Compartir

Armando EBOLI

PUEBLA, PUE.- Los nuevos libros de texto gratuito han generado un debate que no se veía desde mediados del S. XX cuando, una oposición principalmente católica se manifestaba en contra, por un supuesto intento de ideologización a los niños, en esos tiempos la guerra fría estaba tomando fuerza y en la mente de las personas estaba una maniquea división entre comunistas y “El mundo libre”.

Los libros de texto no han venido de sorpresa, los datos y cambios se han ido comentado y filtrando todo el sexenio, pero es ahora, antes de las elecciones presidenciales y con los libros terminados, cuando han salido sus deficiencias a la luz pública.

Todo se ha mezclado, y todos los enemigos del gobierno saltan desde su trinchera, la derecha católica no soporta como se trata la educación sexual, este reclamo viene ya desde Peña Nieto pues son temas en los que ya hay un acuerdo con instituciones internacionales, pero quizá la maqueta del aparato reproductor masculino en 5° año de primaria fue demasiado para asimilar.

Pero es sin duda su politización lo que más molesta, llama el 2006 fraude electoral y lo compara con el 1988, aunque ningún tribunal o institución de justicia lo haya reconocido, parece un último berrinche de AMLO para que su derrota en 2006 pase a la historia como una injusticia, lo cierto es que poner esto en los libros se hizo, claramente de manera arbitraria y sin los elementos para darlo como una verdad absoluta y reconocida por el Estado. Además, la forma en que le lava la cara a Claudia Sheinbaum en el asunto de la tragedia del Colegio Rébsamen, dejó mal sabor en los partidos de oposición.

Una de las cosas que más han molestado y ha servido de argumento para quienes se oponen a los libros ha sido su drástica reducción de matemáticas, sin embargo, no son los pedagogos quienes discuten, sino los políticos. Andrés Manuel dejó varios cabos sueltos pues demasiado interesado en los libros, como ya es costumbre, se saltó algunos requisitos que la ley pide para hacerlo y es por ahí donde han venido los amparos que intentarían frenar su distribución.

Varias veces AMLO ha manifestado sus ganas por pasar a la historia como un buen Presidente, al final, usa los libros de texto para darse un empujón en ese objetivo. Si el nuevo programa de estudios es bueno o no, solo la Prueba PISA lo dirá.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.

exxebo@hotmail.com

Compartir