María Fernanda, la joven zapoteca que lucha porque las mujeres conozcan sus derechos en su propia lengua.
A María Fernanda Hernández Morales le enseñaron desde niña que las palabras importantes. En su casa, en el Valle de Oaxaca, las historias se contaban en zapoteco, la lengua de su abuela, de su madre, de sus vecinas. Pero cuando creció y comenzó a interesarse por sus derechos como mujer, se dio cuenta de algo doloroso: las leyes que deberían protegerla estaban escritas en un idioma que muchas mujeres de su comunidad no entienden.
¿Cómo defenderse de la violencia si no conoces tus derechos? ¿Cómo exigir respeto si la ley te es ajena por el idioma?
Por eso, acompañada por el Litigio Estratégico Indígena AC, María Fernanda decidió hacer lo impensable para muchas mujeres indígenas: demandar al Estado. Promovió un juicio de amparo contra el Congreso de Oaxaca por no traducir ni difundir en zapoteco la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Género.
El Juzgado Segundo de Distrito en Oaxaca le dio parcialmente la razón. Reconoció que las mujeres indígenas tienen derecho a la información ya una vida libre de violencia en condiciones de respeto a su lengua y cultura. Pero solo ordenó traducir una síntesis de la ley.
María Fernanda no se conformó. Ella quiere la ley completa, íntegra, tal como está escrita en español, pero en zapoteco. Porque las mujeres de su pueblo merecen saberlo todo.
Su lucha llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que este 2 de abril de 2025 decidió atraer su caso. Ahora, el Máximo Tribunal deberá decidir si las mujeres indígenas de México seguirán teniendo leyes a medias o si, por fin, podrán leer sus derechos en la lengua que hablan, sueñan y resisten.