Penélope MARTÍNEZ CAMPOS*
SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRO.- En las próximas líneas, querido lector, te contaré por qué la Sociedad de Científicos Anónimos se robó mi corazón. Hace algunos años, yo colaboraba en un proyecto súper taquillero del Instituto de Neurobiología de la UNAM localizado en Querétaro.
Mi tutor, el Dr. Luis Concha, decidió mandarme como su representante a todas las charlas que le invitaban a impartir. Empecé a impartir algunas, ya saben, las típicas charlas en auditorios de universidades, hospitales, foros culturales, lo normal. Llegaba yo muy formalita, me paraba ante profesionales del área y les platicaba acerca de cómo nuestro cerebro procesa la música y, alguna que otra minucia, dependiendo del público. Un día del 2017, Luis me dijo “Penélope, me invitaron a dar una charla, es en Ciudad de México ¿te animas?”, accedí sin pensarlo, yo amaba pararme frente a la gente a hablar acerca de mi tema de investigación. Un par de días después Natalia Jardón se comunicó conmigo y me explicó de qué se trataba, entonces comprendí que sería una experiencia extraordinaria.
Viajé a la Ciudad de México para dar mi charla, la cita fue en un bar, sí, así como lo lees, ¡en un bar! Un lugar llamado Bandini en la Colonia Juárez. Para entonces, la Sociedad ya se estaba volviendo famosilla y llegaban bastantes asistentes, pero cuentan que en un inicio, las charlas sí parecían una reunión de auténticos Científicos Anónimos, se sentaban todos en círculo y entre los asistentes había un experto en el tema a tratar, quien iniciaba la conversación compartiendo un poco de lo que sabe, para luego dar lugar a que los demás asistentes hicieran sus aportaciones y/o preguntas. Cuando comenzaron a tener más asistentes, ya no fue posible esta distribución, entonces, tuvieron que colocar más sillas y mesas para que más gente participara en estas reuniones, pero la esencia aún se conserva.
Llegué a Bandini, Natalia y Andrés, los fundadores de la Sociedad, me recibieron y me ofrecieron una cerveza, qué bonita bienvenida ¿no? El resto de los asistentes iban tomando sus lugares, pidiendo sus bebidas y snacks, cuando ya todos estábamos cómodos y con un par de tragos de cerveza en la sangre, arrancamos la charla. No me equivoqué, fue una experiencia extraordinaria. Ese día, la Sociedad de Científicos Anónimos, se robó mi corazón. Un tiempo después acordé con Natalia y Andrés iniciar una rama de la Sociedad en Querétaro, y desde entonces, cada mes, mi corazón se llena de satisfacción al ver crecer el proyecto, notar el interés de la gente y seguir llevando la ciencia al corazón de más y más gente.
Actualmente, la Sociedad de Científicos Anónimos tiene ramas en 16 ciudades más, Oaxaca, Monterrey, Tlaxcala, Guanajuato, Colima, Campeche, Guadalajara, Playa del Carmen, Cholula, Mérida, Cuernavaca, Estado de México, Tijuana, Jalapa, Puebla y San Cristóbal.
Como ya les anticipé, la Sociedad de Científicos Anónimos fue fundada por Andrés Cota Hiriart, zoólogo, naturalista y escritor; y Natalia Jardón King, estudió genética humana y es una destacada consultora en innovación, comunicación y tecnología. Fue en el Imperial College en Londres donde Andrés y Natalia se conocieron estudiando una maestría en comunicación de la ciencia y, aprovechando su formación académica y su interés compartido por la comunicación científica, juntos buscaron promover el conocimiento científico de una manera accesible y entretenida, así la Sociedad nació como una revista y muy pronto evolucionó a estas charlas mensuales de las que ya les platiqué.
En la Sociedad de Científicos Anónimos, nos esforzamos por abrir espacios inclusivos y accesibles donde la ciencia y el conocimiento puedan ser comprendidos y valorados por todos. Nuestro enfoque se basa en una divulgación científica rigurosa pero amena, eliminando las barreras entre la academia y la sociedad. Valoramos la colaboración multidisciplinaria y creemos que la ciencia, las humanidades y las artes se enriquecen mutuamente. A través de nuestra plataforma, buscamos fomentar la participación de divulgadores para ampliar las perspectivas sobre la ciencia en la sociedad y explorar nuevas formas de comunicación. Creemos que al promover un acceso amplio y diverso al conocimiento científico, estamos contribuyendo al desarrollo de una sociedad informada y consciente de las implicaciones de la ciencia en la vida cotidiana.
Bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM con maestría en Neurobiología y candidata a doctor en Ciencias Biomédicas. Durante su doctorado estudió algunas sutilezas de los procesos cerebrales que ocurren cuando escuchamos música. Es apasionada de la ciencia, la educación y la comunicación científica. Por muchos años ha sido profesora y ha colaborado en diversos programas de divulgación científica como: EXPOSITEQ, Festival El Aleph, Puentes, Radio UAQ, Sociedad de Científicos Anónimos, además, ha ofrecido diversas charlas y talleres por aquí y por allá. Disfruta mucho de hacer deporte, bailar y, cada día, tratar de comprender un poco más del mundo que la rodea.
*Bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM con maestría en Neurobiología y candidata a doctor en Ciencias Biomédicas. Por muchos años ha sido profesora y ha colaborado en diversos programas de divulgación científica. cientificosanonimosqro@gmail.com