INTELIGENCIA CON ALMA: LO QUE AMÉRICA LATINA DECIDE AL ADOPTAR LA IA
✍️ Por Mariana Navarro
Periodista cultural y escritora. Especialista en ética aplicada y tecnologías con enfoque humano.
⸻GUADALAJARA, Jalisco.- La Inteligencia Artificial está dejando de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en infraestructura invisible de la vida cotidiana. Decisiones sobre salud, educación, seguridad o empleo están comenzando a pasar por algoritmos.
Frente a este escenario, nace el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), elaborado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA) con apoyo de la CEPAL, el BID y centros regionales de innovación. Su objetivo es claro:
medir qué tan preparados están los países de América Latina para adoptar la IA de manera ética, estratégica y sostenible.
El ILIA 2025 evalúa cinco dimensiones clave: políticas públicas, infraestructura, talento, producción científica y aplicación real. Pero también revela algo más profundo: las asimetrías tecnológicas que podrían marcar las próximas décadas si no se abordan desde ahora.
Este artículo explora los hallazgos del índice, y también lo que no dice.
Porque en el mundo de la inteligencia artificial, los silencios también cuentan.
UN MAPA QUE NO SOLO SE LEE, SE INTERPRETA
En el ILIA 2024, los países han sido clasificados según su capacidad para integrar la IA: pioneros, adoptantes, exploradores.
Pero más allá de las categorías técnicas, lo que el mapa revela es una pregunta profunda:
¿desde dónde —y para quién— estamos construyendo el futuro digital?
La Inteligencia Artificial no es solo una herramienta. Es una forma de ver el mundo. De decidir a quién escuchamos, qué automatizamos, qué dejamos atrás.
CHILE: CUANDO LA TECNOLOGÍA SE VUELVE POLÍTICA PÚBLICA
Chile encabeza el liderazgo regional. No por volumen, sino por visión.
Su Estrategia Nacional de IA, el desarrollo de talento, la conectividad territorial y la producción científica hacen que la inteligencia artificial no sea un lujo experimental, sino una apuesta estructural.
Aquí, la IA se regula. Se piensa. Se aplica con propósito.
MÉXICO: ADOPTANTE EN TRANSFORMACIÓN
México forma parte del grupo de adoptantes, es decir, países que ya integran herramientas de IA en sectores clave como educación, salud, industria manufacturera, seguridad pública y servicios financieros.
Sin embargo, su avance es desigual. El desarrollo de la IA no ha sido homogéneo en todo el territorio. Mientras algunas regiones han comenzado a consolidar verdaderos polos de innovación, otras apenas empiezan su alfabetización digital.
En este contexto, dos estados destacan por encima del resto:
JALISCO Y OAXACA: CUANDO LA PERIFERIA INNOVA DESDE EL CORAZÓN
Jalisco no necesita presentación: su ecosistema de innovación, universidades y centros de datos lo colocan como un referente nacional. Pero lo verdaderamente poderoso es que ha logrado tejer redes humanas con tecnologías emergentes: diagnósticos médicos asistidos, robótica, educación adaptativa, automatización gubernamental con rostro ciudadano.
Oaxaca, en cambio, ha sorprendido desde otro lugar. Desde la resistencia, desde la raíz.
Ha llevado la IA a traducir lenguas originarias, prevenir fenómenos naturales, acompañar procesos agrícolas.
No impone tecnología: la dialoga con la comunidad.
“La innovación no siempre nace del centro.
A veces, brota de los márgenes con una claridad conmovedora.”
Ambos nos recuerdan que la inteligencia no sólo se programa… también se siembra.
LO QUE EL ÍNDICE NO DICE, PERO URGE PREGUNTAR
Sí, Chile lidera. México avanza. Pero el índice no mide todo. No mide la ética, la justicia algorítmica, ni la equidad en la distribución de oportunidades digitales.
No mide si la IA nos une o nos fragmenta más.
Si automatiza el acceso… o también los prejuicios.
Por eso, más allá de los rankings, lo que está en juego es quién diseña el futuro y con qué criterios.
CONCLUYENDO: SOBERANÍA DIGITAL O DEPENDENCIA ALGORÍTMICA
La Inteligencia Artificial no es solo una herramienta. Es una decisión cultural, política y ética.
Chile nos muestra que el liderazgo puede lograrse con planeación,
México que el impulso necesita dirección,
y estados como Jalisco y Oaxaca demuestran que la innovación también puede nacer desde la periferia.
El reto para América Latina no es solo subirse al tren de la IA.
El verdadero desafío es construir soberanía tecnológica con justicia social.
Porque un algoritmo sin ética puede ser tan excluyente como cualquier otro sistema de poder.
Y porque el futuro no lo determina la tecnología que usamos,
sino la humanidad con la que decidimos usarla.
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¿Y usted? ¿Desde qué lugar está pensando la inteligencia artificial que viene?