Nuestra más sinceras condolencias por el asesinato del Chef Arcadio Alcázar Fuentes a Justina Fuentes, su madre; a Lucía Zárate, su abuela; a Yazmín Muroaga, esposa; a Aylin, Ximena, Alex y Samuel, hijos; y a familiares y amigos de este gran amigo-hermano ¡Justicia para Arcadio!

¡México FEMINICIDA!

Desde 1993, la alarma se encendió en este país ante el grave peligro que es ser mujer, al salir a la luz pública las Muertas de Juárez. ¿¡Cuántos años han pasado y sigue sin existir justicia para miles de mujeres que desaparecen a cada hora del día en este país!?

La violencia hacia las niñas y mujeres se ha recrudecido exponencialmente; se vive en las calles, escuelas, transportes, parques, oficinas, fiestas y no importan a qué estatus social pertenezcas, ya que no existe una sola mujer en México que no haya sentido el temor de ser violentada, sin las excusas de dónde, cómo, con quién y la hora.

¿Qué papel juega la sociedad cuando sólo se revictimiza a las desaparecidas?, cuando se sigue quitando la responsabilidad a cada hombre que ha abusado psicológicamente, sexualmente, que secuestra, desaparece y mata a una niña o mujer.

¿Qué ha pasado en nuestra sociedad que ha tirado por la borda los valores y el respeto hacia la vida de otra persona? Cada historia de vida es diferente, pero generalmente, quienes cometen los delitos viven en entornos mayormente violentos y sin las condiciones que les permitan romper con este ciclo para criar y educar a mujeres y hombres de bien, haciendo que la violencia se recrudezca.

Debemos voltear y enfocar la mirada hacia la paternidad y maternidad consciente para educar a los hijos, a través del propio ejemplo e interesarse por su desarrollo. ¡Es el gran reto de este país!

La conciencia individual debe despertarse en cada mujer y hombre; infancia no es destino y en cada uno de nosotros está el poder cambiar nuestra historia, y sólo basta recordar que existen muchos ejemplos que alientan a no perder la fe en la humanidad.

Hagamos lo que esté en nuestras manos para proteger a nuestras niñas y mujeres. Tengamos empatía por esas “madres rastreadoras” que buscan a sus hijos desaparecidos.

Sabemos que no hay palabras que las reconforten no sólo este 10 de mayo, sino en cada cumpleaños y fecha importante, pero nos unimos a su dolor y desde este medio, no paremos de exigir justica ¡Ni Un@ más!

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