- ¿Estás de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?
Nora VILLEGAS*
CDMX. – El instrumento de participación social “revocación de mandato” es un proceso social y democrático que comienza a ser una realidad en México. Porque la razón principal de poder remover de forma anticipada del cargo a un gobernante elegido por los ciudadanos es la pérdida de la confianza, porque por primera vez, el ejercicio democrático de la elección se completa volviéndose una democracia participativa, transparente y, sobre todo, real.
Desde hace más de 10 años el proyecto para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Constitución Política, con el propósito de incluir formas para el ejercicio de una democracia social participativa, había dormido el sueño de los justos en la Cámara de Diputados y hasta ahora empieza a despertar la posibilidad de tener derechos y facultades como votantes, es decir, hasta ahora podíamos elegir a nuestros gobernantes, pero no teníamos la facultad de calificar su desempeño y ratificar su elección o solicitar su destitución, es decir, la democracia terminaba el mismo día que empezaba: el día de las elecciones.
La posibilidad de reivindicar las acciones políticas de los gobernantes fortalece la soberanía popular porque nos da la facultad de influir en la persona elegida y vigilar las decisiones que tome durante su gestión, el voto se torna más responsable y el cargo conlleva mayor compromiso a cumplir las promesas planteadas en campaña.
En el pasado mes de septiembre, se expidió la Ley Federal de Revocación de Mandato en México, lo que hace a nuestro país el tercero de América Latina en dar a la ciudadanía la posibilidad de ejercer la democracia a lo largo del sexenio y no limitarla a la votación. La votación por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en 2022 será una excepción, porque en siguientes administraciones, la solicitud de revocación deberá ser a petición expresa de “personas ciudadanas en un número equivalente, al menos, al tres por ciento de las inscritas en la lista nominal de electores, siempre y cuando la solicitud corresponda a por lo menos diecisiete entidades federativas y que representen, como mínimo, el tres por ciento de la lista nominal de electores de cada una de ellas.”, según reza el capítulo II de dicha Ley.
El grupo de ciudadanos interesados deberán solicitar por escrito al Instituto Nacional Electoral los formatos impresos y medios electrónicos para realizar la recopilación de firmas de apoyo requeridas, según el número de personas inscritas en el padrón electoral, durante el primer mes posterior a la conclusión del tercer año del periodo constitucional del presidente en turno.
El refuerzo del control popular es el argumento más válido a tomarse en cuenta en un proceso de esta naturaleza, evita el tan satanizado “populismo” porque educa a los electores en participaciones democráticas activas reforzando su soberanía, actuando ante una mala administración, corrupción o abuso de poder. Este 2022, será la primera vez en la historia de México que se lleve a cabo un proceso de revocación de mandato del cargo de presidente de la República: “el pueblo lo pone, el pueblo lo quita”, así lo avalaron 101 votos a favor de la 65 Legislatura del Senado de la República.
El temor a ser eventualmente destituido a través de este poder ciudadano, los gobernantes se ven obligados a rendir cuentas, justificar sus decisiones e informar sobre sus acciones, se trata de un instrumento de justicia social horizontal, es decir, la responsabilidad de una buena administración o gestión política será responsabilidad de ambas partes: el electorado y el elegido, lo cual, propicia el escrutinio y vigilancia popular.
El proceso de revocación de mandato conlleva un riesgo, sin lugar a dudas, será un campo propicio para incentivar movimientos opositores que aprovechen este instrumento para golpear y desestabilizar gobiernos, sin embargo, también actúa como un sensor de expresión popular, en donde el electorado hace visible de forma más democrática y transparente, su disconformidad con el régimen en turno, dejando en segundo plano los informes con cifras felices y los reportes maquillados.
La experiencia internacional muestra que este proceso había sido siempre impulsado por la ciudadanía, en el caso de México, este proceso es promovido y ejemplificado por el titular del Ejecutivo, el mismo presidente en turno, como un ejemplo de democracia viva se someterá al proceso a la mitad de su mandato, legitimando su gobierno o retirándose para siempre del cargo. Nunca en la historia de ningún país que ejerce el derecho a la revocación, ha sido el mismo sujeto a revocación, lo que hace de este proceso único e irrepetible en la historia de la democracia mexicana.
*Periodista egresada de la UNAM. Amplia experiencia en el campo laboral más por necesidad que por convicción. Amante apasionada de las causas perdidas, de las buenas historias, de la vida, la libertad y sus enjuagues.