Milka IBÁÑEZ*
CDMX.- Prendo Netflix y en sugerencias me sale una serie de uno de mis actores favoritos, Benedict Cumberbatch (conocido por Doctor Strange, Sherlock y muchísimas más), en estos pequeñas escenas que lanza el algoritmo, me aparece su personaje Eric en una fiesta con una botarga, un monstruo enorme que lo sigue, hasta el momento todo parece una comedia de humor negro, pero esta miniserie va mucho más allá, lejos de lo que su publicidad nos hace creer, no para mal si no para llevarnos a un sube y baja de emociones.
La serie británica Eric, creada por Abi Morgan, se estrenó en 2023, ofreciendo una propuesta audaz. La historia sigue a Vincent, interpretado de manera magistral por Benedict Cumberbatch, mencioné que soy fan, un titiritero reconocido por ser el creador de un icónico programa infantil de marionetas, su vida se tambalea por la misteriosa desaparición de su hijo Edgar (Finn Bennett).
Morgan se inspira en hechos reales, sin enfocarse del todo en un caso en específico. En la década de los 80 hubo un aumento en la criminalidad de la Ciudad de Nueva York, unos de los más mediáticos fueron la desaparición de niños, entre ellos fue un niño de unos 9-10 años que por primera vez se fue solo a la parada de camión para subir al transporte escolar, en el corto trayecto el niño se distrajo y de ahí su desaparición, la cuál empezó la difusión de niños desaparecidos publicados en las cajas de leche. Vincent representa la persona de muchos de estos padres que tuvieron que afrontar estas terribles experiencias, si bien el personaje tiene un amor infinito a su hijo, incluso trabaja con niños, no es el padre ejemplar, por lo que la creadora construye un ser complejo, alguien que brinda ayuda a otros por medio de su programa, pero que tiene que librar sus propios demonios, llevando una dualidad inquietante y un conflicto interno que el actor captura a la perfección.
Cosa importante en la serie es la figura del muppet/monstruo Eric, quién acompaña en todo momento a Vincent, le aconseja, es esa voz en su cabeza que dirá las opciones que debe seguir. Este gigante no es precisamente una personaje tierno, nace de la mente del hijo desaparecido del protagonista, de sus sentires ante una vida familiar poco equilibrada, y como si la creación de este niño fuese su último deseo, un deseo que no fue escuchado en su momento y esta obsesión se materializa en la mente de este padre desesperado por encontrar a su hijo, por lo que decide crearlo con el objetivo que se pueda ver en la televisión y así sea perdonado por no escuchar al ser que más quiere en la vida. Esto se suma a que Vincent tiene una condición mental que se va describiendo poco a poco conforme vamos conociendo el entorno familiar del personaje.
En serio que es una serie que te mantiene al borde del sillón. Con un ritmo narrativo dinámico, entre flashbacks, personajes secundarios que rayan en los clarosbcuros, extraños, historias de amor, de traición, pasiones, enfermedades, realidades sociales, políticas y culturales que marcarón la ya mencionada época de los 80s.
Quizá para algunos espectadores pueda parecer algo pesada, pero denle una oportunidad. Es una serie que sabe equilibrar el drama personal, la condición humana ante la perdida, cómo enfrentar el dolor, cómo esto moldea nuestra personalidad, con excelentes actuaciones, visualmente bien pensada en sus ambientes y descripciones en el color, emocionalmente impactante, la cual está disponible en Netflix.
Y como a nivel personal quiero dedicar esta reseña a mi tío José Antonio Ibáñez Aguirre, de los seres más inteligentes que he conocido, que siempre recordaré con mucho cariño, admiración y como todo un personaje lleno de pasión y humor único, un humor poco entendido, pero siempre disfrutable. DEP tío querido y acá seguiremos moldeando la psique humana.
*Comunicación y Relaciones Públicas. Directora General 24 Risas por Segundo, Festival de Cine y Comedia.