Alexandra MARTINEZ DE AGUILAR*

“Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier

ser viviente,  está en peligro de menospreciar también la vida humana”.

Robert K Ressler

Si bien me declaro como una persona a la que le encantan los perros, respeto a todos los animales y cuando me es posible, busco ayudarlos o, por lo menos, no lastimarlos.

Lamentablemente, no todos actúan de la misma manera a pesar que la protección de los animales ya es un asunto de interés público, de ética y de responsabilidad social, haciendo que el maltrato animal se convierta en una de las formas más crueles de violencia que existe en nuestra sociedad en donde siete de cada diez mascotas sufran por ello y donde aproximadamente 60,000 animales mueren al año, posicionando a México como puntero en América Latina con el mayor número de casos de maltrato animal y el tercero a nivel mundial, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Y aunque la sociedad ha comenzado a reconocer la importancia del bienestar animal a través de avances legislativos y sociales, este fenómeno sigue siendo preocupante y las cifras lo sustentan: alrededor de 70% de los animales que viven en las calles están en condiciones de maltrato, ya sea por desnutrición, violencia física, abandono o falta de atención veterinaria.

En este sentido, el maltrato hacia los perros y gatos es el más frecuente, aunque también se presentan casos de abusos hacia caballos, aves y otros animales domésticos y silvestres; las formas de maltrato incluyen golpes, descuido en la alimentación y la salud, explotación en circos y peleas de animales, y su uso en prácticas de sacrificio.

Lo más preocupante detrás de ello es que es un precursor de otras formas de violencia hacia los humanos: estudios indican que los abusadores de animales a menudo tienen un historial de violencia y que la crueldad hacia los mismos puede ser un indicador de futuros comportamientos violentos hacia las personas.

Por ejemplo, si un niño maltrata a su mascota, es muy probable que lo haga por ser testigo de violencia contra alguna persona o ellos mismos ser víctimas de abuso, lo que desencadena que estos niños abusados y abusadores, interioricen la violencia que ellos mismos reproducirán al crecer.

La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia, y cuando el maltrato animal es aceptado por quienes lo presencian restando importancia a sus causas y consecuencias, están fomentando la violencia.

En términos legales, México ha avanzado en la protección de los animales. A finales de noviembre de 2024, el Senado de la República aprobó elevar a rango constitucional la protección y el cuidado a los animales reformando los artículos 3, 4 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, iniciativa presentada por el Andrés Manuel López Obrador, en febrero de 2024.

Los 17 congresos locales que avalaron elevar a rango constitucional la dignificación la vida animal fueron: Baja California, Campeche, Chiapas, Durango, México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz Ignacio de la Llave, Zacatecas y Ciudad de México.

En Oaxaca, el maltrato animal se castiga con cárcel y multa. En noviembre de 2024 se aprobó la primera Ley de Protección y Bienestar Animal en el estado que establece normas para el bienestar de los animales en granjas, sino que también reconoce a estos seres como sintientes. En el artículo 419 del Código Penal se especifica el aumento de la pena de cárcel por maltrato animal de 2 a 5 años, y de 8 años por matar a un animal.

A nivel nacional, se puede denunciar a través de un formulario en el sitio web de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), por correo electrónico a denuncias@profepa.gob.mx o llamando al 800 7763372, de 09:00 a 18:00 horas. En Oaxaca, las denuncian se realizan en la página web de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca

El Sistema Penal Acusatorio ha permitido que más casos sean judicializados, pero las autoridades a menudo carecen de capacitación especializada para tratar estos casos por lo que es indispensable que se siga robusteciendo el marco jurídico e implementando planes y programas para educar a la población sobre la importancia del respeto hacia los animales y las consecuencias legales del maltrato, así como continuar con las campañas de esterilización.

El maltrato animal en México y en Oaxaca sigue siendo un desafío monumental, pero los avances en la legislación, la educación y el activismo social ofrecen una esperanza para el futuro.

 

*Lic. en Ciencias Políticas interesada en aprender continuamente de todo y de todos.

 

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