Editorial Diciembre 2014
Llegó a su término un año más, tal vez uno de los más complicados en el ámbito político y social, las malas noticias inundaron y marcaron los últimos meses del año, pero no debemos de ser pesimistas, ni creer que las cosas no cambiarán en México.
Todo momento de crisis despierta un mecanismo de supervivencia en las especies y en los seres humanos no es diferente.
Los ciudadanos hemos comenzado a despertar de un letargo que nos mantuvo callados durante muchos años y que nos ha hecho conscientes para comenzar a buscar mecanismos reales que comiencen a cambiar nuestro entorno.
Hemos olvidado que en el seno familiar se construyen las bases de la sociedad, la educación como dice el dicho se mama, sí, los tiempos han cambiado, el ritmo de vida es diferente y los padres de familia tienen otras preocupaciones, pero recordemos que la primera educación proviene de nuestros padres y por ende el gran trabajo que tiene la familia es la creación de buenos ciudadanos.
Así que aprovechemos estos días en donde las familias se reúnen para que, además, de compartir tiempo juntos, recordar los buenos momentos y desconectarnos un poco de los problemas, encendamos en nuestros hogares una vela de esperanza por nuestro país, por nuestro estado.
¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2015!