DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo MARTÍNEZ DE AGUILAR
El Colapso del Hospital del ISSSTE por la Destrucción del Sistema Nacional de Salud; la Estupidez Mayúscula al Poder con Batres y Robledo, y la Complicidad de la CNTE




- Martí Batres solo se dedica a disfrutar del multimillonario presupuesto del ISSSTE, mientras el personal médico trabaja entre quirófanos deteriorados, falta de insumos, desabasto de medicamentos y una cocina en riesgo latente por fallas que ponen en peligro a todos.
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Y mientras la presidenta Claudia Sheinbaum puso en marcha las Farmacias del Bienestar, Zoé Robledo, director general del IMSS, vociferó a los cuatro vientos que la solución es no enfermarse. Así uno no padece la falta de medicamentos. ¡Brillante! ¿Cómo no se nos había ocurrido?
El Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), uno de los principales centros de atención médica en Oaxaca, ha llegado a un punto crítico que pone de manifiesto las fallas estructurales del sistema de salud en México.
Su colapso no es un acontecimiento aislado, sino resultado de decisiones políticas, administrativas y sociales que destruyeron el Sistema Nacional de Salud. Es imposible ignorar la complicidad que ha jugado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en este proceso.
Desde hace años, el sistema de salud ha estado bajo presión por la falta de inversión, la corrupción y las políticas públicas inadecuadas. La crisis se agudizó al exponer la pandemia de COVID-19, las debilidades del sistema, por la falta de recursos, personal y equipamiento médico necesario.
La creación de nuevos hospitales y la modernización de la infraestructura existente son insuficientes para cubrir las crecientes necesidades de la población que demanda atención médica oportuna y de calidad, agravada por la estupidez mayúscula de Martí Batres y Zoe Robledo.
Martí Batres solo se dedica a disfrutar del multimillonario presupuesto del ISSSTE, mientras el personal médico trabaja entre quirófanos deteriorados, falta de insumos, desabasto de medicamentos y una cocina en riesgo latente por fallas que ponen en peligro a todos.
Y mientras la presidenta Claudia Sheinbaum puso en marcha las Farmacias del Bienestar, Zoé Robledo, director general del IMSS, vociferó a los cuatro vientos que la solución es no enfermarse. Así uno no padece la falta de medicamentos. ¡Brillante! ¿Cómo no se nos había ocurrido?
El Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE ha sido emblemático en la atención de los trabajadores del estado y sus familias. Sin embargo, los informes recientes sobre su situación han mostrado un deterioro alarmante al convertirse en un símbolo de creciente descomposición.
Falta de insumos médicos, largas filas para atención, escasez de personal y condiciones deplorables son las características que definen su funcionamiento actual. Los pacientes enfrentan problemas de salud y un sistema colapsado que les niega el derecho a una atención digna.
La CNTE, como sindicato fuerte e influyente en Oaxaca, ha jugado un papel ambivalente en esta crisis sanitaria. Por un lado, ha defendido los derechos laborales de los trabajadores de la educación y ha protestado contra políticas que perciben como perjudiciales para sus miembros.
Sin embargo, su postura contribuye a la falta de atención en el sector de la salud. Las manifestaciones y paros masivos y disruptivos que realiza, tienen un doble efecto: desestabilizan servicios esenciales y desviar la atención de los verdaderos problemas que afectan a la población.
La CNTE frecuentemente ha sido criticada por priorizar sus demandas laborales por encima de las necesidades de la comunidad y por ejercer presión sobre el sistema educativo, sin considerar el impacto que esto tiene en otros ámbitos, incluidas la salud y el bienestar social.
Existe un claro desbalance en la movilización de fuerzas y recursos que, si bien buscan mejorar las condiciones laborales, afectan gravemente a otras áreas vitales. La crisis en el Hospital Regional del ISSSTE y en el sistema de salud en general requiere una reestructuración profunda.
Este proceso debe incluir: Mayor Inversión Federal Permanente: Destinar más recursos al sector salud nacional para garantizar que los hospitales cuenten con insumos, personal capacitado y tecnología adecuada, además de la imperiosa necesidad de construir nuevos hospitales.
Transparencia y Rendición de Cuentas: Implementar mecanismos que aseguren que los recursos se utilicen de manera eficiente y efectiva, evitando la corrupción y la mala administración de los mismos, a efecto de optimizarlos al máximo.
Colaboración Interinstitucional: Fomentar la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil para crear un frente unido que trabaje por una salud digna y accesible para todos los oaxaqueños y mexicanos.
El colapso del Hospital Presidente Juárez es un claro llamado a la acción para todas las partes involucradas en el sistema de salud. Es imperativo crear un diálogo abierto y constructivo que incluya a trabajadores de la salud, sindicatos como la CNTE, y la ciudadanía en general.
La salud es un derecho humano fundamental y, por lo tanto, debe ser una prioridad en las agendas políticas y sociales. La reconstrucción del sistema de salud no es solo una cuestión de infraestructura o financiamiento; es ante todo una cuestión de justicia social postergada.
Solo a través de un enfoque integral que considere las necesidades de todos los sectores de la población se podrá hacer frente a la crisis actual y garantizar que situaciones como el colapso del Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE no se repitan en el futuro.
La salud de los oaxaqueños y la de todos los mexicanos debe ser una prioridad innegociable. Es fundamental que se establezcan políticas públicas efectivas que no solo atiendan las necesidades inmediatas, sino que también fortalezcan la infraestructura del sistema de salud a largo plazo.
La participación activa de la comunidad y el compromiso de sindicatos y autoridades, es vital para garantizar atención médica de calidad para todos. Es esencial fomentar la cultura de prevención y educación en salud que convierta a la población en un actor clave en la búsqueda de soluciones.
El trabajo conjunto entre todas las partes interesadas puede transformar el panorama actual y que hospitales como el Presidente Juárez del ISSSTE no solo sobrevivan, sino que prosperen y se conviertan en ejemplos de excelencia en el cuidado de la salud de sus derechohabientes.
Afrontar la crisis del Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE es una oportunidad para repensar y reconstruir un sistema que, si bien ha estado deteriorado, tiene el potencial de ofrecer atención digna y de calidad a los oaxaqueños en particular y a los mexicanos en general.
Es necesario aprender de los errores pasados y construir un futuro donde la salud sea un derecho garantizado, priorizando siempre el bienestar de la ciudadanía por encima de cualquier interés particular para cumplir con la obligación de respetar los derechos humanos a la salud y la vida.
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com @efektoaguila
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