Alfredo MARTINEZ DE AGUILAR

Lizeth Azhalia Zárate López desea ser recordada como una mujer que, a pesar de la adversidad de padecer discapacidad física en el brazo izquierdo tuvo determinación para salir adelante.

Sin soberbia, pero sí con profunda satisfacción personal y profesional, subraya, que se abrió camino navegando entre las embravecidas olas de la vida, por ella, por sus hijos y por su familia.

Hace nueve años un accidente en carretera cambió totalmente la vida de la oaxaqueña Lizeth Azhalia Zárate López. Volcó y cayó a un abismo de 20 metros. Sufrió tres fracturas de mandíbula.

Perdió la movilidad de la parte derecha del cuerpo. La secuela más visible es no mover el brazo y la mano derecha. Renació como guerrera y, a partir de entonces inició una intensa labor social.

Después de dos años en rehabilitación pudo mejorar la movilidad, pero el mayor obstáculo que ha tenido que vencer es la falta de sensibilidad de las personas para tratar a los discapacitados.

No tiene una asociación civil ni fundación, brinda apoyo directo a quien lo necesite en especie, económicamente, en medicamentos, aparatos auditivos, sillas de ruedas, bastones y sanitización.

Comparte no sólo su historia de resiliencia, sino la historia de todas las mujeres y hombres que han formado parte de esta, como ejemplo para las mujeres oaxaqueñas y mexicanas en general.

Con la grandeza de la sencillez reconoce que su resiliencia como capacidad de adaptación se ha construido de la mano de sus decisiones y de las personas que le han acompañado en la vida.

“Soy la consecuencia de un conjunto de historias que por azares del destino me han colocado en el lugar en donde estoy”, confiesa con humildad la empresaria oaxaqueña.

Tras su participación como candidata a diputada federal por el Distrito 08, la politóloga continúa su trabajo a favor del empoderamiento de las mujeres oaxaqueñas.

Está dedicada a abrir foros ciudadanos en los que las opiniones de las mujeres sean tomadas en cuenta para hacer comunidad y fortalecer su participación en la sociedad civil organizada.

Con optimismo realista, se ha comprometido con tres objetivos para el futuro inmediato: Gestionar apoyos para mejorar la calidad de vida de la sociedad y Apoyar a los diversos grupos vulnerables.

Pero ante todo lucha incansable por buscar la inclusión laboral de las mujeres y lograr su independencia económica y el empoderamiento necesario para superar sus circunstancias personales.

Para impulsar la mayor participación de las mujeres en la política y en la economía trabaja de manera denodada cotidianamente por conseguir que las mujeres se empoderen económica y culturalmente.

En este sentido, plantea como estrategia prioritaria pugnar por el acceso de las mujeres a la educación completa y que se les permita incursionar en la vida laboral sin restricción alguna, por razón de género.

Lizeth Zárate López trabaja incansablemente a brazo partido por implementar apoyos para la formalización de las empresas y negocios de las mujeres. Ante todo generosamente solidaria busca la apertura de espacios y foros para que las mujeres oaxaqueñas sean escuchadas y tomadas en cuenta en la vida política activa de nuestro país.

Esta convencida que el mayor empoderamiento femenino contribuirá a detonar el avance de otras minorías.

Reconstruirá la sociedad, reducirá la brecha de desigualdad existente y permitirá a muchas personas vivir la vida de la forma que deseen, sin el reforzamiento constante de los patrones patriarcales.

A fin de alcanzar la anhelada meta femenina de la equidad y paridad de género, sostiene que las mujeres pueden ayudarse entre sí, reconociendo que se trata de una lucha común y no entre ellas.

Al mismo tiempo, se pronuncia por dejar a un lado entre las mujeres las diferencias impuestas socialmente y empatizando con las singulares circunstancias de vida de cada una de nosotras.

Con clara visión de la realidad actual de las mujeres dice que esta lucha se convirtió, ahora, en una necesidad de ser vistas como iguales frente a nuestros padres,  esposos, hijos, amigos y personas.

Entrevistada por mujeres Shaíque, la licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad José Vasconcelos urge a sus pares a entender que el objetivo fundamental en reconstruir la sociedad.

Lizeth Azhalia Zárate López pone sobre la mesa de la discusión nacional la imperiosa necesidad de impulsar poco a poco el cambio del modelo de educación en las escuelas públicas y privadas.

Obligado, fomentar en los hogares la igualdad

No deja de reconocer, sobre todo, la obligación de fomentar en los hogares la igualdad y no distinguir y asignar actividades por razón de género, sino que haya libertad de poder ser lo que uno desee.

Con la amplia experiencia en los negocios y el trabajo social asegura que de esta manera no seguirá siendo motivo de asombro o considerar una carga que la mujer tenga una vida políticamente activa.

Demanda alcanzar la ambiciosa meta que sean tantas las mujeres que tengan la oportunidad de participar en política  que no tengamos que señalar más la diferencia entre hombre y mujeres.

Actualmente, aceptó que es necesario reconocer que dolorosamente todavía son pocas las mujeres a las que realmente se les da la posibilidad de poder contender por un cargo de elección popular.

Se dolió que en pleno Tercer Milenio la participación de la mujer siempre dependa aún de las decisiones de terceros, ya que en su mayoría son hombres quienes toman la batuta política.

Ello ocurre, lamentó, a pesar que la participación política es un derecho humano fundamental consagrado constitucionalmente para que las mujeres puedan representar a sus simpatizantes.

Aclaró que no puede decir que es nula, porque hay mujeres que han abierto brecha para que cada vez haya más mujeres en los espacios de ejercicio del poder, pero todavía falta mucho por hacer.

La oaxaqueña Lizeth Azhalia Zárate López es madre de cuatro hijos, tres varones y una mujer, en una familia reconstruida, Tadeo de 4 años, Emanuel de 12, Alejandro de 13 años y Abby de 16.

Lograr que la gente confíe que las cosas pueden cambiar y que una mujer sabe escucharles, le llevaron a ser candidata a diputada federal.

La gente no cree que las cosas vayan a cambiar, porque son los mismos políticos con las mismas promesas de siempre. Señala que el descontento, el reclamo y la queja ciudadana, es generalizado.

Proviene de la cultura del esfuerzo, de las ganas de salir adelante. Reconoce que no tiene una trayectoria política, sin embargo, tiene las ganas de hacer bien las cosas y la capacidad, también.

“Venir del hogar y de la empresa a la participación política, es un reto. Solo faltan las ganas de decir quiero y puedo hacerlo para demostrar que las mujeres podemos y merecemos ser reconocidas”. 

Es mujer responsable, leal, comprometida con su familia. “Al ser candidata, los ciudadanos debieron darse la oportunidad de creer que como diputada federal podía hacer muchas cosas positivas”.

No se compromete a cumplir con lo que no puede. La población demanda servicios públicos básicos, agua, drenaje, electricidad, pavimentación y ante todo la seguridad, es una queja generalizada.

“Apoya la participación política femenina. No hay plena igualdad y muchas barreras al decirse que no pueden hacerlo y deben dedicarse al hogar. Sacrifican bienestar social y profesional por la familia.

La violencia contra las mujeres, los feminicidios, la inseguridad y la delincuencia, reconoce, inicia en el hogar. Justamente por eso, es importante que las madres compartan su tiempo con sus hijos.

Las madres solteras no tienen oportunidad ni la confianza de salir a trabajar y dejar a sus hijos o como ella en su rutina diaria, llevar a los hijos al espacio, a veces reducido, en el que trabajan.

Exige trato digno para los adultos mayores y las personas con alguna discapacidad como ella. Enfrentan barreras físicas en infraestructura, pero sobre todo, falta mucha sensibilidad humana.

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