“Educar no es domesticar, educar es ayudar a cada ser humano a establecer y mantener vínculos valiosos con la realidad”.
José Fernando Caldero
Enriqueta PÉREZ*
SAN LUIS POTOSÍ, SLP.-Una vez que la Secretaria de Educación Pública informara a través del Boletín Nº 127, el 7 de junio del 2022 que el modelo curricular entraría en vigor hasta el ciclo escolar 2023 – 2024, los medios de comunicación apaciguaron el revuelo sobre las aguas pantanosas de la desinformación y de su muy válido y valiosísimo sesgo ideológico, todavía tengo presente las inteligentísimas preguntas de aclamados “pedagogos”, conocedores del tema como López Doriga o Loretito de Mola quienes con mordaz pensamiento “crítico” despotricaban con su agudísima postura en contra de todo lo que oliera a la 4T haciendo preguntas a la audiencia
“¿y cuáles son los contenidos para iniciar este ciclo escolar?” -haciendo referencia al ciclo escolar 2022. “¿y cómo van a dar clase los maestros si todavía no saben que van a enseñar?”, dichas voces reafirmaban los grandes males de educación ante el histórico fracaso escolar de México y particularmente del gobierno en turno, preguntas por demás lamentables, que con pretensiones de ser voces “críticas” a lo único que abonan es a la continua desinformación y al verdadero sesgo ideológico que detentan, y remarco la palabra -sesgo ideológico- pues es ese el grosor del “argumento” más feroz en contra esta nueva propuesta del modelo curricular, este modelo evoca conceptos malditos que la mayoría de los whitexican no conciben como importantes, tales como cuestionar el patriarcado, revisar los conceptos históricos del colonialismo, la equidad de género y la valoración intercultural. Es decir, todo aquello que huela a generar ciudadanos que formulen y construyan su propia postura, su identidad, pensamiento crítico y ante todo, que sean revisionistas prácticos de la realidad social. ¡Claro!, este modelo promueve personas pensantes que vinculan su ser con la comunidad, con la otredad, con el medio ambiente, promueve la relación entre escuela-comunidad y territorio- ¡claro!, ¡Es súper peligroso para un sistema económico que las personas piensen!, pues bien, ante esta situación permítanme contextualizarlos en lo que este cambio en el modelo curricular pretende:
Lo primero que tenemos que entender que no es un nuevo modelo, sino una transformación, un cambio en el paradigma de cómo abordar los enfoques de enseñanza y los enfoques del aprendizaje, es decir, es un nuevo enfoque como ya lo dije, este enfoque promueve que el primer cambio sea en la estructura del salón de clase, en algunas décadas anteriores -y algunas actuales- las cátedras tradicionales solo se engalanaban con maestros poseedores de una gran cantidad de conocimientos y con alumnos pasivos que los reproducían fielmente, la memoria era un eje fundamental, pues al refrendar conocimientos declarativos la ausencia de una postura crítica, creativa y pensante quedaba muy lejos de esta concepción. Este nuevo enfoque conmina a transformar la relación existente entre el estudiante y el profesor, pasando de una estructura vertical a una horizontal, en esa horizontalidad no es que se menosprecie el conocimiento del profesor, es simplemente que ahora se convierte en un diseñador de experiencias de aprendizaje que desarrollan diversas habilidades, donde los entornos son fundamentales para promover la reflexión colectiva, el trabajo colaborativo y la relación armónica con sus pares, el alumno se concibe como un agente detonante de ideas, pensamientos y por ende de saberes, mismos que podrá transferir a nuevas experiencias y/o problemas.
Para que esto pueda suceder se requiere de un currículo deliberativo, es decir, de docentes que enriquecen sus programas integrando diversas perspectivas y contextos situacionales, el objetivo no es que aprendan el ¿qué?, sino el ¿cómo? y ¿para qué aprender? que promueva la práctica reflexiva, es un paso para dejar de ser únicamente operadores de los programas con contenidos rígidos desconectados de la realidad, y pasar a ser agentes vinculantes con la realidad.Entonces, el enfoque del modelo curricular no es otra cosa más que ser un agente de cambio y transformación desde el aula, ser un promotor de pensamiento creativo y crítico que signifique el aprendizaje y ayude al alumno a explicar y transformar su realidad con apoyo en el desarrollo de habilidades.
*Socióloga por la Universidad Autónoma de México, UNAM. Premio Soroptimista Internacional Oaxaca 2011 soc.epd@gmail.com