Fotografías: Jorge Luis Plata
Locación: Hotel Azul +Galería
Cuando decimos que todas las mujeres llegamos, llegamos con Claudia, queremos decir que siempre hubo un espacio en el imaginario público al que las mujeres no podíamos acceder. Una especie de caja negra en la que solamente cabían los hombres y donde se tomaban las decisiones de más alto nivel en el país.
Con Claudia en la Presidencia esa caja se destruyó
Ahora, las mujeres podemos aspirar a todas las gamas de responsabilidades públicas. Desde los cargos más locales hasta el más importante a nivel nacional. Por eso, con ella llegamos todas, porque la imposibilidad anterior sí se trataba de un asunto de género y la hemos superado.
Es más, aún hoy, ciertos analistas machistas o desorientados, pretenden quitarle valor y personalidad a la Presidenta, diciendo que las determinaciones se toman en otro lado. Y no pueden están más equivocados. Quizá esperan que actúe como varón. Quizá esperan que proyecte valores que no tiene porqué representar.
Ella es lo que es: firme e independiente y, sobre todo, es mujer. Tendrán que acostumbrarse a un liderazgo distinto.
Las mujeres necesitamos asumirnos mujeres
Este es uno de los principales asuntos que nuestra Presidenta tiene claro y que yo impulso todos los días: hay que quitarse el miedo a ser y accionar como mujeres. Sin reservas.
Eso quiere decir, por ejemplo, integrar todas las tareas y roles que jugamos y no hacerlos a un lado, quitarles valor o negarlos con tal de encajar. Podemos ser madres, hijas, funcionarias, activistas, estudiantes y todo esto y más y todo al mismo tiempo. Integradas a la vida y sin sumisiones o reservas.
Hay que quitarse las limitaciones.
¿Qué de pronto, por ejemplo, a un jefe no le gusta que pausemos para amamantar a nuestro hijo? Pues qué mal por él, no por nosotras.
Y así sucesivamente: necesitamos promover una nueva cultura de derechos y libertades para nosotras, que primera pasa por asumirnos con derechos y libertad nosotras mismas, sin culpas, ni recriminaciones.
La responsabilidad de las mujeres que participamos en política.
Sabemos, sin embargo, que no es fácil avanzar en estas ideas.
No lo es principalmente por las ataduras incluso culturales que predominan en diversas áreas, incluyendo los propios hogares, oficinas o espacios públicos.
Es allí donde el trabajo de nosotras las mujeres que participamos en política y en actividades públicas toma valor, pues nuestro papel es impulsar los cambios.
Yo me asumo una mujer para transformar.
No soy una persona para cumplir una orden o para quedar bien. Yo soy una mujer para hacer que estas ideas en las que creemos se hagan realidad y con eso transformar la vida.
Si yo tengo una misión es ayudar a las personas, a las mujeres en particular, a encontrar este sentido y lograr una vida más plena.
Por lo tanto, todo lo que hago, desde mis reuniones a muy temprana hora, hasta las giras que hago cada semana por municipios y localidades, tienen ese objetivo: transformar.
Asumo mi responsabilidad de trasformar. Y creo ese mi gran diferenciador.
Muchos pendientes (urgentes)
Pero al mismo tiempo, creo que necesitamos ser más las personas, no solamente mujeres, quienes podemos impulsar los cambios. Cambios no solo discursivos, sino verdaderos.
Por eso nos siguen preocupando las cantidades inhumanas de feminicidios; los casos de diversos tipos de violencias principalmente en contra de mujeres; los despidos por razones de género en los trabajos; las desigualdades desde que somos niñas, desde que nacemos en zonas indígenas o incluso por el color de la piel.
Sin embargo, que nadie crea que los esfuerzos son vanos. Al contrario, cualquier acción en el camino correcto es valioso e indispensable.
La experiencia puesta al servicio de una misión.
Durante al menos los últimos 20 años yo he dedicado mi vida a esta misión de ayudar.
Recorrí por ejemplo hace casi 10 cerca de cien escuelas de educación básica con espacios interactivos para que las niñas y niños tuvieran su primer contacto con la ciencia. Fue una gran experiencia porque inclusive las madres y padres se sumergían en la educación y eso abre nuevos universos.
Con Viva, AC., las mujeres tienen aliadas para solucionar preocupaciones sobre alimentación, capacitación para el trabajo y asesoría legal.
Ningún liderazgo femenino, me atrevo a decirlo humildemente, ha recorrido tantas localidades como una servidora. En todo Oaxaca hemos estado a lo largo de tantos años.
Me tocó participar en dos periodos legislativos federales, llevar a la Constitución las pensiones para personas adultas mayores, las madres autónomas, las juventudes construyendo el futuro y, recientemente, los apoyos a personas con discapacidad. Estos derechos son parte de los logros que siento nos pertenecen a todas y todos los mexicanos y que pudimos defenderlos con trabajo y dignidad.
Vamos por 1 millón de viviendas para México
Ahora estoy muy comprometida con hacer realidad el programa de vivienda de nuestra Presidenta: lograr 1 millón de viviendas para todo México.
Se trata de una proeza que no resultará sencilla pero que resulta todo un desafío poder lograr.
Ocupo, con mi partido el PT, la presidencia de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados y nos toca desde lo legislativo hacer posible esa gran misión.
Por eso ahora recorro no solamente el estado de Oaxaca sino todo el país. Estoy regresando de Quintana Roo la semana pasada y la antepasada estuve en Nuevo León, para ir recogiendo los puntos de vista y las propuestas que ya recorren México en la materia.
Estoy convencida que vamos a lograrlo con el liderazgo de Claudia Sheinbaum y también con la conciencia de que en la casa de cada quien, se deposita el corazón de una persona.
Por eso, una casa es un corazón.
Y respeto profundamente ese sentido de identidad y de lugar que establece alguien con su vivienda. Sé que se trata de una gran oportunidad para ayudar y no pienso desaprovecharla.
Al mismo tiempo, creo que muchas personas estarán deseosas de ayudar a lograrlo, por eso quiero cerrar invitándote a ponerte en contacto al 9511908352 y juntas, juntos, ser agentes de transformación.
A este país lo cambiamos todas y todos.