Selene PADILLA*
Un día cualquiera de trabajo se entero llegaría un mago a entrenar a las hadas, un mago sabio que llegaría de tierras lejanas para entrenar a todas las hadas en su trabajo, pensó en ese momento que podría acercarse al mago para aprender y ganarse el derecho de bailar con las hadas a pesar de ser un adorno humano. Con mucho cuidado se puso doble falda y corrió a solicitar a la escuela de hadas ver al mago, marcho muy contenta a casa después de pagar su inscripción con un tarro de miel que le regalaron las abejas.
Al llegar el día de clases quedó sorprendida con el mago. Ella había escuchado muchas veces de la leyenda del Rey Arturo y el mago Merlín, pero no tuvo dudas de que estaba ante ese personaje.
Los ojos del mago tenían una expresión dulce y profunda, su voz era tranquilizante y su sonrisa era sumamente bella, su cabello de plata le agregaba un toque muy especial.
Sonia estaba segura que estaba frente a Merlín, no podía dejar de observarlo, de repente sintió miedo preguntándose si sería capaz de aprender y sobre todo de que descubrieran que era un adorno humano que come raíces.
Sonia al principio lucía un poco torpe o muy torpe, de repente sentía que se iba a poner a llorar enfrente de todos, pero se contuvo para seguir, pues tenÌa que soportar la instrucción, estaba ahí para aprender y lo lograría aunque fuera mas lento que lo demás.
El mago era muy duro para exigir resultados pero Sonia logro aprender a su ritmo, sus alas bailaban al elevarse con gracia, para volar danzando con movimientos delicados ejecutados con gracia.
Durante ese tiempo Sonia no podía evitar enamorarse cada vez del mago, lo amaba no solo por su apariencia de mago Merlín, le enamoraban la experiencia y el mundo que proyectaba el mago, se imaginaba lo bello que serÌa viajar aunque en el fondo sabía que no podía dejar el bosque porque morirían sus animales y el viejo roble que era su Consuelo en los momentos mas obscuros.
Sonia decidió guardar sus sentimientos en su corazón, pero disfrutó al máximo la cercanía del mago, todo en el era belleza no solo su aspecto de hombre maduro con canas, nada le era mas placentero que recibir un abrazo del mago.
Sonia se fue enamorando de aquel mago guardando en su corazón aquel sentimiento, los magos y las hadas no se mezclan, pero sin duda aquellos días de aprendizaje estaban llenos de felicidad.
Aparecían los colores del atardecer aparecían en aquel día mágico los colores del atardecer abriendo paso a la noche el bosque era hermoso, el mago y Sonia daban un paseo nocturno en silencio para después despedirse.
La enseñanza del mago hizo bailar a Sonia con las hadas y su luz la hacía verse muy hermosa, ya no la llamaban foco humano, se movía con gracia por los aires. Todos admiraban la belleza de Sonia que por fin bailaba con las hadas recibiendo aplausos.
EL Hada come raíces no podía estar mas feliz, acababa de cumplir su deseo, ya había tenido el privilegio de bailar con las hadas, así que se acerco al mago para despedirse y agradecer. La sorpresa no pudo ser mayor, el mago la abrazo y bailo con ella por los pires dándole un beso con el que alcanzaba al sol.
El mago al día siguiente regreso a su bosque, prometiendo volver, mientras Sonia abrazaba su viejo roble pensando en que siempre esperarÌa el regreso de aquel mago tan parecido al que los humanos llaman Merlín.
*Comunicóloga con Maestría en Habilidades Empresariales, locutora y actriz.