Enriqueta PÉREZ*
El pasado 23 de noviembre del año de 2020, la colectiva feminista Sororidad Ciudadana Perspectiva Lila presentó ante este recinto legislativo la Ley Lila, que en específico consiste en una iniciativa ciudadana con decreto de reforma que tiene como fin modificar la fracción XVI y adicionar la fracción XVII al artículo 4° de la Ley de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia del Estado De San Luis Potosí, con la finalidad de reconocer la violencia que se ejerce contra las mujeres en los espacios públicos como un tipo especifico de violencia de género. El día de hoy (18 de agosto de 2021), se aprobó por mayoría, sumando 20 de los 27 votos, con sólo 3 en contra y 4 ausencias en el H. Congreso de San Luis Potosí.
La hoy Ley tiene como fin principal nombrar expresamente en la legislación las conductas y formas de expresión en las que se manifiesta la violencia en espacios públicos contra la mujer en razón de género, conocido coloquialmente como “acoso callejero”, en ella se propone el abordaje considerando la perspectiva de género y la dignificación el uso y disfrute por derecho de los espacios públicos comunitarios seguros y libres de violencia.
Esta Ley, marca un hito histórico, pues surge de la pluma de jóvenes estudiantes, de mujeres miembras de una colectiva que hartas de la violencia en espacios públicos propone con la luz de la razón y el argumento razonado dicha iniciativa. También porque no existe un antecedente a nivel nacional de dicho reconocimiento como tal.
¿Qué es la Ley Lila?
Con la Ley Lila se reconoce al acoso callejero como una de las múltiples expresiones de violencia y de discriminación en contra de las mujeres por razones de género, el objetivo es generar el andamiaje para no seguir tolerando, invisibilizando, normatizando, y disminuyendo estas conductas que abonan a la perpetuación de la desigualdad entre hombres y mujeres. El sexismo, el machismo y la misoginia deben de ser erradicadas desde sus fibras más profundas, por ella la ley lila abona a la visibilización y al abordaje de una problemática que históricamente y de manera sistemática se comete en perjuicio de las mujeres o que es tolerada sin ninguna consecuencia, ninguna mujer ni niña debe sentirse en riesgo en nuestra ciudad, ninguna mujer debe limitar su desarrollo psicosocial por temor o inseguridad.
El camino aún es largo, ahora la lucha se centrará por los techos financieros en las partidas presupuestarias que abonan a la perspectiva de género dentro de la política pública, afortunadamente aún creemos en la vía de las instituciones para generar ese cambio perdurable y efectivo.