Alexandra MARTÍNEZ DE AGUILAR*
Las 8,760 horas del segundo año en que la pandemia de la COVID-19 sigue marcando la historia de la humanidad están a semanas de convertirse en ayer y quedarse en el amargo recuerdo; el año en que la oscuridad parecía apoderarse de todo, pero en la que también no faltó una luz que traía consigo esperanza.
En este año que se va pudimos retomar “de a poquito” la vida que conocíamos; comenzamos a sacudirnos el miedo impuesto por este cruel virus transformando la forma en la que interactuamos y tomamos decisiones.
Comenzamos a aprender que toca a cada uno promover las actividades locales comerciales; se han creado oportunidades nuevas para que los negocios conecten con los consumidores y estos tengan un abanico más amplio de opciones, pero sin nuestro apoyo, de nada servirá ello.
A pesar que fue un año en donde nos pegó la crisis energética; la cadena de suministros que provocan escasez en diferentes bienes aumentó los costes de envío subiendo los precios al usuario; aumentaron las tasas como factor de presión para el consumo y el crédito; y siguió persistiendo la inflación, el progreso en la vacunación permitió que se incrementara el consumo.
Y aunque se advierte que puede ser un año donde se recrudezcan temas económicos como la inflación en la que pronostican los expertos que posiblemente sea la más alta de la última década, hay que continuar o iniciar siendo cuidadosos con los gastos y utilizar inteligentemente los créditos que se soliciten.
Asimismo, será un año electoral en el que se renovarán las gubernaturas en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas; será una gran oportunidad para que contengamos la polarización política y rectifiquemos los rumbos equivocados al ejercer nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos. Preocupémonos y ocupémonos sobre los temas de la esfera pública que nos involucran directa o indirectamente.
Pueden o no cumplirse las estimaciones negativas que los especialistas han realizado, pero es necesario señalar que la participación ciudadana es vital para lograr el bienestar de todos; hagamos valer nuestro punto de vista desde diferentes ámbitos. Ya no hay pretexto para no ser partícipes de proyectos concretos que nos encaminen a una democracia más eficaz.
A más de un año 10 meses desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en México, las 8,760 horas que dejaremos atrás siguen siendo momento para reflexionar y devolverle a este país su grandeza donde se proporcionen los mejores servicios y oportunidades a los ciudadanos, con gobiernos que escuchen a los ciudadanos y ofrezcan soluciones a los problemas más latentes.
No volveremos a lo que conocíamos antes de la pandemia, pero hay que guardar en la memoria este y los demás años para procurar no cometer los mismos errores y replicar los aciertos. Caminemos con paso firme por nosotros, por nuestras familias y por quienes se quedaron en el camino.
*Licenciada en Ciencias Políticas interesada en seguir aprendiendo constantemente y ser mejor persona.