Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR
Marcelina Bautista Bautista llegó a la Ciudad de México a los 14 años de edad proveniente de Nochtixtlán, Oaxaca con el sueño de poder encontrar una mejor forma de vida para ella y su familia; sin estudios y sin hablar español el único empleo que consiguió fue en un hogar.
Trabajó durante 22 años como empleada del hogar, donde sufrió discriminación, abusos y violencia por parte de sus empleadores, esas vivencias la hicieron reflexionar para saber que ese no podía ser el único camino de superación para las mujeres y hombres que dedican su vida a las actividades del hogar.
Y, comenzó su lucha para reivindicar la figura de las -trabajadoras del hogar- además de fundar el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A. C. (CACEH), hoy ya Centro Nacional para la Capacitación Profesional y Liderazgo de las Empleadas del Hogar.
A los 14 años llegué a la CDMX con mucha ilusión y miedo ya que no conocía la ciudad, la gente, sin hablar español lo que me implicó un gran reto que seguramente me permitió ser hoy otra persona, pero sobre todo las enseñanzas al trabajar en un hogar donde no es valorizado las actividades que realizamos día con día que permiten que otros tengan bienestar y realicen sus actividades que los llevan a desarrollarse personal y profesionalmente.
Desde que entré a trabajar a una casa, me sorprendió decir esto no lo quiero para mí, podía haberme conformado con ese tipo de vida con el fin de sacar adelante a mi familia. El activismo se dio a mis 17 años, trabajé durante 22 años en un hogar sin derechos, las circunstancias no me permitieron estudiar la carrera de derecho y acudir a la universidad, pero en mis ratos libres acudía a capacitaciones en materias de Derecho Laboral durante tres años, empaparme e ir conociendo las leyes de México sobre este tema, me motivó a crear el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A. C. (CACEH) ahora Centro Nacional en el 2000 después de ganar una beca de la prestigiosa Fundación MacArthur; fue la primera asociación civil dedicada a defender los derechos de las trabajadoras del hogar en México y después de 22 años de lucha incansable, hoy las y los trabajadores del hogar ya no son invisibles y tenemos derechos.
Esta lucha es de todas mis compañeras que se han sumado porque hablar desde la experiencia propia que genera empatía, no hablo de algo desconocido, durante los años como trabajadora del hogar viví como se da la relación entre las personas con quienes convivimos, la división tan marcada de clase, el racismo, discriminación y eso me hace ponerme en los zapatos de ellas y ellos y hacer el trabajo que se necesita para dignificarlo.
¿Cómo transformar la idea que las trabajadoras del hogar no son servidumbre, la muchacha etc., ligado con el racismo, machismo, violencia que existe en México y no se habla?
Es hablar que todas las personas somos seres humanos y tenemos los mismos derechos, pertenezcamos al nivel socioeconómico que tengamos; cuando entendamos esto, vamos a tener una mirada diferente sin importar la raza, el color, el idioma que hable la persona a tu lado esa es la forma en que uno debe ver el mundo.
Dirigirse a este sector como servidumbre es una forma denigrante, al igual que domésticas, la muchacha, todos esos nombres que corresponden a las trabajadoras del hogar nos costó muchísimos años modificarlo, ahora, parece inconcebible que hace muchos años se conmemoraba el Día de las Domésticas, con el paso del tiempo al no poder nombrarlas así, se referían a ellas como Trabajadoras Domésticas, no somos domésticas, ni servidumbre, ni la muchacha como propiedad de la persona que tiene más recursos, somos personas trabajadoras del hogar.
Estos sobrenombres fueron un punto importante en la agenda para luchar hace 22 años y después de 19 años cambia la ley a personas trabajadoras del hogar esta lucha se dio para reivindicar nuestros derechos, volvernos aquellas personas trabajadoras sujetas de derechos e hizo eco todo este cambio.
¿Cuáles son las formas de empoderamiento que buscas impulsar para incrementar la participación de las trabajadoras del hogar en la defensa de sus derechos?
Concientizar a las trabajadoras del hogar que tienen derechos y que realizan un trabajo tan importante como cualquier otro trabajo y que gracias a ese trabajo muchas mujeres se profesionalizan, muchos hombres están haciendo otro trabajo y que si alguien que hace otro tipo de trabajo se dedicara al trabajo del hogar le llevaría tanto tiempo que no le permitiría otra actividad.
El trabajo del hogar es para el bienestar de la familia, si la casa esta regada, no hay comida, ropa limpia etc., sin embargo, es tan desvalorizado este trabajo que cuando no se hace es cuando se ve, cuando no hay comida, ropa limpia, el cuidado de los niños, cuando una trabajadora del hogar falta es cuando se empieza a valorizar su trabajo; pero cuando está ahí no tiene un salario digno, trato justo, vive maltrato, violencia como todas las mujeres, es importante capacitarlas, darle herramientas de empoderamiento para que pierdan el miedo y exijan sus derechos como lo establece la ley, y algo muy importante los derechos no se piden se conquistan y es la manera en la que nosotras exigimos nuestros derechos.
¿Qué se requiere para la aprobación en el Congreso la reforma que estás impulsando?
Hemos logrado cosas importantes como la Ley Federal del Trabajo que se reformó en 2019. En 2018 la Suprema Corte de Justicia de la Nación mandata al IMSS a crear un programa piloto para quitar muchas barreras que limitaba la inscripción al seguro obligatorio para las personas trabajadoras del hogar que en abril de 2023 entra en vigor de manera obligatoria para las trabajadoras del hogar.
El Convenio 189 Norma Internacional sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos nos dio un marco para las legislaciones en nuestro país y seguimos trabajando para la incorporación a la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social el derecho a la vivienda para las trabajadoras del hogar es otra tarea que estamos haciendo y por supuesto tenemos que trabajar para una ley sobre la inspección de los hogares para ver como se tiene que cumplir los derechos ya existentes, seguiremos en la lucha por lo que falta, para que el trabajo del hogar sea digno que propone la OIT Organización Internacional del Trabajo que esta incorporado también a nuestra Ley Federal del Trabajo y se dé a conocer en todo el país.
Estoy haciendo política desde aquí para que ninguna trabajadora del hogar se quede sin derechos, y aquellas que despidan reciban la liquidación por su trabajo.
Originaria de Oaxaca regresas a presentar el libro Imperceptibles: vida y lucha de Marcelina Bautista Bautista.
Debí empezar aquí, pero nadie es profeta en su propia tierra, me fui a CDMX donde muchas pensamos que va uno a cumplir sus sueños, sin embargo, las condiciones de vida son diferentes, pero me da gusto estar aquí ya conocedora de la situación y con estrategias para incidir en Oaxaca y se empiecen a aplicar las leyes acompañada por mi compañera Laura quien esta empezando su liderazgo aquí para incidir en las trabajadoras, empleadores y gobierno para que se cumplan la Ley.
El libro Imperceptibles es sobre mi experiencia de lucha y vida en estos 22 años, recoge mi vivencia con mi familia, como llego a la CDMX, como empiezo ese activismo social cuestionando al sacerdote, al empleador, a una legisladora o a las mismas mujeres para que este trabajo no se quedara atrás, es una experiencia para aquellas personas que se vean imposibles de ser luchadoras y no solamente en una sociedad sino de ella misma, la lucha sigue y tenemos que seguir solidarizando con otros grupos que les ha faltado avanzar para no estar en desigualdad de condiciones, las trabajadoras del hogar estamos puestas para enseñar de nuestra lucha a otros.