La presión de ser una ‘mujer poderosa’

Cynthia Paredes M.
Madre de 4
Periodista Licenciada en Comunicación Social
Directora Actitud Vinícyma
( Instagram: vinoterapia.vinicyma)

VALPARAISO, CHILE.- La presión social para encajar en ciertos estándares o roles puede ser abrumadora y generar ansiedad, inseguridad y competencia innecesaria.

En los últimos años, hemos visto un movimiento que nos empuja a ser ‘mujeres que lo pueden todo’. Pero, ¿qué pasa con aquellas que no quieren ser líderes, empresarias o supermujeres?

Siento que este mensaje puede generar inseguridad y competencia entre nosotras. ¿Por qué debemos demostrarle a los demás que somos poderosas?

Es importante recordar que cada persona es única, con sus propias fortalezas, debilidades y objetivos. No hay una definición única de “mujer poderosa” o “exitosa”.

La sociedad a menudo mide el poder y el éxito por logros externos, como el estatus laboral o los logros profesionales, pero olvida valorar las contribuciones y sacrificios que se hacen en el ámbito personal y familiar.

Cuidar de los hijos estando en casa, criarlos, educarlos y estar presente en sus vidas es un trabajo invaluable y demandante que requiere dedicación, paciencia y amor. No es menos importante ni menos poderoso que cualquier otro logro o profesión. De hecho, la maternidad y el cuidado de los hijos son fundamentales para la sociedad, ya que moldean a las futuras generaciones y les enseñan valores y habilidades esenciales.

Es hora de reconocer y valorar todos los tipos de contribuciones y roles que desempeñamos las mujeres, sin jerarquizarlos ni compararlos. Cada una tenemos nuestra propia forma de ser poderosa y de hacer una diferencia en el mundo.

Por eso siento que se debe entender que el poder femenino se manifiesta de muchas maneras, no solo en el ámbito laboral o empresarial, ligado a lo que logramos facturar. Cuidar de los hijos, criar una familia, explorar el mundo, perseguir pasiones e intereses personales, son solo algunos ejemplos de cómo las mujeres podemos ejercer poder e influencia.

La verdadera fortaleza radica en ser quienes queremos ser, sin miedo a la opinión ajena. El desafío más grande es encontrar nuestra propia seguridad y felicidad, sin necesidad de compararnos con los demás.

Es importante reconocer y celebrar la diversidad de formas en que las mujeres vivimos la vida y ejercemos el poder. No hay una única forma de ser poderosas, y es hora de dejar atrás los estereotipos y las expectativas limitantes.

Al mostrar y reconocer en el día a día ejemplos de mujeres que ejercen su poder de diferentes maneras, podemos inspirarnos e inspirar a otras a encontrar su propia voz y su propio camino. Y eso es verdaderamente poderoso.

Es hora de ampliar nuestra visión del poder femenino y reconocer la fuerza y la belleza en todas sus formas. La vida es un viaje con diferentes etapas y roles, y no hay nada malo en cambiar o adaptarse a medida que crecemos y evolucionamos.

Es importante recordar que no hay una sola definición de “gran mujer”. La grandeza se encuentra en la autenticidad, la pasión y la dedicación, sin importar el rol o la etapa de la vida.

Alguien podría afirmar perfectamente: “Ayer fui por elección una gran empresaria, pero hoy estoy en mi casa dedicada a mis hijos, y en ambas ocasiones me puedo sentir una poderosa mujer”. Ese es el verdadero ejemplo de poder femenino: la capacidad de ser quién eres, sin miedo a la opinión ajena, y de encontrar la grandeza en cada momento de tu vida.

Vamos a llevar una bandera que diga: ‘No necesito demostrar mi poder a los demás, pues soy suficiente tal como soy’.

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