a nosotros? pero no va a ayudar en algo.

Encajar o no encajar en lo normal, ¿cómo poder aceptar las diferencias y poder tolerarlas? -un verdadero remolino de pensamientos rodean mi mente. Una búsqueda de soluciones permanente, tolerancia, empatía y sobre todo paciencia son los ingredientes necesarios para poder cumplir la tarea de crecer una hija que se desarrolla de una forma atípica. Cuesta y duele demasiado aceptar que ella es un poco diferente, pero lo tengo que admitir y tratar de localizar lo bueno de la situación va ser necesario. Aceptarlo aún me resulta difícil, admitir que dificultades no van a faltar nunca es importante y tenemos que salir adelante. No hay alternativa, nadie nos plantea las soluciones, somos nosotros quienes pensamos y reconsideramos una tras otra vez lo bueno y lo negativo de cada cosa. A veces se siente como estar en un tunel, no se ve nada pero tienes que seguir, paso por paso, para encontrar la salida. Lo único que te guía es le amor que sientes a tu hija y por eso intentas hacer lo que puedes por su bienestar y desarrollo. Ya hemos pasado por un largo camino y los resultados demuestran que sí se puede.

Mientras disfrutamos de lo bueno y tratamos de tolerar lo malo, yo tengo que rehacer todos mis planes sobre el futuro e incorporarme al mundo laboral, pueda que tarde en hacerlo y los sacrificios serán necesarios o simplemente habran cosas no realizables pero es mi camino. Difícil y agotador pero es mi camino y tengo que descubrir lo bueno y lo positivo del presente para poder construir un futuro mejor. Tolerancia, paciencia y perseverencia son mis tres armas para enfrentar lo que venga. Necesito aceptar la situación por completo y tratar hacer que encaje todo.

La vida a veces es un „patchwork” cositas pequenas de aquí, de allá, juntarlas para hacer una imagen bonita. Todavía no sé cuál será mi lugar en este „patchwork” lo que sí sé es que tengo que trabajar mucho en mi misma para lograr aceptar que todo es como es, seguramente habrá un plan superior que lo sabe todo y en esto intento confiar. Poner todo a un lado, redescubrir mis puntos fuertes y fortalecer mis puntos debiles va a ser necesario. Dejar a un lado a los otros y su situación también es necesario porque nuestro camino por algún motivo es diferente, más dificil, pero es nuestro, no lo podemos cambiar. Lo único que podemos hacer es aceptarlo. Tenemos salud, nos tenemos y juntos somos fuertes. Si logramos crear nuestro pedacito de cielo ya no nos importara tanto si hay lluvia o tempestad afuera… si hay paz en nuestro corazón todo será más fácil de afrontar. ¡Ojalá encuentre mi paz pronto!

*Master en escritura creativa, amante de la literatura, teatro y música. Madre de dos hijas.

szabadosbanyaimelinda@gmail.com

Compartir