Alfredo MARTINEZ DE AGUILAR

A lo largo de seis años, el Gobierno del Estado, a través de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO), invirtió más de mil millones de pesos en infraestructura en la capital oaxaqueña y los municipios conurbados.

“Es ingrato concluir que esta gran cantidad de dinero no se ve porque quedó enterrada y, por tanto, es complicado dimensionar la magnitud y trascendencia de su impacto social”, lamentó el director general de SAPAO, Reynaldo Hernández Cuevas.

Con satisfacción, asegura que se han sentado las bases en infraestructura para mejorar y operar eficientemente los ejes estratégicos de abasto, potabilización y saneamiento en tiempo y forma, con mayores recursos presupuestales, a través de la sectorización.

A pesar de contar SAPAO con un presupuesto de 3 mil millones de pesos, el 90% se va a nómina, para realizar obras de infraestructura hay aportaciones del Gobierno federal y estatal como el Programa de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento (PROAGUA).

Además, SAPAO fortalece su presupuesto con las sanciones económicas impuestas a los responsables de instalar tomas clandestinas que son canceladas en un promedio de 30 a 40 por bimestre, por lo que hizo un llamado a la población a denunciarlas.

Para tener abasto eficiente en las colonias y municipios que por convenio atiende SAPAO, requiere 1000 litros por segundo, ahora, solo capta 350 litros por segundo, la tercera parte. Ni siquiera llegan al 45%-48% del volumen que normalmente deben tener.

Manifiesta que estamos en un mes en el que las temperaturas debieron haber bajado, sin embargo, no es así, tenemos altas temperaturas que provocan la evaporación del agua y que genera mayor demanda y que los mantos no aporten el caudal necesario.

Sin las lluvias atípicas de los huracanes, la escasez de agua y sequía sería más severa, porque el caudal de los manantiales se ha abatido y los mantos freáticos han bajado cada vez más; antes se perforaban pozos a 60 metros, hoy se hace a 200 metros.

Es una situación que no es exclusiva de la capital ni de los municipios conurbados, es un tema mundial por la falta de disponibilidad de agua que ha afectado a muchas zonas. La CONAGUA ha identificado a Oaxaca como zona de sequía severa.

No obstante, el actual déficit de 650 litros por segundo en el suministro diario de agua sostiene que el problema de fondo no es tanto cuánta agua tenemos, sino cómo la usamos y aprovechamos, porque por falta de cuidado y reúso continuamos despilfarrando el agua.

Agravan la falta de agua en la capital oaxaqueña y los municipios conurbados las tomas clandestinas y las fugas, que un estudio del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), que no se atreve a validar, estima un promedio de 30% de pérdida de agua.

Un volumen muy alto se pierde en la antigua red del Centro Histórico con 30-40 años con tubos de asbesto que fácilmente se rompen en una zona sísmica. Ahora, utilizan nuevos materiales más dúctiles, resistentes y amigables, porque la norma prohíbe el uso de asbesto.

Enfrentar la irónica paradoja de sequía e inundaciones generadas por el cambio climático obliga a educarnos. De nada sirve perforar pozos, si no existe un plan integral de manejo de cuencas, de reforestación, de cuidado y reúso del agua de manera óptima.

De ahí, la importancia de la reforestación de los bosques de San Agustín Etla y de Ixtlán, así como de todos los bosques del estado en general, toda vez que estos permiten preservar el ciclo natural de retener, captar, filtrar y recargar el subsuelo con agua.

Señala que las zonas de recarga naturales de los afluentes hídricos que era la parte baja de la ciudad, La Noria y la Trinidad de las Huertas, no cumplen su función, porque son planchas de concreto donde no existe absorción, existen plazas, casas y estacionamientos.

El ciclo natural de filtración del agua pluvial no se da, se rompió, en lugar que se inyecte a los mantos freáticos, corre, llega a los ríos y no los recargan, por eso la importancia de perforar pozos de absorción en esa zona y poder contar con abasto de agua suficiente.

Es un problema complicado con muchas aristas que tiene que ser abordado transversalmente con la participación de la sociedad civil, del gobierno federal, estatal y municipales, así como de todos los organismos CONAFOR, CONAGUA, IMTA, para realizar el manejo eficiente de cuencas.

Al gobierno toca ejecutar los planes que permitan la recarga de los mantos freáticos y a la sociedad civil cuidar y reusar el agua. “Es la única manera que tenemos de poder aminorar el riesgo del estrés hídrico que se da por el cambio climático”.

El titular de SAPAO recomienda adaptarnos al cambio climático para prevenir un estrés hídrico mayor con la utilización de pozos de absorción, del agua de lluvia, del reúso y cuidado del agua y, sobre todo, con educación para impulsar la cultura del agua.

Bajo esa premisa, hay estudios serios que entregará SAPAO a la nueva administración para que puedan retomar, decidir y ejecutar acciones que eviten agota los mantos freáticos por la mala disposición o sobreexplotación y en otros lugares tener inundaciones.

Con aportación de recursos federales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se rehabilitó la red de agua potable y drenaje en San Martín Mexicapam, San Juan Chapultepec, Riberas del Atoyac y Faldas del Fortín, entre otras agencias y colonias.

En saneamiento, SAPAO apostó a los colectores centrales para sanear los ríos Atoyac y Salado y llevar el agua residual a la planta de tratamiento de La Raya, que no opera a toda su capacidad, porque hay municipios que tienen plantas de tratamiento.

La planta de La Raya, que trata 300 litros por segundo, recibe una inversión considerable para rehabilitar motores, lo que permitirá escalar el tratamiento de las aguas residuales y duplicar a 600 litros por segundo con el agua de los colectores centrales.

El agua tratada con un proceso certificado será utilizada para riego o que se vaya al río y con el curso y la filtración natural ser purificada, recargue los mantos freáticos y nuevamente ser explotada, tratada con cloro y consumida por la población.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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