Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR

Fotografías: Manuel Jiménez

El Derecho Familiar, rama de la abogacía requiere de sensibilidad humana y convicción de quien brinda los servicios en diversos temas familiares para obtener el mejor resultado que cuide el bienestar de los involucrados.

Platicamos con la licenciada Graciela Ramírez Luna para conocer su historia y la motivación que hay detrás de su trabajo, las satisfacciones y retos al estar al frente del Corporativo Ramírez Luna.

Soy la hija menor en una familia en donde todos se dedican al área médica; desde pequeña, sin duda tuve un acercamiento directo y una admiración con esta profesión. Muchas personas dicen que uno se enamora de lo ve, pero en mi caso no fue así. Estoy convencida que uno nace con una vocación y en un núcleo de valores, condiciones y desafíos heredados, yo quise buscar mis propios desafíos y crear mi propio legado en un campo desconocido, en donde he ido trazando el camino que quiero andar, esto me motivó a dedicarme a la abogacía.

Me enfoco en todo lo relativo al área civil, pero los asuntos referentes al derecho de familia son temas que me apasiona ejercer. El derecho corporativo, es una rama en la que en los últimos años me he capacitado para ejercer y brindar atención, asesoramiento y sobre todo prevención a las empresas en cuanto a su normatividad y su actividad empresarial.

El derecho familiar sigue siendo un área muy sensible ¿cómo lograr obtener lo justo para sus clientes cuando es evidente que tienen derecho a obtenerlo? ¿Cómo se siente cuándo no logra ello?

Los temas relacionados con el derecho de familia, debemos tratarlo con sensibilidad y empatía. En nuestra formación académica nos enseñan a aplicar la ley, para contribuir a realizar lo justo; pero además se requiere tener vocación e incorporar nuestros ideales, no olvidando que nuestros clientes, son seres humanos y que temas como divorcio, pensión alimenticia, guarda y custodia, etc., tocan su ámbito personal y que, en ocasiones el tener éxito este tipo de juicios, puede tener un dejo de derrota.

 

Y los hijos, ¿qué papel juegan en estos conflictos?

En estos conflictos, muchas veces invaden los deseos de poder, dominio y control o los sentimientos de venganza, viéndose los padres a sí mismos como impecables, olvidan que los hijos deben ser la prioridad sobre los intereses e incluso sobre esos sentimientos de enojo que pueden existir, convirtiendo a los hijos en un arma en contra del otro. En ocasiones, los padres se olvidan de que siempre serán padres y que siempre serán familia, aunque la estructura de esta cambie. Considero que, en cualquier controversia y más en las de carácter familiar, será siempre mejor una conciliación, sobre todo si se encuentran inmiscuidos menores; pero si al final se contiende en un juicio, no se debe de olvidar que debe prevalecer el interés superior del menor.

 

¿Cómo surgió su idea de fundar el Corporativo Ramírez Luna y quiénes lo integran?

Tras 10 años de colaborar en un despacho jurídico, el independizarme era un riesgo que tenía que asumir para encontrar mi lugar en mi profesión; por lo que hace 5 años con el apoyo de mi esposo, decidimos iniciar el proyecto.

Sabiendo que las personas y empresas requieren de profesionales que las asesoren para tomar decisiones, no sólo en área legal, nuestro objetivo, es el proporcionar un servicio multidisciplinario, ofreciendo un soporte integral para atender las necesidades de nuestros clientes; estamos convencidos que mediante la colaboración se pueden aprovechar mejor las oportunidades de negocio y brindar servicios más eficientes. Dentro de las áreas de asesoría, también contamos con la psicológica, administrativa, inmobiliaria y de consultoría organizacional; asimismo, buscamos alianzas estratégicas con otros despachos jurídicos, contables o profesionales en diversas áreas, dentro o fuera del estado, para ofrecer un enfoque integral a las necesidades planteadas.

¿Cómo ha sido el camino que ha recorrido entre la abogacía y ser creadora de una marca exitosa en un mundo laboral dominado por los hombres?

Cuando haces lo que te gusta, el camino de objetivos y metas no se torna tan complicado. Me siento afortunada, porque a pesar de no tener un legado jurídico familiar, mi trabajo me ha permitido abrirme oportunidades y desarrollarme en mi profesión; con esta seguridad que da el trabajar en lo que te apasiona, cuando tienes un proyecto independiente, el reto es el llegar a los clientes y ganarte su confianza con un trabajo serio profesional y competente.

El éxito lo considero relativo, pues depende del cristal con que se mire; tal vez para algunos, en la abogacía es ganar mucho dinero, tener propiedades, tener influencias, etc.; desde mi punto de vista, el éxito debe tener una perspectiva más humana.

Por mucho tiempo, la abogacía se pensó era una profesión de hombres, cuestión que hoy en día ha mejorado; no obstante, como mujeres abogadas aún nos enfrentarnos a ciertos prejuicios para desarrollarnos profesionalmente, todavía existen personas que creen que es mejor un abogado hombre para negociar un conflicto en una empresa o para litigios penales; sin embargo, considero que como mujeres tenemos muchas fortalezas que nos convierten en buenas abogadas, somos resilientes, perseverantes, empáticas, en ocasiones vemos más allá de lo evidente; en nuestro país existen abogadas brillantes y capacitadas en todas las áreas del derecho, mujeres comprometidas que buscamos las mismas oportunidades para contribuir con la sociedad desde nuestra profesión.

 

¿Cómo equilibra su vida profesional, familiar y personal?

Si hablamos de equilibrio, es necesario hablar de pesos y contra pesos, de tensiones y flexiones, no me atrevo afirmar que mantengo un equilibrio; pero en general, me siento más como un malabarista en la cuerda floja intentando no caer. Unos días el trabajo requiere toda mi atención y otros mi familia, sin duda es un desafío. Considero existen dos puntos clave: el primero y en lo que a mi vida personal se refiere, busco serle fiel a mis ideales, principios y metas, “eso me marca rumbo”, es la cuerda sobre la cual caminar; el segundo, la confianza en las personas que me rodean “el balance lo da el equipo”. Quienes integran Corporativo Ramírez Luna, son el soporte e impulso profesional, la familia, es mi equipo en casa.

¿Cuál sigue siendo el reto en lo profesional y personal?

Sin duda quisiera ser agente de cambio en cada una de las áreas de mi vida; vivir en forma plena disfrutando lo que hago. Específicamente en lo profesional, quiero seguir trabajando para dignificar y humanizar el derecho desde la abogacía.

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