Editorial Noviembre 2014
Nuestro más sentido pésame a la Familia Rodríguez Marrón por la pérdida de la Señora Mabel, que Dios les brinde fortaleza y fe en estos momentos.
Nuestra solidaridad con la Químico farmacéutica Rosa Silvia de Méndez León y su familia por la pérdida de su hijo Juan José, Dios les conforte.
Felicidades a Ana María Jiménez López y a Luis Manuel Torres Pérez y a sus familias por su enlace matrimonial, que su felicidad crezca día con día.
Indignación y sed de justicia han clamado miles de mexicanos por la desaparición de 43 normalistas en el estado de Guerrero, con el movimiento social #AyotzinapaSomosTodos, no sólo en esa entidad, sino en la República Mexicana y el extranjero.
Existen muchas discrepancias acerca de la desaparición de los jóvenes, pero más allá de las dudas que existan, el Estado Mexicano no puede permitir está atrocidad, su función es brindar seguridad y las condiciones necesarias para que cualquier persona que se encuentre en nuestro territorio no sufra ninguna violación que atente contra su vida.
A los mexicanos nos caracteriza algo que nos distingue de muchos pueblos, la Solidaridad, somos empáticos con el dolor ajeno, pero sólo cuando una tragedia de una gran magnitud se vive en nuestra tierra. Recordemos el terremoto del 85, ahora, con la desaparición de 43 estudiantes hemos alzado la voz desde cualquier rincón del mundo, desapareciendo las barreras de clase, de pensamiento y nos hemos unido en un sólo grito ¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos!
Pero, no sólo cuando suceden tragedias lamentables como ésta los mexicanos debemos unirnos, ¿por qué no hemos salido a las calles a exigir que los maestros regresen a las aulas? ¿por qué no hemos exigido que se aclaren los miles de feminicidios en todo el país? ¿por qué no apoyamos a las miles de causas sociales que existen en nuestro país? ¿por qué esperar hasta que el agua nos llegue al cuello? ¿por qué hemos esperado tanto tiempo los mexicanos en despertar?