Armando EBOLI
PUEBLA, PUE.- Repentinamente la palabra gentrificación se ha puesto muy de moda en México, en el significado más general de la palabra, el diccionario la define como: “proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo”. En teoría estos movimientos anti-gentrifiación que han surgido en el mundo deberían tener como centro justo a esa población desplazada.
En México poco a poco este movimiento ha ido tomando tintes xenófobos, quizá es el ambiente trumpista que impera en el mundo, pero los extranjeros, sobre todo los estadounidenses, se han convertido en la personificación de la gentrificación, gente alta, rubia, con mayor poder adquisitivo, pero que finalmente, también son desplazados económicos, quizá a causa de otro proceso de gentrificación, y que ya no les alcanza para vivir en Los Ángeles o Nueva York, luego buscan aumentar su nivel de vida migrando a un país que les resulte más barato. El proceso sigue, se mudan a barrios de México como La Condesa, y los que no pueden competir con ellos se mudan a la Doctores, y los de los doctores se tienen que ir más lejos a desplazar a otras personas, en cierto sentido, todos gentrificamos, pero es más visible y dramático donde el dinero llega demasiado rápido y descontrolado.
La gentrificación es más un movimiento del capital y no tiene que ver con nacionalidades, por ejemplo, en mi barrio en Puebla, hay una universidad grande, con el tiempo, los habitantes originales se han tenido que ir, porque la universidad necesita estacionamientos, o un nuevo edificio de maestrías, las casas de al rededor se han vuelto cafés u hospedaje para estudiantes. Las rentas se han ido al cielo y ningún güero es responsable de eso. Cualquier letrero que diga “Haz patria y mata un gringo” sobra e incide poco en la gentrificación, pero para alguno sirve para regresarle un poco del odio y la animadversión que se siente desde Estados Unidos, la retórica trumpista.
Algunos políticos han tratado de aprovechar el tema, los diputados de la Ciudad de México, por ejemplo, han propuesto un espacio llamado “Diálogos contra la gentrificación” para obtener propuestas para enfrentarla, es el tema de moda, pero casi nadie parece entender que es, un fenómeno inevitable, y si, en cierta forma, una consecuencia de la estabilidad social y económica de una zona, donde en los casos más extremos, seguramente hay polos de poder. Si Televisa estuviera en Guadalajara, no viviría ningún aspirante a actor o modelo en La Condesa.
La gentrificación es un enemigo tan abstracto como el capitalismo, y se puede decir que uno es hijo del otro. La batalla entre los dueños de las casas que quieren venderlas o rentarlas a precios elevados, que haría cualquiera en su lugar… contra quienes saben que pueden pagar lo justo por rentar o comprar en un lugar, pero ya no les alcanza por la especulación.
*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.
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