NAUFRAGIOS MEXICANOS RECIENTES.
Mtro. José María Villalobos Rodríguez
La generación de mexicanos nacidos al inicio de la década de 1950 ha sido testigo de una serie de naufragios de la economía que llegaron a pensar que ya nada les debiera de asustar, que ya habían visto y sobrevivido a todo hasta que llegó el actual proceso de hundimiento. Repasando el desempeño del régimen del veracruzano Miguel Alemán Valdés – pionero en el Siglo XX de hacer “big business” (negociazos) desde el poder político y cercanos a los intereses de Estados Unidos (le llegaron a llamar “Mr. Amigo”). Nuestros abuelos vivieron en carne propia la secuencia de eventos post alemanistas: devaluación del peso frente al dólar, quiebra de empresas, insolvencia de deudores, señales claras de corrupción y malos manejos en las aduanas, nuevos millonarios vía la especulación ventajosa con terrenos en Acapulco, Estado de México y Distrito Federal, principalmente.
Tocó a Adolfo Ruiz Cortines administrar la quiebra que Mister Amigo le heredó. Fue un presidente austero, de quien no se le supo hiciera negocios desde el púlpito del poder, que no tuvo parientes que anduviesen ofreciendo o haciendo trácalas o licitaciones a modo para los cuates. Su sexenio se caracterizó por su bajo perfil, pero al concluir las ruinas que recibió ya estaban restauradas sin hacer mayor cacareo sobre ello. Al día siguiente de la toma de posesión de Adolfo López Mateos, Ruiz Cortines paseaba personalmente a su perrito por calles de Mixcoac tan campante y sin aparato de seguridad o blindaje propio o del canino ¡Qué tiempos aquellos¡
Adolfo López Mateos –a quien los empresarios tenían cierto resquemor, pues se le consideraba izquierdoso o casi comunista– inició su sexenio mandando llamar, entre otros, a José Represas representante en México de la mayor empresa suiza de alimentos. Con erróneos antecedentes, Represas llevaba instrucciones suizas de conversar con el “comunista” nuevo Presidente de México sobre el cierre de las fábricas de Nestlé y el desmantelamiento de su red de proveedores y ventas.
La sorpresa que recibió Represas fue mayúscula: López Mateos le sacó de su error y le dijo que quería mayor inversión y una larga vida para Nestlé en México Que sus planes de expansión tendrían el debido acompañamiento de las instituciones nacionales ligadas a la agricultura y ganadería. No hubo descarga ideológica alguna ni reclamos del Presidente a la Nestlé por explotación a los mexicanos, sus vacas o sus comerciantes. Los esquemas de trabajo de Nestlé en México no incluían la práctica del outsourcing, las facturas falsas o los cochupos para mejorar el hato ganadero.
El mercado interno creció por el impulso de la industrialización exitosa bajo los años del desarrollo estabilizador durante el cual surgió una clase media urbana y rural ilustrada y con hijos que llegaban a concluir sus carreras en ingeniería, arquitectura, administración, contaduría y medicina sin sobresaltos, levantones o secuestros por parte de comandos armados por el crimen organizado.
El mayor peligro para un egresado de licenciatura en esos años era que la novia o amiga quedara embarazada en una noche plácida de vacaciones de verano. Nada que ver con los peligros que hoy corren los jóvenes.
Gustavo Díaz Ordaz, un presidente exigente con su gabinete, desarrolló nuevas vías de comunicación, fortaleció el campo y alentó nueva inversión mexicana o extranjera, además que impulsó finanzas públicas sanas tuvo dos errores nefastos para el futuro del país (Tlatelolco y Luis Echeverría Álvarez).
Ni con López Mateos o Díaz Ordaz tuvimos sobresaltos macroeconómicos o sanitarios. La relación con Estados Unidos fue seria y cordial, sin descalificaciones ni gritos ni sombrerazos en Naciones Unidas.
En esos dos sexenios destacó el chihuahuense Antonio Ortiz Mena en la Secretaría de Hacienda, pero cuando de boca de Díaz Ordaz en el automóvil de éste se enteró que no se premiaría con la Presidencia su excelente trabajo, literalmente se bajó del auto y dijo a’í la vemos.
El binomio de Luis Echeverría y José López Portillo hicieron en políticas públicas lo opuesto a Díaz Ordaz y López Mateos. Creció el endeudamiento, el territorio nacional se pobló de manadas de elefantes blancos industriales paraestatales (costosos y muy mal administrados). Se dividió y polarizó al país a tal grado que, los mexicanos perdieron la confianza en sí mismos y en el resto de los mexicanos.
El gigantesco yacimiento de Cantarell en Campeche significó una plataforma de producción jamás vista para Petróleos Mexicanos. Por primera vez, hubo fuga de talentos a otras naciones, al mismo tiempo, que nacen los secuestros o asaltos a bancos por la guerrilla urbana o rural alentada por jesuitas o latinoamericanos ajenos a nuestra realidad.
El cierre de sexenio de quien iba a “ADMINISTRAR LA ABUNDANCIA” fue caótico con un serio enfrentamiento con la iniciativa privada tras la caída de ingresos petroleros al apaciguarse el Medio Oriente.
A Miguel de la Madrid le correspondió reparar los daños, padecer una hiperinflación desconocida en México e iniciar el adelgazamiento del aparato burocrático – empresarial del Gobierno Federal. Le toca gestionar en septiembre de 1985 el mayor desastre natural ocurrido en México que se dio el mismo día en que iba a iniciar una gira a Japón y que Manuel Bartlett, su Secretario de Gobernación sostenía que no se iba a cancelar. Por la magnitud de los daños, México entró en suspensión de pagos con la aceptación de la comunidad internacional.
De la Madrid pudo iniciar la apertura de la economía mexicana al insertar a México al Acuerdo sobre Aranceles y Comercio – el cimiento que permitiría en el futuro el tratado con Canadá, Estados Unidos y nuestro país, y que Carlos Salinas de Gortari tan astutamente aprovechara.
Salinas de Gortari ya como Presidente corresponde al clásico texto del Dr. Jeykell y Mr. Hyde, ya que tenía una faceta constructiva y otra muy, pero muy destructiva. Fue capaz de formar un gabinete de personajes disímbolos, pero que fueran útiles a sus fines -no siempre transparentes-. Una serie de gobernadores delincuentes tan nefastos como Tomás Yarrington (Tamaulipas), fueron formados a la sombra de Salinas. Los imperios empresariales favorecidos por este Presidente aún persisten en su dominio del mercado protegido del que disfrutan. La legendaria generación unamita de los llamados TOFICOS seguiría interviniendo por años en las políticas públicas del país.
El monumental engaño de la fortaleza del peso y de las reservas internacionales obligó al Presidente Clinton a rescatar las finanzas federales con un préstamo puente por 20 mil millones de dólares autorizado por el Congreso de los Estados Unidos. Sobre seguridad nacional, Salinas mantuvo abandonada la frontera sur y las costas de México, pero transformó todo lo que pudo en la frontera norte, no siempre de manera prístina. Los grandes carteles de Sonora a Yucatán operaban discretamente bajo la férrea mano de los operadores de Gobernación y la opacidad en la relación delincuencia–gobierno alcanzó su cenit.
Ernesto Zedillo nunca esperó ser Presidente de la República, pero el evento de Lomas Taurinas le abrió esa oportunidad. Le tocó una mini crisis por aquellos Tesobonos sin fondos de la anterior administración, para la quiebra de familias endeudadas trajo de Chile el modelo de las Unidades de Inversión (UDIS) y ante los embates de la delincuencia a la zona urbana de la Ciudad de México abiertamente ante los empresarios quejosos les dijo que el Gobierno Federal no tenía dinero para enfrentar la delincuencia, que le hicieran como quisieran… y ahí, se fortalecen todo tipo de cárteles. Hacerse un lado de la responsabilidad federal en cuanto a prevenir delitos, fue quizá su mayor omisión que a la fecha sigue afectando a México.
Panista disfrazado, Zedillo entrega el poder presidencial a Vicente Fox, quien desperdició el bono democrático en frivolidades y consagró la inversión pública o privada al Bajío y al norte de México. Con el tema de la seguridad nacional fue omiso y prefirió hacerse el que no veía operar a los grupos que se fueron apoderando de las ciudades más prósperas del país. Un grave error político, fue haber intentado a la mala de descarrilar al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México que buscaba ser Presidente de México. George Bush hijo, lo invitó a una carne asada en su rancho para convencerle que le ganara en las urnas, no en los tribunales.
Felipe Calderón, -especialmente terco y necio como persona- tiene una de las peores gestiones federales a tal grado que, incluso casi acaba con su propio partido. En temas de seguridad arma operativos aparatosos, pero carentes de trabajo de inteligencia. Su relación con Estados Unidos nunca fue buena y allá nunca fue bien visto. Los casos sonados de negocios privados con intervención federal son frecuentes, destacando la quiebra fraudulenta de Mexicana de Aviación, el de la empresa de perforaciones petroleras ligada al fraude a Banamex, entre otras. Su principal policía está siendo enjuiciado cerca de Nueva York,
Enrique Peña Nieto intenta inútilmente revivir glorias del Revolucionario Institucional y su gran tropiezo es Ayotzinapa y su gran error fue sólo favorecer los intereses del Grupo Atlacomulco, sus empresarios y el Estado de México. La cereza del pastel era el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hoy cancelado a un alto costo.
El que en los sistemas de salud todo girara en torno al lucro de los proveedores, fue otro desacierto de un Presidente a cuya sombra Luis Videgaray, fue el poder tras el trono. Sus reformas ocultaban siempre algún jugoso negocio. Nunca le interesó invertir en seguridad pública nacional porque para su mentalidad, sólo importaba su propia seguridad y la de su círculo más cercano. Con ese viento a favor la delincuencia organizada se expandió en México y se ramificó al extranjero.
En la parte de ingresos fiscales, se toleró el crecimiento expansivo de factureras y outsourcing (8 millones y medio de empleos), jugosos negocios para quien los autoriza y para quien los ejerce.
Andrés Manuel López Obrador y su equipo cercano conocían superficialmente a lo que se iban a enfrentar en cuanto a la administración pública federal.
Su Secretario de Hacienda había sido antes Tesorero del Distrito Federal. Desconocían quizá la profundidad del agujero fiscal que recibieron de Peña Nieto y su equipo. Era la suma del todo: desfalcos en el sistema de salud muy ligados al error de Carlos Salinas de Gortari de dejar a los gobernadores la tarea que era federal, el oneroso costo de los sistemas de pensiones de privilegio (CFE, PEMEX, Fuerzas Armadas, Banco de México, banca de desarrollo) y los casi mil sistemas públicos de pensiones, obras faraónicas inconclusas, sueldos y prestaciones extravagantes a la élite de servidores públicos federales, las ruinas con que Pemex refinaba petróleo, el abandono del campo o las triquiñuelas de proveedores de comedores comunitarios.
Tenemos en estos momentos una auténtica Torre de Babel en las relaciones entre Gobierno federal, estatal y municipal, en la visión de los activistas hechos gobierno contra la de los empresarios y clase media, entre el poder que imparte justicia al mejor postor y el ciudadano inerme ante los abusos, entre el crecimiento territorial y de actividades de los operadores de delitos de “cuello blanco” y los de las actividades de tráfico de personas, robo de hidrocarburos, matanzas bajo pedido, etcétera.
Nunca México estuvo tan convulso y dividido. Quizá a finales de 1920 cuando era territorio bajo cacicazgos regionales con solo 16 millones 500 mil habitantes y donde el 17.5 % de la población vivía en ciudades.
En 2020 la intempestiva y nunca bien ponderada pandemia del coronavirus puso en 2020 a parir al mundo. La pequeña minoría humana que conoce sobre infectología pasó del anonimato al horario estelar de las televisoras. Los deportistas con contratos multimillonarios se han devaluado por la suspensión de sus lucrativas actividades. La educación, la vida en familia, los viajes por turismo sin fronteras, las líneas aéreas y lujosos aeropuertos están siendo revalorados, pero a la baja. Los hábitos de consumo de gran lujo están siendo cuestionados por un virus que nos ha hecho recapacitar en lo frágil que somos y en lo estéril que resulta que seamos una Nación de mentiritas con ciudadanos que anteponen su ingreso a su salud. Las agresiones al personal médico, camilleros y enfermeras que hemos atestiguado en México retratan crudamente el alcance de nuestra ignorancia.
¿Cómo es posible que quien agrede a un médico no haya tenido acceso a la educación donde se explica en detalle cuál es la labor de quien atiende la enfermedad? ¿Cómo pedir que se crea que una estampita detiene un virus? Obligar a millones de habitantes del planeta a dejar de producir bienes y servicios. Dar la pelea a un virus invisible, ubicuo, de rápido contagio y consecuencias fatales ha obligado a la comunidad científica mundial a trabajar en equipo y con humildad para lograr una vacuna.
Las miserias del sistema de salud pública ante el COVID-19 han sido vistas desde Suecia hasta Brasil. Hablar de pérdidas económicas cuando la salud y la vida están en juego es un tanto ocioso. Que el futuro próximo será muy diferente es algo que está por verse.