Michelle PINO

En semanas anteriores, pese al pico de la pandemia, Oaxaca se olvidó de ella y volvió a celebrar la Guelaguetza como si tan  solo por el 90 aniversario de la misma, las y los oaxaqueños nos volviéramos inmunes, así la ciudad recibió a miles de turistas nacionales e internacionales, los hoteles se abarrotaron y como en los años anteriores al confinamiento, las calles del centro de la ciudad, se volvieron a llenar, como si el 100% de la población ya tuviera vacunas, en pocas palabras, “echamos la casa por la ventana”.

Así, en medio de todo este festejo, hasta el lujo de invitar a diferentes artistas, hubo, pues no parecía suficiente el riesgo y por si no fuera poco también, a medios de comunicación, pero solo para “cubrir” notas a modo y que mostraran lo bonito de Oaxaca y el dispendio con el que se despide este sexenio, pero no para darle voz a la realidad que vivimos.

Durante la celebración del primer Lunes del Cerro, María Elena Ríos, mujer vulnerada, atacada con ácido, lo cual le ocasionó graves lesiones en gran parte de su cara y cuerpo, se presentó para exigir justicia a través de una manta, misma que apenas fue vista, fue retirada junto con su portadora, de manera inmediata de y modos poco amables, a diferencia del trato que se le brindaba minutos antes a presentadoras y presentadores de un conocido matutino de Televisa.

 

Es inconcebible que cuando se presume de un Estado seguro, en paz, en donde se respetan los derechos de las y los ciudadanos, una mujer tenga que recurrir a estas estrategias para hacerse, oír, ver y exigir lo que debería ser una obligación para nuestro gobernante.

Es verdad, nuestras raíces, nuestra cultura son algo hermoso que el mundo debe valorar y conocer, pero también, es necesario, que se muestre tanto lo bueno, como aquello que hay que atender de manera inmediata,  pues hay cosas que no se pueden esconder detrás de la puerta, darle carpetazo y dejar que alguien más se ocupe, como se ha pretendido durante este sexenio.

Para nadie es un secreto que esta administración, ha sido la más peligrosa para las mujeres,  que desde los primeros años, alcanzó una cifra récord de feminicidios, de desapariciones, sin embargo, es algo que insisten en negar.

Este triste panorama, volvió a salir a la luz pública durante el recorrido de las delegaciones el sábado previo al segundo lunes de festividades, y nuevamente la escena del cuerpo de seguridad retirando la pancarta y a la portadora de manera inmediata se pudo observar.

¿Por qué si en todos los medios nuestro gobernador se ha dedicado a decir que en Oaxaca prevalece la seguridad?, existen testimonios en las redes de turistas que en pleno centro han sido víctimas de robo, han perdido, celulares, cámaras fotográficas, carteras y diversos objetos de valor más, ¿Por qué si insiste tanto en que en nuestro Estado todo es armonía?, retira los reclamos de mujeres que se han atrevido a levantar la voz por ellas y por todas aquellas mujeres, niñas, familias que ante la tibieza de nuestro gobierno ante la violencia de género, hoy son parte de lo que quisieran que fuera, algo más de lo que no se ve…

 

*Licenciada en Comunicación, con maestría en psicoterapia humanista, en su experiencia profesional ha combinado la Educación y la Comunicación, disfruta escribir  y decir lo que piensa.

pino.michelle@gmail.com

 

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