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Guiengola no solo son vestigios: es memoria, identidad y territorio”: Mariana Yáñez Unda

Staff Mujeres

En medio del avance de megaproyectos en el Istmo de Tehuantepec, la organización Litigio Estratégico Indígena ha emprendido una defensa jurídica para proteger la zona arqueológica de Guiengola. Conversamos con Mariana Yáñez Unda, vicepresidente de esta asociación, sobre los retos y significados de esta batalla legal.

—¿Por qué es importante proteger Guiengola? Guiengola no es solo un sitio arqueológico con valor histórico. Para los pueblos zapotecos del Istmo, es un lugar sagrado, parte de su memoria colectiva. Su defensa no es únicamente cultural, sino también territorial y espiritual. Ahí se anclan formas de vida, narrativas identitarias y vínculos comunitarios.

—¿Qué amenaza enfrenta actualmente esta zona? Los trabajos relacionados con el Corredor Interoceánico y otras obras de infraestructura representan un riesgo real. No ha habido procesos adecuados de consulta ni estudios de impacto cultural profundos. El avance de maquinaria pesada, caminos y desarrollos industriales cercanos a la zona puede generar un daño irreversible. No debemos pasar por alto que el istmo de Tehuantepec va a poblarse vertiginosamente por lo que la mancha urbana puede afectar la zona de Guiengola.

—¿Cómo han respondido jurídicamente a esta amenaza? Promovimos un juicio de amparo. Nuestro presidente Carlos Morales Sánchez, como abogado zapoteco está legitimado para promover el juicio de amparo. Nuestra principal demanda es que el INAH declare zonas de monumentos arqueológicos al sitio ceremonial de Guiengola. Está medida sería un freno a las invasiones u destrucción de Guiengola.

—¿Cuál ha sido la reacción de las autoridades? Ha habido resistencia institucional. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reconoce la importancia de Guiengola, pero no ha actuado en consecuencia. No han gestionado la declaratoria de zonas de monumentos. Esta declaratoria permitiría delimitar territorialmente Guiengola y sería un freno a la invasión y destrucción.

—¿Qué mensaje quieren dejar con esta lucha? Que el derecho puede ser una herramienta de resistencia cuando se pone al servicio de los pueblos. Y que Guiengola no es solo pasado: es presente y futuro. Protegerla es defender la dignidad de las comunidades que han habitado el Istmo por siglos. Hoy la Suprema Corte tiene en sus manos la resolución del amparo. Es importante que desde el más alto tribunal del país se establezca envié un mensaje de que es necesario proteger el patrimonio cultural material del pueblo zapoteco.

—¿Cómo puede la ciudadanía apoyar esta causa? Difundiendo, acompañando, preguntando. La defensa del patrimonio no es solo de los pueblos indígenas: es responsabilidad colectiva. Si perdemos Guiengola, perdemos todos.

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