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Armando EBOLI*

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.-Con Lorenzo Córdova fuera del INE, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha perdido un rostro que represente a ese enemigo abstracto que a su vez, simbolice a los neoliberales, conservadores, opositores, ecologistas o cualquier otredad que le resulte incómoda a su ejercicio de gobierno. Pero los espacios vacíos se ocupan y AMLO, ha encontrado en Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a ese rostro necesario para que su discurso de falsa minoría oprimida, siga funcionando.

La relación de AMLO con el poder judicial ha sido complicada desde el principio de su sexenio, por ejemplo, cuando les quiso imponer la austeridad republicana y trató de exhibir sus altos salarios. Con Arturo Zaldívar en la presidencia de la SCJN, el problema se solucionó bajo la afirmación que el poder ejecutivo no tenía el derecho de imponer nada al poder judicial, pero que el poder judicial se daría a la tarea de reevaluar sus privilegios. Zaldívar era alguien que sabía cómo tratar al presidente y darle, discursivamente, lo que necesitaba.
Hoy, la SCJN, cuenta con cuatro jueces que fueron propuestos directamente por AMLO y por ello, él esperaba esos votos como incondicionales, sin embargo, algunos de estos ministros han mostrado cierto criterio diferente en algunos asuntos, votando contrario a los deseos del gobierno lo que llevó a AMLO a declarar que se había equivocado en sus propuestas de ministros afirmando que esos ministros ya no siguen el proyecto y sus ideales de justicia, si no a los mecanismos jurídicos.

AMLO falló al intentar poner a Yasmin Esquivel como presidente de la suprema corte, le echaron atrás su propuesta de pasar la guardia nacional a la SEDENA y, ahora, le regresan una ley importantísima para él, el Plan “B” a la Reforma Electoral.

Todo eso ha hecho a Norma Piña el principal blanco de los ataques verbales de AMLO en la mañanera, menos frontal que con Lorenzo Córdova, tanto porque no es lo mismo insultar a un hombre que a una mujer, como porque a diferencia del ex consejero del INE, Norma Piña ha optado en tener un perfil bajo, dar pocas entrevistas y no contestar las provocaciones. AMLO entonces ha decidido denostar a toda la Suprema Corte exhibiendo sus prestaciones en un power point en las mañaneras.

Prácticamente, Norma Piña ha sido atacada desde que tomó la presidencia de la Suprema Corte aunque no siempre por AMLO, pero sí por sus seguidores, que le han hecho hasta piñatas. Ella es la cara de cada decisión de la SCJN que no conviene al gobierno. Es hasta chistoso leer en Twitter a los seguidores y bots de MORENA lamentándose que Norma Piña no tenga una cuenta en la red social, pues su trabajo de hostigamiento y propaganda queda anulado.
Al preguntarle a AMLO su opinión sobre un premio que recibió la ministra presidenta, el afirmó que esos premios se compran en Santo Domingo; esa provocación innecesaria muestra su molestia y a su vez la independencia (para bien o para mal) que el poder judicial mantiene con el ejecutivo y que todo el que se considere en desacuerdo con la aplastante mayoría electoral que lo respalda, debería celebrar.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal. exxebo@hotmail.com

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