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Armando EBOLI ZAPATA*

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIS.- La carrera presidencial ha iniciado y la elección interna de MORENA se lleva toda la atención, pues ahora, si MORENA lanzara una barra de carbón, ganaría la barra de carbón.

Son cuatro los precandidatos, pero dos, Adán Augusto y Ricardo Monreal, sólo operan como variables que pueden afectar o no el resultado que se decidirá por medio de una encuesta interna.

El método de la encuesta genera muchas dudas, sobre todo porque las últimas han fallado y existe mucha diferencia entre ser popular y ser un buen candidato, por lo demás, acostumbrados a desastres como la elección para la dirigencia de MORENA, o las elecciones internas del PRD o las del mismo PRI, la encuesta parece el método más pacífico para mantener al partido unido. Los rumores que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decidirá por dedazo quién es el candidato, me parece difícil de creer; puedo asumir que tenga predilección por Claudia Sheinbaum, pero él no llegó a la presidencia rompiendo pactos, por el contrario, tiene deudas morales con Marcelo Ebrard y su salida del movimiento. Es impensable, sobre todo, después de lo que sucedió en Coahuila. Sea Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard el ganador, AMLO no pierde.

Las encuestas son traicioneras y aunque hoy dan a Claudia como ganadora, se nos olvida que los sondeos que presentan los medios de comunicación son abiertos mientras que la que decidirá al candidato será interna y por eso, no reflejan necesariamente las preferencias del militante morenista, ahí es donde los grupos que siguen a Adán Augusto y a Ricardo Monreal toman más importancia para inclinar la elección por Ebrard o Sheinbaum. Además, si existe un electorado que desconfía de las encuestas y que frecuentemente miente en ellas para ocultar su preferencia, es el de MORNEA por lo que una sorpresa, es posible.

Marcelo Ebrard declinó en 2012 su candidatura en favor de AMLO. Desde que fue jefe de gobierno, no ha tenido tanto el foco público y la posibilidad de llegar a la presidencia, el que arranque en segundo lugar lo pone a competir contrarreloj. Claudia Sheinbaum sólo tiene que resistir y no cometer errores.

Por suerte para ambos, ninguno de los dos se puede echar en cara la tragedia de la línea 12.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas, pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal. exxebo@hotmail.com

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