Alfredo MARTÍNEZ DE AGUILAR
- A querer o no, guste o no, ello obliga a la presidenta Claudia Sheinbaum a realizar cambios en su gabinete legal, como es el caso Alejandro Gertz Manero en la Fiscalía General de la República (FGR) y el nombramiento de Ernestina Godoy o Arturo Zaldívar.
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La inseguridad en México ha alcanzado niveles alarmantes, con un incremento en la violencia que se manifiesta en diversos ámbitos, especialmente en las carreteras. Los ataques a transportistas, extorsiones y secuestros son prácticas cada vez más comunes.
México atraviesa una de las crisis más profundas en su historia contemporánea, marcada por la destrucción sistemática de su sistema de salud, el abandono del campo y el aumento de la inseguridad y la violencia en las carreteras.

Estos factores no solo han generado un panorama desolador, sino que también son condiciones propicias para posibles estallidos sociales que podrían tener consecuencias devastadoras tanto para la población como para la estabilidad social y política del país.
A querer o no, guste o no, ello obliga a la presidenta Claudia Sheinbaum a realizar cambios en su gabinete legal, como es el caso Alejandro Gertz Manero en la Fiscalía General de la República (FGR) y el nombramiento de Ernestina Godoy o Arturo Zaldívar.
El sistema de salud en México ha sido golpeado por años de recortes presupuestarios, privatización y corrupción. Aunque la llegada de la pandemia de COVID-19 expuso las debilidades inherentes al sistema, el problema se remonta a décadas atrás.

Los hospitales públicos, ya de por sí saturados, sufrieron un colapso durante la emergencia sanitaria, dejando a millones sin acceso a atención médica adecuada. La falta de insumos, personal capacitado y una infraestructura robusta generó un escenario catastrófico que ha cobrado miles de vidas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno para implementar programas de salud pública, la realidad es que muchas comunidades aún carecen de servicios básicos. El desinterés de las autoridades en invertir adecuadamente en salud pública puede generar un descontento generalizado entre la población, que ve cómo sus necesidades más urgentes son ignoradas.
Simultáneamente, el abandono del campo mexicano ha dejado a millones de campesinos en una situación precaria. La falta de inversión en infraestructura rural, tecnologías agrícolas, y el acceso a mercados justos ha llevado a una disminución de la producción y un aumento en la migración hacia las ciudades o al extranjero en busca de mejores oportunidades.
El campo, que alguna vez fue el pilar de la economía mexicana, ahora enfrenta graves problemas de desigualdad y pobreza. Las políticas públicas orientadas hacia el sector agrícola han sido insuficientes para atender las demandas de los productores.
La escasez de recursos, el alza de precios de insumos y las consecuencias del cambio climático agravan aún más la situación, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
La inseguridad en México ha alcanzado niveles alarmantes, con un incremento en la violencia que se manifiesta en diversos ámbitos, especialmente en las carreteras. Los ataques a transportistas, extorsiones y secuestros son prácticas cada vez más comunes.
Esta situación no solo afecta la movilidad de las personas, sino que también repercute en la economía nacional, dificultando el transporte de mercancías y el acceso a mercados.
Las comunidades rurales, ya golpeadas por el abandono y la pobreza, son ahora también víctimas de la violencia. Los grupos criminales extienden su dominio, amenazando y aterrorizando a quienes intentan trabajar la tierra o llevar sus productos a las ciudades.
Esta inseguridad no es solo un problema de bienestar individual; es un lío social que genera un constante ambiente de miedo y desconfianza que puede desencadenar reacciones violentas.
La conjunción de un sistema de salud colapsado, un campo abandonado y la omnipresente inseguridad crea un escenario potencialmente explosivo. La población, que observa cómo sus derechos fundamentales son constantemente vulnerados, puede llegar a un punto de quiebre.
Esto ya se ha visto reflejado en diversas manifestaciones y protestas en diferentes regiones del país, donde los ciudadanos exigen justicia, atención a sus necesidades y un futuro digno.
En este contexto, el riesgo de estallidos sociales aumenta. Cuando las personas sienten que no tienen nada que perder y que sus voces son ignoradas, pueden recurrir a la movilización masiva como último recurso para hacerse escuchar.
La historia ha demostrado que las crisis sociales, cuando se juntan con la represión o la falta de soluciones efectivas, pueden resultar en movimientos sociales que cambian el rumbo de un país. Ante esta realidad, es imperativo que el gobierno y la sociedad civil trabajen en conjunto para abordar estos problemas desde sus raíces.
Esto implica una revisión crítica de las políticas de salud, un nuevo enfoque hacia el desarrollo rural y una estrategia integral para combatir la inseguridad que contemple no solo la represión, sino también la inclusión social y el fortalecimiento de las comunidades.
La inversión en programas de salud accesibles y de calidad es esencial para restaurar la confianza en el sistema. Igualmente, es crucial fomentar el desarrollo del campo mediante incentivos y apoyo a los agricultores, garantizando así la seguridad alimentaria.
Y, al mismo tiempo, es fundamental implementar políticas de seguridad que protejan a los productores y transportistas de la violencia organizada, garantizando un entorno seguro para el trabajo agrícola y el comercio.
Solo a través de un enfoque integral que aborde la salud, la agricultura y la seguridad se podrá generar una base sólida para el desarrollo sostenible del país, reducir los niveles de pobreza y descontento social, y evitar estallidos que amenacen la paz y la estabilidad en México.
La suma de esfuerzos y conjunción de voluntades entre el gobierno, la sociedad civil y las comunidades es esencial para reconstruir la confianza y crear un futuro más justo y equitativo para todos los mexicanos.
alfredo_daguilar@hotmail.com director@revista-mujeres.com @efektoaguila








