Armando EBOLI*
AJIJIC, JALISCO.- Todavía recuerdo cuando el presidente López Obrador decía que la mejor política exterior era la interior, así justificó su ausencia en la reunión del G20 en Japón en 2019. Hoy, tras los festejos del bicentenario de la consumación de la Independencia y los 500 años de la caída de Tenochtitlán, parece al revés, y que ahora, está usando la política exterior para afianzarse al interior.
Mucho se dice del carácter beligerante de AMLO, a él le encanta estar en campaña y necesita un rival, alguien con quien dialogar y enfrentarse en el púlpito, un distractor que ayude a la polarización, haciéndonos olvidar los problemas contingentes. Sin embargo, el abrumador triunfo de MORENA en las elecciones de 2018, dejó tan debilitada a la oposición, que el presidente se quedó sin un interlocutor creíble. La falta de un rival a modo lo ha hecho subirse en la mañaneras a atacar a la prensa, a recurrir a la vieja figura de Felipe Calderón o seguir atacando abstracciones sin nombre o apellido, como a los neoliberales o la mafia del poder.
Al inicio del sexenio, yo creía que su rival sería Donald Trump, pues el mismo presidente de Estados Unidos había comenzado una dinámica de atacar a los mexicanos para beneficiarse electoralmente. Quizá fue el temor a la dependencia económica, pero AMLO prefirió no solamente evitar cualquier conflicto con Estados Unidos, para todos fue algo inesperado las buenas relaciones que ambos presidentes llegarían a tener.
AMLO es un hombre que sabe manejar a las masas y que se siente cómodo ante los simbolismos y hoy, ha encontrado a su deseado interlocutor en la derecha española gracias a los festejos de la Independencia y la caída de Tenochtitlan. La derecha española es de librito, abiertamente religiosa, conservadora, xenófoba, el rival deseado por un presidente que promueve un nacionalismo mexicano basado en la victimización, las respuestas maniqueas, los simbolismos, la polarización.
Las relaciones diplomáticas con España, uno de nuestros principales aliados en el mundo, pasan hoy por uno de sus peores momentos. La carta que AMLO envió al rey de España en 2019, fue tomada a mal por el Gobierno de aquel país, que expresó su malestar, poniendo en una posición muy incómoda al izquierdista Pedro Sánchez. Dos años después AMLO volvió a leer la carta y los llamó soberbios.
Entre los malabares que ha tenido que hacer el gobierno de izquierda del PSOE para no caer en contradicciones y mantener las relaciones diplomáticas con México, ha sido la derecha española la que ha salido a defender al estado español. Primero Abascal y Vox, luego Isabel Díaz Ayuso y después el mismo Aznar. Hoy la derecha española necesita publicidad y AMLO se la está dando, ambos se necesitan mutuamente para darle forma a sus rivales abstractos. AMLO contra los fifís, conquistadores, neoliberales, la derecha española contra los comunistas indigenistas sin valores.

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal. exxebo@hotmail.com