Ana Sly HERNANDEZ CORRES*
De acuerdo con el Informe Digital 2022, existen 4,950 millones de personas que son usuarias de Internet, lo que representa el 62,5% de la población mundial. Claramente se incrementó durante la pandemia por Covid-19, debido a que la mayoría de las personas tuvimos que recurrir a Internet para poder seguir estudiando, trabajando y manteniéndonos informados de los acontecimientos sin precedentes que estaban sucediendo.
Hablar de adicción al Internet y las redes sociales puede parecer controversial, es decir, muchos nos quedamos trabajando en línea o estudiando y en estas condiciones estar conectados a Internet resulta indispensable. Sin embargo, en muchos casos, específicamente en adolescentes y jóvenes, las redes sociales han tenido un uso desmedido y placentero que ha llevado incluso a una afición patológica que genera dependencia y resta libertad para realizar otras actividades en el campo consiente y de intereses de quien la presenta.
Pero ¿cuánto es mucho?, ¿cuándo es un uso desmedido?, ¿cuánto tiempo podríamos estar conectados? Estas son preguntas un poco complicadas de contestar, porque Internet ha entrado en nuestras vidas cotidianas para cualquier cosa que queramos y podamos hacer. Hay aplicaciones, juegos, blogs, chats, mensajería electrónica, compras, redes sociales, wikis, información de todo lo que quieras saber, infinidad de opciones con las que se puede estar horas y horas dejando de atender otros asuntos cotidianos como dormir o comer.
Chóliz & Marco, sugieren que nos hagamos las siguientes preguntas sobre el uso desmedido: ¿se tiene una necesidad cada vez mayor de utilizar Internet, incluso en situaciones o para funciones que anteriormente se resolvían de otra manera?, ¿se es incapaz de dejar de utilizar internet, a pesar de que la situación lo exige de forma imperiosa?, ¿se encuentra mal e incluso irritable cuando no puede utilizarla?, ¿su uso descontrolado esta perjudicando las áreas profesional, académica o social?, ¿han aparecido conflictos personales o problemas familiares por utilizarla en exceso? Cuando las respuestas a estas preguntas son afirmativas, nos encontramos ante una dependencia al internet y redes sociales; algo que es útil, beneficioso y placentero, se convierte en un problema personal, familiar, profesional y hasta de salud mental.
Conectarse a las redes sociales o a cualquier plataforma o sitio de internet, funciona como una droga estimulante que produce cambios fisiológicos en el cerebro, incrementa neurotransmisores como la dopamina, altera nuestro estado de ánimo y la conciencia. Privarse de su uso puede generar síntomas de abstinencia, además de excederse en otros comportamientos como el juego patológico, adicción al sexo virtual o a las compras.
Debemos considerar la importancia de la prevención de la adicción a internet y redes sociales la cual debe ir destinada preferentemente a niños y adolescentes, quienes son los que utilizan este tipo de tecnología para cuestiones propiamente académicas, pero también como formas de ocio y entretenimiento. De ninguna manera se pretende privarlos del consumo sino del fomento de un uso controlado. Algunas de las sugerencias son las siguientes:
- Establecer un horario de uso.
- Utilizar las propias herramientas de Internet para favorecer el control del uso.
- Especificar previamente qué se va a hacer en Internet.
- No utilizar el internet para pasar el rato.
- Evitar “navegar” sin rumbo.
- Restringir sitios de riesgo para los menores de edad.
Es real que no podemos negar que debemos utilizar Internet y Redes sociales como un acto de pertenencia a esta era tecnológica, sin embargo, es necesario hacer una pausa y pensar si yo -o mis hijos en caso de tenerlos- están haciendo un uso desmedido de estas tecnologías y sobre todo si han afectado su salud emocional o mental, recordemos que todo exceso trae consecuencias negativas, de ser así, acude con un experto en salud mental para la orientación experta sobre el tema.
*Psicoterapeuta Humanista. IG / FB: RamírezLunaCorporativo www.ramirezluna.com.mx