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Verónica LEÓN

En México, la muerte no se esconde bajo la cama ni se susurra con miedo. Aquí se honra. Se canta. Se ilumina con veladoras. Se adorna con cempasúchil. Se recuerda a quienes ya se fueron con su mole favorito y con pan de muerto recién horneado. Porque en esta tierra, la muerte no es un final triste; es una visita que vuelve cada año entre altares, colores y memoria.

Del 31 de octubre al 2 de noviembre, las familias mexicanas transforman el recuerdo en una celebración: se acude al panteón para platicar con nuestros seres queridos, se preparan ofrendas, se organizan festividades y el olor del copal nos recuerda que la vida es un suspiro que vale la pena cuidar.

Y justo ahí está la reflexión que esta tradición nos regala: si algo tenemos seguro al nacer, es que un día vamos a partir.

Celebramos la muerte, pero ¿estamos preparados para cuando llegue?

Porque más allá del dolor emocional, la ausencia también deja un impacto económico. Quien se va ya no paga colegiaturas, no cubre la renta, no llena la despensa. Y si en casa hay hijos, pareja o personas que dependen de nuestros ingresos, entonces la historia y la estabilidad de la familia cambian.

Ahí es cuando aparece un aliado silencioso y fundamental: el seguro de vida.

No espanta ni atrae la muerte. Lo que sí hace es proteger a quienes más amamos cuando ya no podemos hacerlo físicamente.

Un seguro de vida no es un lujo. Existe un tabú muy extendido: “los seguros de vida son caros”. Sin embargo, son más accesibles de lo que se cree.

Veamos un ejemplo: Carla, 35 años, no fumadora contrató con Allianz el Seguro Optimaxx Protección con los siguientes beneficios:

  • Suma asegurada por fallecimiento: $1,000,000
  • Enfermedades graves: $150,000
  • Invalidez total y permanente: $1,000,000
  • Muerte accidental y pérdidas orgánicas: $1,000,000
  • Actualización de la suma asegurada con inflación
  • Vigencia: 25 años de protección

El costo anual es de $6,688 pesos, aproximadamente $601.91 pesos al mes. Una cantidad accesible para garantizar tranquilidad en un momento tan difícil como la pérdida de un ser querido.

El seguro de vida es, en muchas ocasiones, la forma más económica de dejar una herencia en efectivo a quienes dependen de nosotros.

La muerte llegará… pero la tranquilidad también puede llegar con ella.

En estas fechas donde recordamos con amor a quienes ya han partido, es importante reflexionar sobre el futuro:

¿Qué pasaría con nuestra familia si hoy faltáramos?

¿Podrían mantener su calidad de vida?

¿Estarían protegidos económicamente ante nuestra ausencia?

Proteger la vida es el acto más amoroso y responsable que podemos realizar hoy.

Soy Verónica León, tu asesora financiera de confianza, y te acompaño a asegurar lo más valioso: la vida, la tuya y la de quienes amas.

Porque sí… la muerte llega.

Pero la protección también puede llegar a tiempo.

 

*C.P. Verónica Hernández León

Agente de seguros certificada C353942

Celular: 9512511656

Fb: Veronica León

IG: veronica_leon_asesora

Podcast: El maratón de las finanzas personales

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