* Positivo precedente en los últimos tres sexenios
* Gobierno de activistas, desactiva las presiones
Alfredo Martínez de Aguilar
Desde la óptica de la crítica propositiva, es nuestra profunda convicción no regatear méritos a nadie a grado tal de, reconocer y aplaudir los aciertos y logros de actores de pueblo y gobierno.
En ese sentido, un aspecto poco observado hasta ahora y menos dimensionada la magnitud de su trascendencia, es la gobernabilidad alcanzada durante las diversas festividades de la Guelaguetza.
Al margen de filias y fobias, guste o no, mantener la gobernabilidad en la Guelaguetza como no había ocurrido en los últimos tres sexenios, es un invaluable logro político de Salomón Jara Cruz.
La explicación es muy simple y sencilla: en los diferentes cargos públicos están los activistas que protagonizaban acciones de presión política y chantaje económico contra el Gobierno de Oaxaca.
Al mismo tiempo, la presencia de los dirigentes de organizaciones políticas y sociales inhibe, desactiva e inmoviliza las acciones de presión política y chantaje económico de otros dirigentes.
Hoy, son altos funcionarios del gabinete legal y ampliado del gobierno de la Primavera Oaxaqueña controvertidos personajes, como Flavio Sosa Villavicencio y José de Jesús Romero López.
Es Jefe del Gabinete del Gobierno el ex vocero de la latente Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y dirigente de la organización Comuna con su hermano Horacio, diputado local.
Y es Secretario de Gobierno, a su vez, el dirigente de la Unión Campesina Oaxaqueña (UCO), del Frente de Organizaciones Sociales, Campesinas, Urbanas, Pesqueras y de Transporte (FOSCUPT).
El no menos polémico dirigente del Frente Único de Comunidades Oaxaqueñas (FUCO), Nino Morales Toledo, es poderoso Secretario de Administración, entre otros activistas en el gabinete.
“Para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo”. Nada de extraño tiene así la puesta en marcha del programa del gobierno de Morena, Topiles por la Paz, con carácter honorífico.
El gobierno estatal informó que Topiles por la Paz son elementos de seguridad que ayudarían a garantizar la armonía en las festividades de la Guelaguetza 2023, del 17 al 24 de junio en el estado.
El lanzamiento de la iniciativa fue dada a conocer por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Oaxaca (SESESP) para reclutar a ciudadanos que sirvan como voluntarios.
Sin embargo, diversas organizaciones políticas y sociales excluidas de los beneficios de los gobiernos anteriores criticaron severamente el novedoso programa de Morena, Topiles por la Paz.
El Frente de Organizaciones Oaxaqueñas (Foro) denunció que Topiles por la Paz podrían, en realidad, actuar como grupo de choque y generar violencia en las actividades de la Guelaguetza.
No obstante, “haiga sido como haiga sido”, cooptados o no, los milicianos de la Comisión Política y del Comité Ejecutivo de la Sección XXII del SNTE-CNTE desistieron de boicotear la Guelaguetza.
Para justificarse ante las bases, la dirigencia de la activista de la APPO y UTE, Yenny Araceli Pérez Martínez, dijo que se dedicarían a organizar su Guelaguetza en esta capital y Asunción Nochixtlán.
Por la batalla campal en la Guelaguetza Magisterial y Popular declararon “persona non grata” al diputado federal de Morena Irán Santiago, acusado de infiltrarse para provocar la violencia.
La Asamblea General de la Sección XXII determinó irse a paro indefinido el 1 de septiembre tras considerar insuficientes las respuestas a sus demandas por parte del gobierno federal y estatal.
Narcoguerrilla, es factor de gobernabilidad en Oaxaca
Sin soberbia, pero sí con profunda satisfacción, podemos afirmar que a lo largo de la historia generaciones de ilustres oaxaqueños, hombres y mujeres, han contribuido a construir México.
Pero también los oaxaqueños han estado a la vanguardia de la destrucción de México, al escribir las páginas más negras de la historia del país, al derruir instituciones nacionales y la paz social.
Los oaxaqueños han estado presentes y participado, incluso, en los crímenes de Estado del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, y del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
En medio de esta singular realidad ancestral exportamos al país movilizaciones político-sociales violentas, marchas, plantones, bloqueo de calles y carreteras, y toma de casetas de peaje.
El punto de quiebre en materia de gobernanza y gobernabilidad se dio en Oaxaca y en México todo, al estallar la narcoguerrilla el conflicto de 2006, la “primera insurrección del Siglo XXII”.
La guerrilla del EPR y el narco detonaron acciones terroristas en Oaxaca, hoy comunes en el país, barricadas, toma y quema de vehículos y edificios públicos y privados, y retención de funcionarios.
El demoledor actuar de la narcoguerrilla en el conflicto de 2006, para crear la Comuna Oaxaca, llegó al extremo de crear policías, jurados y juicios populares revolucionarios contra sus enemigos.
La inédita alianza narcoguerrillera en la revuelta político-social de 2006 sentó un precedente nacional sumamente negativo que hoy se refleja en la explosión de carros-bomba y minas.
El Buró Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés FBI, y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos ATF, investigan los siete bombazos ocurridos en Tlajomulco, Jalisco.
Detrás de la explosión de las bombas estarían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Cárter Jalisco Nueva Generación (CJNG), según investigaciones.
En febrero de 2022, en el municipio michoacano de Aguililla, una mina colocada en un camino dañó un vehículo militar y lesionó a 10 soldados. Fue el primer caso de ataque a un blanco militar.
Al menos 10 elementos de la Guardia Nacional quedaron heridos tras la explosión de un coche bomba en la carretera Celaya-Salvatierra, en Guanajuato, el pasado 13 de julio de este año.
De ahí, el acierto del gobernador Salomón Jara Cruz de incluir en la Agenda Estatal de Riesgos a la narcoguerrilla e incorporar en su gabinete legal y ampliado a personajes vinculados a esta.
La trayectoria de Salomón, recorriendo por espacio de 30 años las diversas regiones, municipios y localidades del estado, le ha permitido conocer a la narcoguerrilla, dialogar y negociar con esta.
Obligado es incluir por los tres órdenes de gobierno a la narcoguerrilla como factor de gobernanza y gobernabilidad en Oaxaca y en el país en general. Cuenta con gran poder corruptor y de fuego.
Además, no hay que olvidar que históricamente Oaxaca ha sido cuna de la guerrilla rural y urbana. Estrategia que permitió a Porfirio Díaz derrotar al ejército francés en Miahuatlán y La Carbonera.
Según expertos en materia de seguridad pública y seguridad nacional, en Oaxaca operan diversos grupos de guerrilla rural y urbana, y sus comandantes y milicianos gobiernan algunos municipios.
Asimismo, la narcoguerrilla cuenta con la base de organizaciones-sociales para presionar políticamente y chantajear económicamente a los gobiernos, federal, estatal y municipales.