Melinda SZABADOS-BÁNYAI*

Jászfényszaru, Hungría.- Nosotras, las mamás del siglo XXI, tenemos qué afrontar una multidud de cosas distintas y vencer batallas diarias frente a una verdadera amalgama. Tenemos la soledad y a un cierto punto, el aislamiento social del que trataba mi texto anterior.

Podemos continuar con el clima y los cambios radicales que nos afectan a todos aunque un día llueve, el próximo neva y al tercero sea soleado; nosotras no podemos perder la cabeza y tenemos que intentar ser fuertes, comprensivas y, sobre todo, necesitamos mantener la calma para tratar con nuestros hijos y con su comportamiento contradictorio o desafiante.

Es difícil permanecer en casa y mantener ocupadas a dos niñas pequeñas. De cierto modo, trato de encontrar el equilibrio entre risas y llanto; mi deseo es tener días con más risas y menos llanto; a veces, se cumple y otras, se desvanece en unos minutos. Cuando esto sucede, estoy triste, pero intento hacer las cosas de manera diferente el día siguiente y procuro ver no solo los problemas, sino también las posibles soluciones. Fácil no es, pero hay que intentar buscar las soluciones y una vez encontradas, nos podemos sentir orgullosas de los logros y nos fortalecemos aún más.

Una vez que tienes hijos, se te activa una fuerza interior enorme al lado del amor de madre. Esa fuerza no te abandona ni te va a faltar, aunque todo parezca gris y sin solución. Es tu fuerza interior y el amor por tus hijos que te ayuda a superar, mejorar y crecer como persona. Aunque sientas que tu mundo gire en un círculo de vestir, preparar comida, dar comida, cambiar pañales y sacar a pasear, es importante que sepas lo importante que es todo lo que hagas. Aun moviéndote solo en este circulo, contribuyes. Tu fuerza interior y tu amor te va a guiar hacía las soluciones y las respuestas que necesites.

¿Cómo poder descifrar la amalgama de tus sentimientos o calmarte? Encuentra cada día unos minutos o, si eres mas afortunada, unas horas solamente para tí. Así, lograrás cargar tus baterías lo suficiente para poder aguantar lo que venga hasta la hora de dormir. Dedícate este tiempo. Escucha tu música preferida y luego, vas a sonreír cuando tu hija empieza a cantarla de forma muy natural.

¡Vales mucho, eso no lo olvides y cuídate! Tampoco debes olvidar que las mamás somos superheroínas disfrazadas en un mundo eternamente en movimiento y cambio. Tu superpoder está en ti misma, debes encontrarlo y usarlo. Arrópate con ello, sé orgullosa de tenerlo y procura mantenerlo contra todo.

 

*Master en escritura creativa, amante de la literatura, teatro y música. Madre de dos hijas.

szabadosbanyaimelinda@gmail.com

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