Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR
Fotografías: Cortesía
SANTIAGO QUERÉTARO, QRO.- Hacerse una limpia para mejorar el estado de ánimo, para cortar malas energías o como un ritual cotidiano, es una práctica que para muchos es natural. Las limpias las asociamos con las tradiciones de los diferentes pueblos de México, pero en el estado de Quéretaro, no es así, sigue siendo un tema tabú del que poco se habla, pero al que en secreto se recurre. Ante ello, la antropóloga Tere Ortiz decide realizar una investigación en Querétaro para desmitificar esta práctica.
El interés de escribir un libro sobre un tema que para muchos es cotidiano y para otros es desconocido como lo son las limpias, es porque no se conocen las raíces de este México prehispánico tan interesante y que ha dado al mundo muchas cosas. El libro, es resultado de una investigación antropológica para titularme de la maestría en Antropología, que me hizo recordar una experiencia terrible que vivió mi esposo y que, gracias a una limpia, superó. Con todo el rigor académico que implica hacer una tesis, la pregunta eje fue averiguar cómo es que las limpias, que originalmente se trabajan en el campo o en zonas rurales como en la ciudad de Querétaro, tienen tanto apogeo.
En Querétaro, la sociedad es muy tradicional, costumbrista, conservadora y religiosa; sí se hacen limpias, pero nunca hablan de estos temas, es como cosa del diablo, es un tabú, un estigma y, por ello, aquí la gente va a escondidas. Sin embargo, en sociedades como la de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, es algo tan cotidiano que hasta vas en el turibus y la chica te cuenta qué plantas se usan para limpiar.
En mi investigación encuentro que las limpias son un sincretismo. Nuestros indígenas ya tenían un sistema de limpias con las plantas propias de aquí, pero cuando los españoles invaden y conquistan, llegan con sus propias plantas y los curanderos indígenas tienen que esconderse comenzando a hacerse tabú el uso de las mismas.
Para ellos, todo es hechicería y se queda el mito que la limpia se asocia con ella, lo que lo refuerzan los padres en las misas diciendo que son cosas de brujos. Lo interesante es saber porqué hay sociedades que son abiertas a ello y otras no como Guanajuato, Puebla y Querétaro, y a pesar de ello, tienen auge, por ejemplo, uno de las informantes que tuve, me decía que de un año a otro se había duplicado el número de usuarios: en una semana tenían 10 y al siguiente 20. Quiero decir que esto sigue en incremento por muchas razones y tiene que ver mucho con el asunto de la economía, con la gente que está muy cansada que le tomen el pelo, no a nivel médico, sino en muchos sentidos están cansados de la charlatanería.
Para la gente que no conoce sobre limpias ¿qué son?
La limpia es simple y sencillamente un ejercicio para reequilibrar tu energía, es una limpieza energética. Al vivir en sociedades rodeadas de banalidad, distorsionada en muchos sentidos, hay una necesidad de retornar e ir al origen, de reconectar contigo, de quitarse lo que estorba, lo que no te permiten avanzar. Cuando te limpias, es como una liberación donde pareciera que ves más claro y empiezas un camino de retorno al origen, a lo ancestral, a tu centro observando la naturaleza, conviviendo con ella, siendo respetuosa con ella, pero conectados hacia adentro. Así que ¿dónde está el hechizo? ¿dónde está este el trauma?
La limpia es una palabra genérica a la que llaman de diferentes nombres como barrida, despojo, desalojo, etc. Hay limpias energéticas, de huevo, de lumbre, de baños, con hierbas, con cuarzos, para curar la mollera, el empacho, etc. Para nombrar a los curanderos, también vamos a encontrar un genérico: el de las lluvias, el de los aguaceros, el que te arregla el hueso, la columna o el que cura de espanto.
Cuando llegan los españoles, los aztecas ya tenían jardines botánicos maravillosos como el de Oaxtepec que era exclusivamente de hierbas medicinales con una clasificación de acuerdo a su uso, y cuando destruyen todo, los pocos curanderos que había huyen a las montañas y llevan consigo algunas plantas que utilizan realizando limpias en las zonas rurales. Esta herencia pasó de generación en generación y se trasladó a las ciudades en los años 40 y 50 como en CDMX, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Tlaxcala; hasta el año 85, después del terremoto, este conocimiento llega a ciudades colonialistas como las del bajío.
No falta quien te recomiende una limpia, por ejemplo, cuando ves a una amiga que está mal, lo primero que le dices es que se haga una limpia y le das el número del teléfono a donde tiene que ir, así funciona. En Querétaro, donde realicé el estudio, hay un crecimiento de este ejercicio en todos los sectores socioeconómicos (bajo, medio y alto); todo mundo va a su limpia, solamente que se quedan callados.
Lo que busco con mi libro es que la gente empiece a quitarse las telarañas mentales y comprenda que somos energía, materia y muchas cosas a la vez, que no solamente somos este cuerpo que habitamos, si no hay algo más allá que a veces no podemos explicar.
En el libro pongo un cuadro con las siete plantas (romero, albahaca, ruda, pirul, manrubio, hinojo y artemisa) que se usan en todo el centro para las limpias porque las cultivan en el Estado de México y las traen frescas cada tercer día a Guanajuato, Querétaro y a todo el Bajío.
Lo interesante es descubrir la fusión de lo indígena y lo español que da vida a lo que hoy conocemos como limpias que se enriqueció con plantas que trajeron los españoles y saber quién las definió porque varían en otros estados como en Oaxaca y Veracruz.
¿Hay un antes y un después para usted con este libro?
Sí porque tuve que romper mis propios esquemas. Todos tenemos un sistema de creencias que viene de nuestros ancestros, abuelos y bisabuelos, por ejemplo, una de ellas es no andar descalza para no enfermarse; si pisas el pasto te conectas con la naturaleza, pareciera que nos programaron para desconectarnos más. Provengo de una familia muy tradicional, muy católica, con creencias muy arraigadas en lo religioso, entonces, tuve que empezar a romper mis propias estructuras y fue muy doloroso abrirme a una nueva posibilidad, pero la vida se iba abriendo para mí. Hoy, la vida es diferente.
¿Cómo es el mundo de las limpias?
Es hermético, no me permitieron anotar, ni grabar ni registrar ni nada, así que lo que observaba de cada sesión lo escribía. En Querétaro, sólo en dos mercados pude acceder a dos curanderos con dos usuarios a los que entrevisté para validar el ejercicio de la limpia a partir de la antropología.
Desde el punto antropológico y científico, busco validar esta herramienta que existe (la limpia) y visibilizar las energías malas que hay en el mundo; seas creyente o no creyente de Dios, convivimos con esto, es una realidad y muchos los han sentido, pero no volteamos a ver qué es y mucho menos que hay una solución. No debemos olvidar que somos una dualidad blanca y negra, nosotros somos luz y sombra, solo que se nos ha olvidado ser luz.
Hay gente, por ejemplo, que trabaja en la luz, pero que después va para el otro bando. ¿Qué lo motivó a ello? No sabemos, pero lo que sí creo es que dentro de la parte de sombra se mueven las pasiones humanas más bajas que puedas imaginar y ahí es cuando la tentación gana.
Por ello, recomiendo no hacerle limpias a nadie por que no sabes qué te va a brincar al momento de hacerlo y no está uno preparado para eso. Mejor, acudan con alguien profesional y si no les late, no se queden, háganle caso a su intuición. Eso es para mí una recomendación súper importante.