Jennifer JIMÉNEZ*
GUADALAJARA, JAL.- Caminando por una plaza, a días de navidad, observando el caos y la euforia, los pleitos entre dientes de las parejas, los gritos de las madres sentenciando la conducta de sus hijos, la indecisión por los regalos que adornarán el árbol y algunos egos, recordé el ejemplo que doy a mis alumnos sobre una olla exprés, porque creo que define perfectamente el proceso de desfogue de las personas. Si no aprendemos a liberar nuestras presiones, nuestro estrés, nuestros miedos y preocupaciones, nos convertimos en una olla exprés peligrosa. ¿Cómo es esto?
Si al terminar de cocinar no despresurizamos nuestra olla y vamos directo abrirla, sabemos perfectamente lo que pasará. Es lo mismo con nuestro cuerpo. Vamos acumulando caos interno de cualquier índole durante días, sin tener una válvula que nos permita liberarlo lentamente para que el caos vaya sediento y la mente logre liberar espacio para darle oportunidad a la calma y quietud. Pues la meditación es justamente esta válvula.
Cerraré este ciclo que prometí, con la tercera meditación que para mí es de las mejores, ideal para principiantes e ideal para convertirla en su válvula de escape. En esta ocasión les enseñare una técnica para practicar la meditación vipassana. Su significado es vista profunda o introspección. La intención es conseguir plena conciencia en la respiración, en cada aspecto de ella, sin juzgarla, ni controlarla, ni buscando hacer una opinión de ella. Va dirigida a principiantes que quieran avanzar e ir un poco más profundo en su práctica. Esta nos ayuda a lograr una quietud corporal y mental.
¿Cómo hacerla? Siempre recomiendo hacerla sentados o con piernas cruzadas en el piso. Podemos usar la pared para descansar la espalda si es que esto llega a provocar molestia y por ende distracción. O bien puede ser en una silla con manos descansando en las piernas. Hacemos nuestras cinco respiraciones profundas, buscando liberación de tensión mental y corporal. Después de esto, ponemos nuestra atención en cada parte del cuerpo con la intensión de relajar y liberar, de la planta de los pies hasta la coronilla, esto es como si hicieras un scanner de tu cuerpo. Al terminar se coloca la atención en la nariz, sintiendo todas las sensaciones físicas que te provoca respirar, usado toda tu habilidad de concentración.
Siente y observa cómo entra el aire y cómo vuelve a salir. Mientras haces esto, cuando sea necesario haremos una calificación de objetos secundarios, es decir que, si percibes un sonido, olor, recuerdo, una emoción, un pensamiento, tendrás que nombrarlo. Si notas un olor, te repites mentalmente olor, si es un recuerdo, repites mentalmente recuerdo, y así con cada una de las distracciones. Únicamente se nombran, para después volver sin frustración y enojo a la atención sostenida en la respiración, solo se trata de tomar consciencia de su presencia, observarlos y dejarlos ir, sin engancharnos. Prueba una semana con quince minutos, si te ha servido y sientes que te ha quedado perfecto, entonces ve aumentando el tiempo paulatinamente.
Esta columna es la primera del año y con la que despido con amor el dos mil veintitrés. Solo tengo agradecimiento hacia los que están aquí, permitiendo que mis letras fluyan en ustedes y que a su vez compartan su experiencia con otras personas, así cada vez seremos más lo que apostamos por un equilibrio espiritual, mental y físico. Infinitas gracias a la revista por darme este espacio de expresión. Les deseo abundancia y paz en sus corazones, aprendizajes, y mucho coraje para enfrentarse a ustedes mismos y transformar sus heridas, tristezas, frustraciones, problemas, en oportunidades que les permitan avanzar y crecer.
*Escritora e instructora de meditación. Apasionada por los temas espirituales y de superación personal. He tomado diferentes estudios, diplomados y cursos que me han llevado a conocer y compartir lo que aprendo y experimento sobre el poder de nuestra mente y espíritu.
Instagram: meditaconmigomx
Página web: www.meditaconmigo.mx