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Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR

Fotografías: Jorge Luis Plata

Locación: Taller Zaanate

VILLA DE ZAACHILA, OAX.-  El grafiti es una expresión artística urbana, ligada a la ilegalidad, a la clandestinidad, en Zaachila surgió este movimiento con un grupo de jóvenes en la época de los 90, fue el primer acercamiento de Alberto Revilla Pacheco conocido como Uren Rek  a un mundo de trazos.

Su Taller Zaanate, se encuentra dentro del espacio Los Pochotes, un jardín hermoso con dos árboles de esta especie. La naturaleza brinda la tranquilidad perfecta para la creación, y, platicar con Alberto Revilla Pacheco es un deleite, franco y sin reservas, nos contó experiencias que han definido su vida y camino en el arte.

El grafiti, el primer acercamiento a los trazos

Desde chico siempre me ha gustado pintar y dibujar, cuando iba en la secundaria utilizábamos los pizarrones de gis y las butacas de paleta y las pintaba, en el 2000 llegó el grafiti a Zaachila, surgió una generación de chicos que empezaron a salir en patineta, ellos fueron los que trajeron el grafiti al pueblo. Me sorprendió mucho porque era algo nuevo para mí, ver las líneas, no descifraba que decían y quise investigar este movimiento, poco a poco comprendí qué era tu taga, nombre del grafitero como firma sus pintas. Me atrajo la parte de poder pintar en la calle sin que nadie te vea, en la ilegalidad, anónimamente. Es una adrenalina muy chingona, un día no hay nada y al otro aparece una pinta, es algo que me llena de placer, pintar la calle en la noche, eso fue lo que me motivó a entrar en el mundo del grafiti.

Cuando comencé a grafitear no sabía cómo llamarme, conocía la palabra open (abrir) y me significó abrirme las puertas a este mundo, al dibujarlo era muy simple y lo cambié por Uren, Rek es mi crew Real Expresión Clandestina, pertenezco a un grupo de artistas de Zaachila que iniciamos a pintar el barrio con esas siglas.

Nosotros queríamos pintar, expresarnos, sacar lo que teníamos dentro, y ahora es diferente, se perdió la rebeldía de hacer grafiti, guardabas tu identidad, sabía uno que estaba dañando la propiedad ajena, ahora poca gente siente la necesidad de expresarse de manera ilegal, ahora se considera arte.

Creamos el Festival Zaanarte, con la intención de que los jóvenes se interesaran en las artes plásticas, fotografía, ilustración, cartel, este festival se hizo 5 años seguidos, cuando llego la pandemia no se hizo y hace dos años decidimos finalizarlo.

La experiencia de vida más difícil

Cuando empecé a pintar ilegalmente, lo hice con la cabeza de un pájaro y me condujo a muchos problemas, muchas personas me dijeron ¡detente porque vas hacia otro lado! Estás haciendo muchos pájaros y la gente se está poniendo incómoda. Por azares del destino pinté en una casa un pájaro y entraron a robar, el dueño salió y pintó unas leyendas sé quién eres, vi que te robaste, y la gente empezó a relacionar que donde estaba pintado el pájaro entraban a robar o era una seña, entonces, a nivel pueblo se creó un caos y, un día fui a pintar un puente y encontré gallos muertos de un palenque que fueron a tirar, recogí dos y los metí a mi carro. Estudiaba el primer semestre de la Licenciatura de Artes Plásticas en Bellas Artes y trabajaba un proyecto de cómo poder hacer una obra con secreciones humanas (moco, lágrimas, sangre), mi proyecto era con fluidos, llevaba una cámara, los policías vieron las fotos de ese proyecto, más los gallos muertos, los botes de aerosol para grafitear y como ya me habían advertido y no hice caso, esta serie de coincidencias fue la gota que derramó el vaso, tuve que pagar las consecuencias, fui a los separos y estuve recluido tres meses porque pensaban que estaba transtornado.

Esta experiencia de estar encerrado marcó min vida, ha sido uno de los retos más fuertes y difíciles, pienso que tenía un futuro en Bellas Artes probablemente hubiera terminado la licenciatura, pero solo finalicé el primer semestre. Ya había estudiado la carrera de arquitectura, pero no estaba ejerciendo y estaba metiéndome al arte, fue para mí un tropiezo no poder terminar la carrera y al salir del confinamiento no quise nada con la pintura, cuando estaba adentro quería salir y pintar y cuando salí ya no quería saber de la pintura. Me costó un poco de trabajo volver a pintar.

El reencuentro con la pintura

Fue inevitable, aunque intenté alejarme por lo vivido, pero estudiar en la ciudad de Oaxaca, me hizo recordar las galerías, los espacios de arte, y que en la carrera de arquitectura tuve la fortuna de dibujar a mano, pintar con acuarela perspectivas de casas o monumentos, usar prisma color, aprendí técnicas y conocí el IAGO.

Y justo, cuando salí, me encontré con unos excompañeros que me invitaron a una fiesta en La Curtiduría del artista Demián Flores, fue mi primer acercamiento a un espacio dedicado a la producción del arte, me maravilló el olor de las tintas, el papel, conocí a los encargados del taller que me invitaron a producir, estuve durante tres años y ahí aprendí las técnicas del grabado, litografía, punta seca e hice mis primeras impresiones, a partir de ahí colaboré en otros espacios.

En Zaachila está enterrado su ombligo y la influencia de su trabajo artístico

Soy originario del Barrio de La Purísima, es el barrio del centro, cerca del mercado y la plaza. Cuando decido formar una familia y establecerme me vine para el Barrio San Sebastián.

Hace tiempo empecé a comprender cómo hacemos nuestra vida en este pueblo y que dejamos de percibir la riqueza y nuestras raíces. Nos es tan común la Danza de la Pluma, Los Zancudos que ya no sentimos la emoción como cuando las vimos por primera vez y estoy tratando de revivir esa esencia que tenemos como zaachileños, por eso, mis dibujos están orientados a los danzantes de la pluma, pero no como la gente los conoce, no son convencionales, coloridos, etc., trato de hacerlos más místicos. La gente danza porque entra en un estado donde dejas de ser tú para convertirte en un danzante y, además, implica un ritual ponerte el traje, bailar, estar contigo mismo.

En este proceso de ir descubriendo mi estilo propio, busqué dentro de mí y recordé que

cuando iba a la primaria me fascinaban los libros de biología, veía las ilustraciones, había un libro de Oaxaca que tiene un pectoral, llegué a tener hasta 3 de esos libros, siempre me gustaba verlos, me motiva la naturaleza, los animales y las plantas, y un elemento importante en mi iconografía son las máscaras. Tengo una colección de máscaras de diablo, aunque está ligado a la religión, al diablo lo conocemos por el carnaval y desde brazos mi mamá recuerda que me ponía la máscara de diablito y de niño nos organizábamos los amigos para ponernos la máscara y hacer travesuras, de adulto me he vestido algunas veces y revivir el ritual de cómo debe colocarse la máscara correctamente, los pañuelos que se usan, la cabellera, el penacho y al última la máscara. Uno se siente con una energía indescriptible, te sientes un súper hombre, puedes correr, bailar por horas, colecciono máscaras no solo de diablo, tengo de luchador, de jaguar, me gusta como iconografía poder convertirse en algo más, y la máscara proviene de lo prehispánico al usar una máscara de jaguar para intimidar al enemigo, con ese poder se vive, uno cambia y también la ilegalidad de mantener nuestra personalidad oculta ¿quién pinta? ¿quién está detrás de la máscara?

Y, en el dibujo es la base de mi trabajo artístico, mis obras parten de los bocetos, descubrí que cuando realizaba un boceto que me gustaba mucho y quería pasarlo a un soporte más grande no podía, entonces, entendí que debía bocetear directamente en un formato grande e irlo detallando, sin forzar ningún trazo, me gusta que en las piezas se vea todo ese trabajo anterior.

Lo místico y sobrenatural me apasiona

Lo sobrenatural y el misticismo me gustan mucho, todo surge por la infancia que uno lleva, cuando era chiquito mis tíos contaban muchas historias a los adultos y yo me escabullía para escucharlas, sentía miedo, temor, pero con ganas de querer saber más del ente ¿qué pasaría si se me apareciera? Y por parte de la familia de mi mamá fueron músicos. En el pasado, Zaachila, fue cuna de músicos y los músicos siempre son los últimos en irse de una fiesta, boda, festividad de barrio, sepelio, y no había luz en el pueblo, se alumbraban con antorchas, entonces, me imaginaba que la luz de la antorcha al moverse genera sombras, hace que uno vea cosas y todos estos relatos e historias me nutren y plasmo en mis dibujos. Misticismo por todo lo que me ha rodeado y transformación por mi proceso creativo.

Proceso creativo

Es distinto y complicado, cuando estás comenzando en el mundo del arte ya queremos tener un estilo, paleta de colores y por más que busques llega solo, en mi caso así me pasó, siempre quise pintar con color y no se me dio, tengo varios alumnos que vienen a aprender y les comento que no tiren ningún dibujo, impresión, boceto, etc., y los guarden Yo no he tirado nada de lo que dibujo, lo guardo porque siento un apego a ello, guardo pruebas de impresión fallidas, dibujos, ya que un maestro me dijo que los dibujos y las cosas que uno hace maduran, quizá tu manera de entender, te dicen otra cosa que cuando las hiciste, entonces, mi proceso creativo es ir revisando las cosas que tengo, ver imágenes y las transformo. Mucha de mi obra es compilación de 2 o 3 imágenes, a lo mejor se puede digitalizar para hacer una serigrafía, el proceso creativo lo abordo a través de bocetos y de repente lo vuelvo a dibujar, mi obra podría ser repetitiva porque hago algo, me gusta y lo dejó ahí y cuando lo vuelvo a ver lo entiendo de otra manera y le agrego otra cosa y lo reinterpretó, mis obras van mutando y cambiando, hasta que esta lista la pieza solita.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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