Uriel de Jesús SANTIAGO*

Cuando Paul Auster recibió en 2006 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras no se hizo más que confirmar que es uno de los escritores profesionales más importantes de esta época, basta leer un par de páginas de cualquiera de sus libros, para percatarse que es uno de esos autores que subyagan la memoria.

Dueño de un estilo y un tono único en esta ocasión ha decidió volver a encender la llama de sus lectores, con un libro biográfico, que no habla de él, sino de Stephen Crane (1871-1900), pero no lo hace como un crítico literario y menos como un biógrafo, más bien como un amartelado de la literatura que escribe sobre su admiración a un escritor.

La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral/2021) es el nuevo libro de Auster, que según ha contado comenzó a gestar cuando terminó de escribir su novela 4 3 2 1 , dice que se sentía agotado y sin energía para poder hacer ficción entonces se dedicó a leer a autores que consideraba fundamentales, entre ellos estaba Crane, que rápidamente lo envolvió con obras como Maggie, una chica de la calle (1893) y La roja insignia del valor (1895) que lo convirtieron a los 25 años en una celebridad de la literatura estadounidense.

Fue entonces que Auster con su afán de seguirse adentrando a la obra de su compatriota, se puso a investigar y a anotar datos sobre su vida, hasta que se dio cuenta que podía hacer de ello un libro y decidió hacer algo de 200 páginas solamente; ahora al ver ya el volumen publicado con 1,033 páginas, podemos darnos cuenta de que se le salió de las manos.

Pero da igual, la historia está magistralmente narrada, envuelve con la desconocida y fascinante vida de Stephen Crane, que vivió solo 28 años, pero a palabras de Auster “cambió el rumbo de la literatura de su país”. Crane es uno de esos casos trágicos y casi míticos donde la genialidad causó estragos, como muchos escritores geniales, la falta de dinero lo atormentó, malvivió gran parte de su existencia, fue contradictorio en muchos aspectos, pero pudo escribir novelas, relatos, poesía y artículos periodísticos en medio de un Estados Unidos donde los conflictos laborales y sociales eran lo cotidiano; hasta que murió a los pocos meses de haber comenzado el siglo XX, víctima de tuberculosis.

En muchas entrevistas le han preguntado a Auster si el caso de Crane es el de uno de esos genios precoces como Mozart, Glenn Gould o Bobby Fischer, él ha dicho que no, que en la literatura es imposible, porque “para dominar el lenguaje hace falta que pase mucho tiempo”. Claro que Crane no lo tuvo, pero lo dominó.

 

*Es periodista cultural, estudiante de la ENAH y la UNAM, desde los 14 años colabora en diarios y revistas locales, ha publicado 5 libros sobre temas oaxaqueños, en 2021 recibió el Premio de la Juventud de Oaxaca de Juárez y es miembro corresponsal del Seminario de Cultura Mexicana. En redes: @UrieldeJesús02

 

 

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