Uriel de Jesús SANTIAGO*
Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein (1918-2000) es un personaje transgresor, incomodo y casi mítico en la cultura mexicana del siglo XX, sus escándalos, su manera provocativa, soberbia y déspota de comportarse la sacaron del canon y la historia oficial, sin embargo, esa misma personalidad torbellino que antaño la condenó, ahora la reivindica como precursora de la liberación femenina y la poeta en letras mayúsculas que es.
El último lustro ha representado una nueva luz para la obra de Pita Amor, con la reedición de las obras “Décimas a Dios”, “Polvo” y “Yo soy mi casa” en México y España; así como la aparición de dos antologías “Poesía imprescindible” y “Pita Amor un caso mitológico” e incluso la publicación de un libro póstumo titulado “Diálogos entre poesía y pintura”.
Separar la obra del personaje, es algo que resulta difícil y más cuando ambos son tan exquisitos como en el caso de Pita, autonombrada reina, reconocida como la undécima musa, puesta al nivel de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús o Sor Juana. Sus preocupaciones poéticas son pocas, pero todas de un carácter profundo y ontológico: Dios, la muerte, la locura, el universo, la soledad y los temores del alma.
Esta semana apareció en librerías la novela Los demonios de mi cuerpo (Planeta/2022), 348 páginas muy amenas en las que Sandra Frid desarrolla la vida de Guadalupe Amor…o pitusa como la llamaban los hermanos Amor. Inspirada en los acontecimientos que la propia poeta relatara en su libro Yo soy mi casa, así como diversas entrevistas y biografías, Sandra Frid cuenta una historia más de Amor. Tras devorarla en dos días, no descubrí datos nuevos de la vida de la poeta, pero sí hay que resaltar que la novela nos da una mejor visión de su entorno, nos deja ver los sentimientos y el letargo que Pita podía representar para sus hermanos, su amante de toda la vida José Madrazo, su servidumbre y sus amigos, que pese a todas las ofensas y desaires la siguieron procurando hasta el final.
Los demonios de mi cuerpo es una invitación para redescubrir a una mujer, cuyo nombre y osadías hemos escuchado, pero solo asomándonos a la ventana de su vida lograremos entender. Frid posee una pluma ágil, que atrapa casi de manera imperceptible al lector y lo lleva por la intimidad, la ira, los miedos y los triunfos de sus personajes, en su mayoría mujeres consideradas “locas”, todas de un brillo y una genialidad arrolladora.
*Es periodista cultural, estudiante de la ENAH y la UNAM, desde los 14 años colabora en diarios y revistas locales, ha publicado 5 libros sobre temas oaxaqueños, en 2021 recibió el Premio de la Juventud de Oaxaca de Juárez y es miembro corresponsal del Seminario de Cultura Mexicana. En redes: @UrieldeJesús02