Michelle PINO*
Mientras las mujeres, los colectivos de mujeres, las diferentes asociaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa de los derechos de las mujeres, así como la ciudadanía en su mayoría, decimos “Ni una más”, pareciera que nuestras autoridades siguen sin querer escuchar o escuchan algo así como “pueden continuar”, pues a pocas semanas de llegar a la mitad del 2022, son cada vez más las mujeres que han sido víctimas de algún tipo de violencia sin que exista alguien que pueda frenar este tipo de situaciones.
De acuerdo con los datos publicados por el Grupo de Estudios Sobre la Mujer GESMujer “Rosario Castellanos”, tan sólo en este sexenio se acumulan más de 614 muertes violentas de mujeres, entre el 1 de enero y el 14 de marzo de este año, documentaron 32 muertes violentas, mientras que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), hasta el mes de febrero tan sólo tenía documentados 11 presuntos delitos de feminicidio.
Estos datos, no hacen más que visibilizar el terrible contexto en el que la sociedad oaxaqueña vive, la falta de credibilidad que la ciudadanía tiene hacia las autoridades, la falta de intervención oportuna y asertiva por parte de las mismas, pues aún en los espacios de impartición de justicia cuando las familias se presentan para denunciar una desaparición hay ministerios públicos con el de Teotitlán del Valle en el que siguen diciendo que hay que esperar 24 horas para levantar la alerta cuando es bien sabido que por ley tienen que emitir la Alerta Rosa o Alerta Amber según corresponda, de manera inmediata, ya que el tiempo es un factor determinante para poder salvaguardar la integridad de una mujer o niña en peligro.
Es triste que aún existan personas que se ostentan como comunicadores o periodistas que sigan ocupando sus espacios en los diferentes medios para cuestionar, cada vez que alguna mujer es víctima de violencia, su forma de vestir, sus horarios y actividades, su nivel socioeconómico o bien sus relaciones, normalizando la violencia y responsabilizándolas equivocada e injustificadamente de los delitos de los que son objeto.
Es realmente preocupante que en estos momentos en Oaxaca las desapariciones forzadas y los feminicidios sean las formas de violencia más probables que pueden sufrir las mujeres, pues de acuerdo con la organización civil de carácter feminista, Consorcio Oaxaca, la tasa de desapariciones en el Estado es de 77.75 por cada 100 mil mujeres; mientras que los feminicidios alcanzan los 28.51 casos por cada 100 mil mujeres y que ante este panorama sean más importantes las elecciones y los discursos baratos que frenar esta ola de violencia.
Ojalá nuestras autoridades no estuvieran ocupadas haciendo proselitismo político o entretenidos en el año de Hidalgo y se dieran cuenta que esta problemática no se va a solucionar sola, ojalá las y los titulares de las diferentes instituciones que integran el gobierno se tomen un momento para hojear la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y observen que tanto medios de comunicación como instituciones tienen obligaciones y responsabilidades que cumplir y que cada mujer que ha sido vulnerada no puede ser algo más de lo que no se ve…
*Licenciada en Comunicación, con maestría en psicoterapia humanista, en su experiencia profesional ha combinado la Educación y la Comunicación, disfruta escribir y decir lo que piensa.
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@MichellePino1