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Alexandra MARTINEZ DE AGUILAR*

Hablar del negocio familiar, siempre despierta diversas emociones porque el trayecto no ha sido fácil, pero compartir mi historia en la Revista mujeres Shaíque busca motivar a quien me lee a no “tirar la toalla” ante muchos retos que se presentan cuando se trabaja con la familia y a su vez, se busca con profesionalismo laborar para mantener y hacer crecer cada día un negocio de 20 años.

En cualquier parte del mundo, las empresas familiares son un gran generador de riqueza, empleo e innovación; contribuyen cuando menos con el 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y representan el 90 por ciento de las unidades de negocio que hay en el país, con datos proporcionados en el libro Sucesión en la Empresa Familiar: Historias de Éxito Citibanamex y el Tecnológico de Monterrey.

Y asimismo, resalta que la mayoría de las compañías no sobreviven al fundador, sólo una tercera parte llega a la segunda generación y poco más de un 10% sobrevive hasta la tercera generación.

Lo que comenzó como un pequeño negocio, con el transcurso del tiempo se volvió un patrimonio más grande, más complejo de mantener y hacer prosperar. Si bien es cierto que, como cualquier empresa, Revista mujeres Shaíque nació con el fin de generar trabajo y un patrimonio, también lo fue y es alcanzar los objetivos que convengan a la familia: armonía y unión.

Y, a partir de una idea elaborada por mi padre Alfredo Martínez de Aguilar con un grupo de personas que perfeccionaron el proyecto, alentada con el deseo de dejar huella por varias generaciones y de seguir plasmando en papel su pasión por el periodismo, el 22 de abril de 2002, vio la luz esta revista.

Con los años, mi hermana Karla Irina Martínez de Aguilar Velásquez, tomó las riendas de esta revista y con ello, los riesgos que implica ya que sólo 33% de las empresas familiares sobrevive el paso a la segunda generación y sólo el 15% opera hasta la tercera generación.

Lo anterior no significa que mi padre ya no forme parte, pero ahora su responsabilidad es diferente y debe mirar desde otro punto de vista lo que ha construido; ahora tiene que analizar cuándo será el momento de cosechar el fruto de muchos años de esfuerzo con la plena seguridad que la revista podrá seguir funcionando de igual o mejor manera, sin dirigirla completamente, dando paso a delegarnos más responsabilidades.

Cuando yo me integro más realizando diversas actividades con la fiel convicción de contribuir a hacer más próspero este negocio, realmente me doy cuenta que es cierto que la segunda generación de una empresa familiar suele vivir un poco más cómoda que la primera, por lo que suele no estar tan acostumbrada a esforzarse demasiado por los resultados.

Pero gracias a Dios, la ética y los valores que fueron inculcados en el seno familiar, han regido al día de hoy el compromiso que nos motivan a continuar consolidando e integrando la revista definiendo las tareas de cada uno de nosotros que se plasman en una cultura corporativa que estoy segura trascenderá a lo largo de varias generaciones.

Reconozco abiertamente que en este proceso de asumir mayores responsabilidades como hija y como miembro importante de esta revista, así como vivir por momentos bajo la comparación de quienes iniciaron este sueño (situación que también ha vivido mí hermana), han brotado diversos estados anímicos que muchas veces han desequilibrado el negocio y la familia.

Pero he aprendido que delineando un plan organizacional; con un diálogo abierto y asertivo; separando los asuntos familiares de los empresariales; con capacitación constante y disciplina; sin descuidar la ética y los valores; construyendo un sentido de pertenencia a prueba de éxitos y fracasos para aprender a valorar este patrimonio; y llegando a acuerdos a partir de la acción decidida de compartir una visión empresarial, un modelo familiar y valores, se le puede dar mucha más vida a un negocio que tiene 7300 días, 15,360 páginas y 10,000 ejemplares distribuidos en Oaxaca y en algunos estados de la República Mexicana.

Hoy más que nunca, estoy segura que esta empresa seguirá evolucionando hacia las siguientes generaciones de una manera ordenada y responsable donde continúe siendo un medio de comunicación que despierta emociones.

*Licenciada en Ciencias Políticas interesada en aprender continuamente de todo y de todos.

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