La doble moral de la crítica hacia la música
Sara Georgina Vargas Juárez
“La música es el arte perfecto que expresa los sentimientos de los seres imperfectos”.
En los 60 Enrique Guzmán, Cesar Costa, Angelica María y con tintes americanos Paul Anka, los Rolling Stones, Ben E King. Así como en los 80 y 90 La Unión con su “Lobo en Paris”, Caifanes y con tendencias americanas, Queen, Baltimora con “Tarzan Boy”, etc.
Sin el afán de ponernos melancólicos, los abuelos se quejaban de las generaciones nuevas, los padres intentando educar a sus hijos e hijas con la música de su generación, en cada época su identidad social se ha proyectado por el estilo de canciones, letras y música creada que expresa su sentir.
“Lo importante es que la música suene más fuerte que los problemas” (Kurt Cobain, cantautor de la banda grunge Nirvana). Sin embargo, si hablamos de la música prohibida de aquellos géneros “endemoniados” en algún momento para la sociedad, deberíamos hablar del Tri Sol de Alex Lora, “Tintan” con su moda de Pachuco, la Lambada el baile prohibido sin olvidar a Bob Marley y su reggae, rastas y marihuana.
Lo que ahora nos trae en este reencuentro con el pasado es la polémica sobre el muy famoso “Peso Pluma” y sus corridos tumbaos, tengo que confesar que me toco escucharlo, preguntar por él a los niños y jóvenes además de maestros músicos especialistas y toda esta investigación me dejo admirada.
Los jóvenes que siguen este género opinan que se sienten orgullosos de que un género nacido en México logro terminar con el repunte que traía el reguetón de Bad Bunny, además que este artista vuelva a ocupar de una forma distinta los acordes de instrumentos acústicos dejando a un lado a la música digital creada por una computadora, lo que los hace sentir un vibrato hacia sus raíces Mexicanas, los niños y niñas que les gusta este género decían que la letra de las canciones son fáciles de grabar y el ritmo es muy pegajoso.
Pero en cuanto a los maestros en música y contrario a lo que pensé, no criticaron mal la música, si no al contrario calificaron acordes y notas, así como ritmos, de igual manera que se ocupe nuevamente guitarras, saxos, requintos, trombones, tubas, y contrabajos hace llamativa esta propuesta, eso si no comparten la letra que se proyecta.
La realidad es que la música en este género ha sido catalogada como los narcocorridos que hacen apología al delito; esta cultura de los narcos que exponen la vida de lujos fáciles con marcas de diseñador rompiendo la barrera clasista que solo el dinero y el poder pueden romper.
¿La doble moral de nuestra crítica como sociedad espantada se refleja cuando se nos olvida que, en algún momento, Los Tigres del Norte, los Tucanes de Tijuana y más, cantaron lo mismo, pero no se consideró apología; sino al contrario, la frase “A mí me gustan los corridos porque son los hechos reales de nuestros pueblos, porque en ellos se cantan la pura verdad” como dice la canción del jefe de jefes de los Tigres del Norte es nuestra realidad, entonces nuestra historia como pueblo es narcotraficante?