Armando EBOLI*
PUEBLA, PUE.- “Si quieres cambio verdadero, pues camina distinto”, dice una canción de Calle 13. Quizá a veces tratamos de mirar muy arriba y olvidamos que los cambios verdaderos vienen de abajo. Si solo observo lo que hace el presidente López Obrador, con quienes se asocia, como resuelve los problemas, la cuarta transformación me sabe igual que la tercera. Se repiten vicios e incluso se reciclan personas, como Manuel Bartlett, pero si miramos un poco más abajo quizá si está pasando algo.
Me ha llamado la atención todo el ruido que la diputada por MORENA, María Clemente, ha generado en estos días. Porque muchos podrán no estar de acuerdo en sus formas por rudas y frontales, pero en una semana ha traído a la discusión pública temas “prohibidos” que nadie quiere mirar, pero que, siempre estarán allí, como lo es el sexo-servicio.
Ignoro si María Clemente había dimensionado todo el revuelo que causaría publicar en Twitter un video sexualmente explícito de ella, pero obviamente fue una decisión que fue analizada y pensada con tiempo suficiente, con la idea de conseguir un fin específico. Estamos acostumbrados a videos filtrados contra la voluntad de la víctima, lo que refuerza nuestra idea del sexo como un tabú, sentimos lástima, quizá empatía y el mundo termina viéndolo a escondidas. Pero ver a una mujer, y en su posición de diputada, publicarlo voluntariamente, es tremendamente revolucionario ¿Por qué tendría que dejar de ejercer su oficio por ser diputada, si los otros diputados no lo hacen? ¿Por qué asumimos que debería sentirse avergonzada por ejercer el sexo-servicio, si llegó allí justo representando a ese colectivo?
No sé si subió ese video para promocionar sus servicios o como una forma de presentar una iniciativa que regulariza el trabajo sexual, en cualquiera de los casos tuvo mucho éxito. Y la iniciativa no fue menos polémica, pues sacó otro tema del que no hablamos, como la inclusión en la sociedad de los seropositivos. Pues al proponer que los trabajadores sexuales se realicen pruebas periódicas de enfermedades de transmisión sexual, asociaciones defensoras de portadores de VIH y otros gremios del trabajo sexual se sintieron discriminados, afirmando que tienen derecho a no decir si son seropositivos.
Desgraciadamente, las virtudes de María Clemente son también sus defectos, y así de aguerrida y como ha sido, no ha tenido miedo en defenderse de sus detractores, cayendo en insultos fáciles y ofensas, incluso vulgares, que han denostado bastante el esfuerzo para que su iniciativa sea tomada en serio, pues, si de algo adolece María Clemente, es de un pobre manejo de redes sociales y un muy mal control de daños. Es mejor escoger cuidadosamente las batallas que uno decide pelear a enfrentarse contra todo el mundo al mismo tiempo.
Yo quiero ver más personajes como María Clemente en política, nos hacen pensar y reflexionar, tocan los temas que nadie tocar, es decir, toman tal toro por los cuernos. Es la voz de algunos grupos vulnerables como las trabajadoras sexuales o las mujeres trans, María Clemente no podría existir en el foxismo o el calderonato, solo MORENA ha sido capaz de darle un espacio para expresarse, esa es la verdadera cuarta transformación.
*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.
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