GERIATRÓNICA: LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA AL SERVICIO DE LA MADUREZ
Mariana Navarro
GIADALAJARA, Jalisco. – <<Nos hallamos ante un renacimiento de la madurez, donde la tecnología deja de ser un ente ajeno para convertirse en un báculo de vida>>
La geriatrónica es la disciplina que integra la robótica, la inteligencia artificial, la biomecánica y otras tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Su objetivo principal es promover la autonomía, la movilidad y la seguridad mediante dispositivos como exoesqueletos, robots asistenciales, sensores inteligentes y sistemas de monitoreo de salud.
Esta área interdisciplinaria no sólo busca compensar limitaciones físicas y cognitivas, sino también facilitar la interacción social y la inclusión digital, redefiniendo el envejecimiento como una etapa activa y digna en la sociedad.
EN ARAS DE LA CIENCIA ADULTA
En la sinfonía incesante del progreso humano, donde la ciencia avanza con paso brioso y la tecnología se erige como un artilugio que reconfigura el existir, es donde surge un campo fascinante y trascendente: la geriatrónica.
Esta disciplina, que conjuga la robótica, la inteligencia artificial y la biomecánica en aras de la senectud, promete transformar la vida de aquellos que han cruzado el umbral de la época adulta , devolviéndoles independencia, dignidad y vigor.
EL CREPÚSCULO DORADO: EL NUEVO PARADIGMA DEL ENVEJECIMIENTO
La madurez, antaño considerada un ocaso donde la existencia menguaba en fuerza y capacidad, hoy se reviste de nuevas promesas.
La geriatrónica aparece como una aurora de progreso que disuelve el fatalismo del envejecimiento, ofreciendo dispositivos y algoritmos diseñados para preservar la movilidad, la agilidad cognitiva y la autonomía.
Entre los ingenios más notables de este siglo se encuentran los exoesqueletos robóticos, armazones biomecánicos que permiten restaurar la marcha y fortalecer el cuerpo, como si una armadura invisible insuflara nueva vitalidad a los músculos fatigados.
A su vez, los asistentes de inteligencia artificial permiten a los mayores vivir con seguridad e independencia, regulando su entorno con la voz, recordando sus medicamentos y alertando ante cualquier eventualidad.
FACTORES QUE FACILITAN LA ADOPCIÓN TECNOLÓGICA EN MAYORES DE 50 AÑOS
La geriatrónica no solo debe existir, sino integrarse de forma natural en la vida de las personas adultas mayores .
Para lograrlo, es clave que la tecnología sea fácil de usar, con interfaces intuitivas; que haya educación digital, para eliminar el miedo a lo desconocido; que sea accesible para todos, y no un lujo exclusivo; y que exista un cambio de mentalidad, viendo la vejez como una etapa llena de posibilidades, no como un declive.
Más que máquinas, la geriatrónica es una puerta a la autonomía, la dignidad y una nueva forma de envejecer.
EL IMPACTO EN LA SOCIEDAD: UNA ERA DE COEXISTENCIA ENTRE HOMBRE Y MÁQUINA
Si bien la geriatrónica ha sido concebida en principio para los mayores, su influjo se proyecta sobre el tejido entero de la sociedad.
La integración de la tecnología en la madurez no solo alivia la carga de los cuidadores y los sistemas de salud, sino que redefine el papel de los adultos en la comunidad.
Gracias a estas innovaciones, la experiencia y el conocimiento acumulado por los mayores no quedan relegados a un sitial de nostalgia, sino que encuentran nuevos cauces para florecer.
La longevidad activa permite que generaciones enteras coexistan en simbiosis, enriqueciendo el acervo cultural y fortaleciendo los lazos intergeneracionales.
CONCLUYENDO: HACIA UNA SENECTUD REDIMIDA
En el ocaso del siglo XIX, la vejez era vista como un compás de espera hacia la nada, una sombra que anunciaba el fin ineludible.
Hoy, en pleno siglo XXI, nos hallamos ante un renacimiento de la madurez, donde la tecnología deja de ser un ente ajeno para convertirse en un báculo de vida.
La geriatrónica no solo desafía los límites biológicos del ser humano, sino que eleva la dignidad del individuo, devolviéndole lo que la edad, en su natural desgaste, tiende a arrebatar.
En este nuevo siglo, en que la ciencia y la poesía del existir deben entrelazarse, hagamos de la vejez un canto de plenitud, donde el cuerpo, aunque marcado por los años, aún pueda danzar con la luz de la inteligencia y el auxilio de las máquinas y de la inteligencia artificial , conjugado con una inteligencia de amor por la vida .