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La CNTE protesta por salarios justos y dignidad: “el gobierno lo califica como chantaje”

Armando García

QUINTANA ROO, QR. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) regreso a las calles. Y no es por costumbre ni por capricho. Las consignas que resuenan son viejas, pero no por eso menos urgentes: salario digno, justicia laboral, respeto a los derechos sindicales y condiciones decentes para ejercer la docencia. ¿No era eso precisamente lo que prometía la llamada Cuarta Transformación? ¿No fue ese el gobierno que se dijo del pueblo y para el pueblo? La realidad está desenmascarando el discurso.

Los maestros no están pidiendo privilegios, están exigiendo lo que se les prometió. Un aumento del 100% en su salario no es una exageración si se parte del hecho de que muchos ganan apenas 8 mil pesos mensuales, una cifra que no alcanza para sobrevivir con dignidad en ninguna parte del país. Además, exigen la regularización de plazas que muchas veces lo utilizan como moneda de cambio político, pero que aún sigue en el limbo.

También exigen que se detenga la represión sindical, además también solicitan mejores condiciones laborales para quienes trabajan en zonas rurales e indígenas, donde ser maestro implica caminar horas, improvisar salones y enfrentar condiciones de inseguridad.

Son demandas elementales, que llevan décadas sin cumplirse. Y, sin embargo, siguen siendo respondidas con promesas vacías, aplazamientos y discursos que suenan bien… pero no cambian nada.

Hay que recordar Cuando el actual gobierno era oposición, marchar era un acto de dignidad lo decían desde su posición. Hoy, bajo su administración, los mismos actos se califican como “provocaciones”, “chantajes” o “intentos de sabotaje”.

¿En qué momento se olvidó que los maestros fueron pieza clave en la lucha contra la reforma educativa del sexenio anterior?

¿Cómo fue que quienes antes los acompañaban en mítines y plantones, hoy los ignoran, los reprimen o los deslegitiman?
La presidente(A), que en su discurso diario se ufana de gobernar para los pobres, hoy se niega a un diálogo directo.
La voz del magisterio, antes era parte de una celebración cuando se enfrentaban al oficialismo, hoy ya es incómodo. Hoy exigen. Y por eso son invisibles para el poder.
Pero no todo es culpa del gobierno. También la sociedad juega su parte en esta farsa.
Muchos ciudadanos que antes apoyaban las causas del magisterio, hoy guardan silencio.
Algunos incluso justifican la indiferencia del gobierno con frases como “ahora sí están trabajando” o “no es tiempo de protestar”. La narrativa oficial ha sido eficaz: ha dividido a los ciudadanos entre “buenos” y “malos”, entre los que obedecen y los que incomodan.
La lucha social sigue viva, pero ahora es incómoda sobre todo si esa lucha no es del lado correcto.
¿Dónde quedaron aquellos que exigían justicia en las calles? Hoy, callan ante la injusticia porque viene de su “líder”, de su partido, de su esperanza. Es la misma doble moral de siempre, pero ahora con otros colores.
La CNTE dice que no marcha solo por ellos. Marchan por todos los que creyeron que un verdadero cambio estaba por venir. Marchan por la dignidad traicionada, por las promesas incumplidas, por la justicia que se volvió discurso. Porque el cambio no vino. Lo único que llegaron fueron los aplausos. Y se quedó la misma injusticia, maquillada con propaganda y justificada con lealtad ciega.
En este episodio del podcats México en el Mundo, exploramos el legado del magisterio Othón Salazar, un capítulo crucial en la lucha por la defensa y mejora de la educación en México.
Descubrimos sus orígenes, las reivindicaciones impulsadas por sus líderes y el impacto perdurable en la organización y los derechos de los docentes. Un recorrido que revela cómo este movimiento se convirtió en un símbolo de resistencia y transformación en el ámbito…
Conecta y comparte: https://open.spotify.com/episode/7AbmPTHP58pfTU0Gd6rztP?si=LOfEYOecTEm2rbullidK4g
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