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Selene PADILLA DESGARENNES*

Doña tuza tenía aspecto de vieja gruñona, vivía en un árbol que estaba al final del bosque y aunque tenía muchos vecinos, nadie se le acercaba y los cachorros corrían al verla, pues no querían ganarse un bastonazo de la cascarrabias.

De todo el vecindario era la única que pasaba completamente sola la navidad, pues no tenía familia; algunos aseguraban que tal vez era una poderosa bruja porque nunca abría las ventanas de su casa.

Un buen día, cuando esta vieja cascarrabias llegaba de recolectar sus alimentos disponiéndose a entrar en su casa, Lily y Fili, dos pequeñas y traviesas ardillas, jugaban con unas bellotas aprovechando sus vacaciones de navidad y ¡Zarrapatlas¡ le dieron con las bellotas en la cabeza.

Las dos pequeñas ardillas se llevaron un tremendo susto, ellos no habían querido pegarle a la anciana, eran buenos cachorros y, aunque doña tuza les daba mucho miedo, no quisieron dejarla desmayada, así que decidieron ayudarla. Corrieron hasta la anciana para levantarla y después -temerosos- pidieron una disculpa.

Doña Tuza los miraba fijamente, entonces pensaron en correr; ya estaban dispuestos a hacerlo cuando la anciana, que ya se había repuesto del golpe, los detuvo y les dijo:

-No se vayan niños, estoy muy agradecida porque me ayudaron y se disculparon conmigo; son cachorros buenos y educados. Me gustaría compartir con ustedes algunas nueces, hace mucho tiempo que no hablo con nadie. Los cachorros estaban sorprendidos con el suave tono de Doña Tuza y aceptaron la invitación.

Cuando Fili y Lili conocieron la casa de Doña Tuza entendieron que no era ninguna bruja. La casa era bonita y limpia, la anciana les contó cuentos muy bonitos y les mostró su álbum de viejas fotos, en los que estaban sus padres, su esposo y su hija. Todos habían muerto.

Comprendieron que el aspecto de Doña Tuza no era por maldad, sino porque estaba muy solita. En ese instante,  decidieron darle a la vieja un regalo de navidad invitándola a cenar el día de noche buena.

¡Gracias a los cachorros, tuvo un gran regalo de navidad, nunca más estará sola porque ahora los cachorros la llaman cariñosamente abuela!

 

*Comunicóloga con Maestría en Habilidades Empresariales, locutora y actriz.

FB: Selene Padilla Desgarennes

 

 

 

 

 

 

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