Jasmina HARTIANA*
Quiero contarles un poco de una serie de la cual me volví fan, se llama POSE, y la trama transcurre en Nueva York de los años ochentas. Los años de los colores extravagantes, peinados y de la aparición de la pandemia del SIDA en el mundo. Los actores en su mayoría mujeres trans, afroamericanas e incluso rechazadas dentro del mundo gay, son las protagonistas de esta historia. Ellas; el último eslabón de la cadena, logran crear una comunidad de apoyo mutuo, en una sociedad donde los peligros son muchos, van más allá de la enfermedad, las drogas y el peor la violencia que las lleve a la muerte.
La historia es escrita y dirigida por una mujer trans Janet Mock. A su favor puedo decir que lo hace de una manera magistral, pues logra mezclar la trama con la sensibilidad y el coraje de estas mujeres pioneras en el reconocimiento de sus derechos. Pero, hay algo más importante en la historia que me llamó la atención; que es la capacidad de crear una comunidad de apoyo en donde se protegen, claro no faltan las escandalosas y divertidas peleas en la historia. Sin embargo, al final siempre logran reencontrarse y cobijarse formando una familia, una no sanguínea, sino por afinidad.
Vivimos cada vez más en un mundo más abierto, el patriarcado es evidente que ahora nos queda bastante chico. Comprendo que aún nos falta mucho por recorrer, pues tan solo basta echar un vistazo al otro lado del mundo y ver que nuestras hermanas afganas sufren por el regreso de los talibanes. Aunque creo firmemente y de corazón que eso no podrá detener la apertura y el reconocimiento, esto no significa que la lucha no conlleve trabajo y que deje de haber víctimas de un día para otro. Eso no pasará ahora, probablemente no nos toque vivir la apertura como tal a muchos de nosotros. Pero a los que nos importa seguiremos luchando, desde nuestra trinchera. Si quieren ver algo que les abra la mente y les acaricie el corazón con un poco de conciencia pueden buscar la serie en netflix, les aseguro que no se arrepentirán.
Saben al final es tonto creer que no pertenecemos a una minoría. Todos desde nuestro micro universo somos únicos y repetibles. Y algunos tienen la dicha de encontrarse resonando en grupo. Que la compasión y el coraje para reconocernos como seres valiosos desde nuestras hermosas particularidades no nos abandonen y que siempre encontremos fuerza en nuestras familias por afinidad para seguir creyendo en nosotros mismos.
*Soy fotográfa y cuentista. Cuentos: Anabel, Miel con veneno, Imágenes que cuentan, Entretenimiento para Adultos, El Cerrajero, y la Chica del Tutu. jazminahartiana@hotmail.com