Ana Sly HERNÁNDEZ CORRES*
La mayoría de las veces el anhelo de las personas es ser felices, sentir que todo esta bien y que nada malo pasará, hacen todo lo posible por evadir el estrés y el miedo, la ira, la tristeza y el desagrado, sin embargo, todas estas emociones son necesarias para reconocer las situaciones y experiencias por las que pasamos. Las emociones cumplen funciones concretas que en el momento de ser identificadas podemos usarlas a nuestro favor, en esta ocasión nos enfocaremos en el miedo.
El miedo es una emoción que se ha estudiado en niños y adultos, la mayoría de los estudios refieren dos tipos de miedo, el innato y el adquirido. Los primeros se heredan por especie, su función es alertarnos del peligro para que podamos sobrevivir, los miedos adquiridos se generan por experiencias particulares con estímulos específicos, los seres humanos hemos aprendido a tener miedo a lo que nos causa dolor físico, emocional, psicológico y social. También hemos adquirido los miedos de quienes nos crían y nos cuidan, a través de las cosas que nos dicen, nos enseñan o nos modelan directa o indirectamente, esos miedos que en ocasiones nos hacen cuidarnos o nos paralizan para lograr cosas y objetivos en la vida.
Existen diferentes tipos de miedo, miedos a cosas reales, por ejemplo a caer de un lugar alto que no sea seguro, la reacción es adaptativa y nos ayuda a evitar los peligros para asegurar nuestra supervivencia, el miedo irreal o irracional, tiene su origen en los pensamientos o creencias imaginarias, catastróficas o distorsionadas, el miedo normal, tiene un carácter adaptativo, es normal, te activa para que te resguardes y funciona al mínimo indispensable, sirve para moverte y en ocasiones para motivarte a salir de tu zona de confort y el miedo patológico que se activa de manera irracional, puede presentarse por tiempo ilimitado, te paraliza y no puedes hacer nada, causando un gran malestar psicológico.
Indudablemente debemos comprender que el miedo no podemos eliminarlo por completo de nuestras vidas ya que podemos mantenerlo en el mínimo indispensable que nos ayuda a estar alertar ante algún peligro real o inminente que nos lleve a reaccionar o huir para sobrevivir, si llevamos al extremo al miedo ante situaciones irracionales o imaginarias puede producirnos un estado de quietud, donde no podremos actuar o avanzar en nuestros objetivos, por ejemplo, conseguir pareja, encontrar el trabajo que queremos, lograr una meta personal, hablar en público o simplemente ir a los lugares que nos gustan e incluso sobrevivir ante un peligro inminente, pero, ¿qué podemos hacer para tratar nuestros miedos?
El primer paso es aceptar que nos da miedo, ya sea algo irracional o real, al momento de aceptarlo tenemos ya la opción de poder tratarlo, piensa si eso que te da miedo es lógico o no, de cualquier forma si te das cuenta que el miedo te paraliza, que no puedes lograr algo por que te da miedo o simplemente hay malestar, es importante que consultes con un psicólogo o psicoterapeuta, estos expertos en la salud mental te pueden ayudar con diversas técnicas y procesos para superar tus miedos y que los lleves al mínimo indispensable que te ayude a estar alerta y que el miedo cumpla su función.
*Psicoterapeuta Humanista Ana Sly Hernández Corres
Corporativo Ramírez Luna
IG / FB: RamírezLunaCorporativo
www.ramirezluna.com.mx